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Advierte especialista de la BUAP retos de la Nueva Normalidad

  • Laura Ruiz
Algunas actividades regresarán hasta que exista una vacuna
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"A lo único a lo que uno nunca se acostumbra es a no comer", es un refrán popular que la microbióloga de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) María Lilia Cedillo Ramírez recuerda de su mamá al platicar en entrevista sobre la nueva normalidad que nos dejará el COVID-19 a los poblanos.

Luego lo plantea desde la perspectiva de la ciencia y explica que ya las leyes de la evolución señalaron que el que no se adapta muere, que así han desaparecido algunas especies y que el ser humano ha mostrado en su historia una gran capacidad de hacer frente a los cambios.

El abc de la nueva normalidad

Junto con otros especialistas de la BUAP, Cedillo Ramírez participó en el diseño del texto "La Nueva Normalidad, Recomendaciones para la población en el desescalamiento por COVID-19", una guía con bases científicas que nos orienta a cómo vivir con el virus en actividades que van desde tomar el transporte público e ir al trabajo, hasta la práctica de las relaciones sexuales y afectivas.

"Realmente lo que queremos es hacer conciencia en la gente es que esta nueva normalidad no se parece a la normalidad que existía antes de la pandemia y que está basada en evitar el contagio por coronavirus por SARS CoV-2, que como sabemos, se transmite por las vías aéreas", explica.

Algunos aspectos básicos de esta nueva normalidad son que la convivencia se realice con distanciamiento social de al menos metro y medio de separación entre personas o aún mejor, los dos metros; que cambia la forma en que nos ponemos en contacto con superficies; y también está el cubrebocas que, a decir de la especialista, deberá de acompañarnos como nos acompaña la bolsa o las llaves de la casa.

La tenemos lejos

El brinco a la nueva normalidad no se resuelve, sin embargo sólo con tener una guía práctica como la de la BUAP y de acuerdo con Cedillo Ramírez todavía falta que las autoridades sanitarias determinen que por el número de contagios y el número de camas hospitalarias ocupadas, la entidad puede avanzar hacia el retorno a las actividades.

Desde su perspectiva este proceso será lento y con riesgos de fallas, pues a pesar de que las autoridades pueden controlar el distanciamiento social en algunos espacios, también se requiere del compromiso de la sociedad.

"Yo lo veo muy complicado, quizás si somos realistas pensaremos que las autoridades están vigilantes de que se cumpla esta normatividad a la apertura de los restaurantes por ejemplo, de los cines y yo creo que habrá un porcentaje de la gente que lo va a hacer.

"Pero en la medida en que todo se relaje, pues la gente se va a olvidar de esta norma y de todas estas normas que debemos de tenerlas como parte de nuestra vida cotidiana, ¿y cuál es el riesgo?, los riesgos serían los rebrotes o repuntes de esta pandemia y que algo de lo que pudiéramos haber salido rápidamente se vaya a mucho tiempo más", detalló.

El mejor ejemplo de los riesgos, recordó, se vivió ya con la influenza de 1918 que, aunque registró fallecimientos en la primera oleada de casos, tuvo cifras mucho más negras en el rebrote en donde se alcanzaron más de 50 mil muertes.

Recuerdos que no volverán

El entrar a una nueva normalidad implicará en cambio que algunas actividades no vuelvan a realizarse hasta que exista una vacuna contra el COVID-19 o hasta que se determine un tratamiento seguro.

En la lista quedan fuera esas prácticas tan de los mexicanos como el ser afectuosos en los saludos y de acuerdo a la especialista este es uno de los aspectos que más trabajo nos va a costar.

También están los conciertos y actividades que congregan a miles de personas e incluso las fiestas en donde no podamos garantizar la separación mínima entre persona y persona.

"Donde hay 40, 50 mil asistentes es prácticamente imposible que se vuelva a hacer a menos que ya exista una vacuna o un tratamiento 100 por ciento efectivo contra este virus, son solamente un ejemplo de lo que no vamos a poder a hacer hasta que no existan estas condiciones.

"Algo que a nosotros los mexicanos nos duele mucho, las fiestas, las grandes fiestas donde se congregan un número muy grande de personas. ¿Por qué? Porque ahí el contacto es muy cercano, en las mesas, en la pista de baile, todo lo que tiene mucho que ver con esta parte de socialización", explicó.

Los aprendizajes del covid-19

Mientras que el mundo le teme al COVID-19, Cedillo Ramírez es una investigadora que convive con él en el laboratorio como parte de las investigaciones que ya se desarrollan en la BUAP para conocerlo.

Cuando se trabaja en las aulas, relata, el ejemplo perfecto para hablar de los virus a los estudiantes es la experiencia de la influenza del siglo pasado, la que se vivió en 2008 y 2009 también dejó aprendizajes y lo que se vive ahora parecía inimaginable.

"Jamás imaginé otro escenario como el de ahora, como es te coronavirus, uno siempre piensa que puede aparecer un nuevo microorganismo causante de una pandemia, pero nunca sabe uno cual va a ser", comenta.

Entre las grandes interrogantes que ha dejado a la comunidad científica es la forma en que responden los sistemas inmunológicos y cómo hay personas que responden mejor y otras de manera drástica antes sus efectos.

Así pues, en la universidad ya han avanzado en investigaciones relacionadas con las formas de diagnóstico, la respuesta inmune de los pacientes y el papel de las coinfecciones.

Los estudios se enfrentan al reto de no poder involucrar a los estudiantes que tienen grandes talentos y habilidades, pero por ahora no pueden ni deben exponerse a los riesgos del COVID -19.

Por otro lado están los cuidados que deben de tenerse al analizar el virus. Porque sí, la científica que nos orienta a cumplir con las medidas básicas de la nueva normalidad, viste a diario trajes especiales, deja en casa el miedo al microorganismo y actúa con respeto y responsabilidad para estudiarlo de cerca.

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