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Hallan pieza de 2 mil años de antigüedad en plazuela de la danza en Atlixco
Los primeros resultados del estudio de las piezas encontradas hace unos días durante la remodelación de la plazuela de la danza, Neototiloyan, indican que llevaban cerca de 2 mil años enterradas en el lugar, lo que refuerza la historia de que ese lugar fue un centro ceremonial importante en la época prehispánica.
Por ello la necesidad de los evangelizadores de colocar en la punta del cerro una ermita dedicada a San Miguel Arcángel y en las faldas del mismo el templo a Santa María de Asunción junto con el convento franciscano, el objetivo borrar todo vestigio de las costumbres de los pueblos originarios de Atlixco.
Esta es la segunda vez en la historia de este escenario que se hacen hallazgos de este tipo, fue durante su construcción en la década de los 60´s que se encontraron piezas de diversos tamaños, fueron muchas figurillas representando a las diosas, “eran mujeres de muslos prominentes”, recuerdan algunos de los vecinos de la zona de los solares donde también se han desenterrado vestigios.
Miguel Medina Jaen, arqueólogo del Instituto Nacional de antropología e Historia, encargado del caso Atlixco, resaltó que este municipio tiene una gran historia, con patrimonio cultural, esto debido a que se trata de una población que ha permanecido en su tierra, a pesar de guerras, erupciones volcánicas y conquistas, que la única vez que se tuvieron que mover fue en lo que ahora es Huaquechula.
En tanto Marco Aurelio Vargas, integrante del Consejo del Patrimonio Histórico Municipal, detalló que los vestigios, en específico un platón, apareció en la zona del ya demolido palco de honor donde los invitados especiales y las autoridades observaron durante más de siete décadasla fiesta del Huey Atlixcáyotl.
Esta es la pieza recuperada más importante debido a que se encuentra casi entera a diferencia de lo hallado hace unas semanas, además de que cuenta con la particularidad del diseño que los antiguos habitantes de Atlixco, Tochimilco y Huaquechula realizaban.
“Esto indica que prácticamente toda el área del cerro de San Miguel es capaz de ofrecernos este tipo de cosas para confirmar la maravilla de ese sitio durante los primeros asentamientos del valle de Atlixco”, consideró el entrevistado.
Y aseguró: “queda claro era una terraza u observatorio natural exclusivo para la élite de esa región. Quizá celebraban enormes fiestas o reuniones con las mejores comidas y bebidas para disfrutar del paisaje de la ciudad y especialmente de los volcanes Popocatépetl e Izztacíhuatl”.
Todas las piezas o restos de ellas que se han recuperado durante la remodelación de la plazuela ahora forman parte del acervo cultural, histórico de este municipio y se exhibirán en el museo de sitio en cuanto esté listo.