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Se destapa Urzúa para candidato del PRI a gobernador en 2018

  • María Pineda
El senador redujo a cuatro la lista de aspirantes de su partido ; a Blanca Alcalá la dejó fuera de la contienda al referir que busca ser embajadora.
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Al aseverar que tiene el apoyo de líderes  nacionales de sectores y organizaciones del PRI, Ricardo Urzúa Rivera se destapó para la candidatura a la gubernatura de 2018, posición que, afirmó,  se disputaría con  Juan Carlos Lastiri Quirós, Enrique Doger Guerrero y Víctor Manuel Giorgana Jiménez.

En la carrera por la postulación para la gubernatura, el senador descartó a su compañera de legislatura Blanca Alcalá Ruiz, de quien dijo tiene aspiraciones para ser designada como embajadora.

Aunque expuso que es “institucional” y apoyará a quien sea el abanderado a la gubernatura, apuntó que la posición que ocupa en el Senado de la República le permite el respaldo de legisladores que son los presidentes de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el Organismo de Mujeres Priístas (OMPRI).

 “De manera natural, por ser senador de la República (…) tenemos muchos liderazgos nacionales que por fortuna tengo su amistad y respaldo de ellos;  son muchos liderazgos y con ellos me ha distinguido su amistad, su respaldo, a todos ellos los vamos a necesitar en el 2018, haciendo trabajo político aquí en Puebla”, dijo.

Sin abundar en los perfiles de sus posibles adversarios, Urzúa Rivera apostó porque su partido opte por una candidatura de unidad y no por la consulta a la base, método que en los últimos procesos electorales locales dividió al priísmo en lugar de unificarlo.

Pese a que enfatizó que su posible candidatura tendría el respaldo de liderazgos nacionales, reconoció que no cuenta con un nivel de conocimiento alto entre el electorado, circunstancia que, manifestó, se compensaría con la confianza que lograría con la ciudadanía.

No fui cómplice de Moreno Valle

Al definirse como un político que no cuenta con enemigos, Ricardo Urzúa Rivera destacó que no fue cómplice del exgobernador Rafael Moreno Valle y tampoco beneficiario del morenovallismo.

Como pruebas de que nunca obtuvo prebendas del sexenio pasado -indicó- están los votos en el Senado contra la privatización del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap), y contra el préstamo para la construcción del Museo Internacional del Barroco (MIB).

Agregó que en las elecciones federales de 2012 y 2015 trabajó para que el PRI ganara el distrito de Huauchinango y como operador electoral se enfrentó a los candidatos del morenovallismo.

“Es una relación respetuosa; no somos amigos y nos somos enemigos; no he sido beneficiado del morenovallismo. Entré como diputado local cuando él (Moreno Valle) asumió la gubernatura. Ahí están mis votaciones en el Congreso. Estuve en desacuerdo con el presupuesto al Museo Barroco, (con) la privatización del Soapap; no soy un morenovallista (…) no tengo complicidad con él (Moreno Valle)”.

Si bien el priìsta se desmarcó de tener vínculos con Moreno Valle, versiones periodística refieren que el senador de la República mantiene una relación comercial con David Villanueva Lomelí, titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), yerno del exgobernador  Melquiades Morales Flores.

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