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Episcopado precisa que la unión legal de homosexuales no es un matrimonio

Los jerarcas católicos fijaron su postura sobre la iniciativa de ley que propuso el presidente Enrique Peña Nieto
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Aunque la Conferencia del Episcopado Mexicano reconoció la variedad de situaciones familiares, precisó que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden equipararse al matrimonio.

Los jerarcas católicos fijaron su postura sobre la iniciativa de ley que propuso el presidente Enrique Peña Nieto, la cual plantea reformar la Constitución para permitir el matrimonio homosexual en todo el país.

Consideramos que ante las iniciativas dadas a conocer y que dan comienzo a todo un proceso legislativo y democrático, es necesario estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan. Estamos seguros que en la pluralidad que caracteriza nuestra nación, todas las voces deberán ser escuchadas con seriedad y espíritu de diálogo constructivo, en pleno respeto a las instituciones”, dijo.

Reconoció que independientemente de su orientación sexual, todo ser humano debe ser respetado en su dignidad y tratado con compasión.

El episcopado recomendó que las familias se mantengas al lado de las persona que tengan una orientación sexual distinta y que les brinden comprensión para que puedan realizar su vida.

Aquellos que manifiestan una orientación sexual distinta puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida”, dijo.

En una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad, reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”, dijo.

Indicó que México ha reconocido como discriminatoria cualquier ley que impida casarse a sujetos del mismo sexo, pero que no se puede afirmar que esas uniones puedan compararse con el matrimonio católico.

Frente a ello, debe afirmarse que «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”, dijo.

Crédito de la foto arquidiocesisdgo.org

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