- Seguridad
Crecen en violencia y número los feminicidios en Puebla
Karina fue asesinada junto con sus sueños de estudiar la universidad. Dos jóvenes se encargaron de darle muerte sólo porque ella se negó a tener relaciones sexuales con ambos.
El crimen ocurrió la madrugada del 12 de julio en un domicilio de Santa Catarina Hueyatzacoalco, junta auxiliar de San Martín Texmelucan, cuando Karina convivía con tres amigos: Gemma Meneses Lara, Gerardo Pérez Vélez y Javier Álvarez Flores.
La combinación de alcohol y drogas motivó a Gerardo y Javier a tener relaciones sexuales con Gemma. Después, trataron de intimar con Karina y ante la negativa de ésta la sometieron y la violaron.
Ella los amenazó con denunciarlos ante las autoridades y por esa razón la atacaron a golpes con un martillo ante los ojos de su amiga Gemma, hasta que la dejaron sin vida. Luego, la envolvieron en una cobija y la enterraron en el patio trasero de la vivienda, donde fue localizada cuatro días después.
Ahora los tres implicados fueron detenidos y encarcelados, acusados por los delitos de violación y homicidio.
Llegan a 29 asesinatos de mujeres en Puebla
Con la muerte de esta chica, sumaron 29 asesinatos de mujeres en el estado de Puebla en lo que va de 2013. Su caso es un claro ejemplo de que, cada vez más, las mujeres están rompiendo los patrones machistas para empezar a buscar el respeto a sus derechos y para dejar de ser vistas como un objeto.
Tristemente, esta transformación que está viviendo la mujer en la actualidad ha generado, poco a poco, un odio del hombre hacia ella, pues desde tiempos ancestrales, en toda organización dominante, el varón es quien determina las funciones, mientras que la mujer sólo es un simple accesorio, explica Arturo López Sánchez, antropólogo y catedrático de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.
Ese odio, detalla el especialista, se va manifestando a través de conductas violentas hacia la mujer y que al llegar hasta el extremo tiene como última expresión el feminicidio. “Es el último paso, pero antes de eso la mujer tiene que sufrir una serie de transgresiones, no puede hablar, no puede participar, es presa de burla”, indica López Sánchez.
Para el antropólogo, la violencia hacia la mujer es provocada porque el hombre siente que pierde el poder y el control sobre ella al ver que va cambiando de rol y logrando participación en muchos ámbitos: la familia, la sociedad, el trabajo y la política, por mencionar algunos.
“El hombre no puede permitir que le quiten el poder. Y es un problema muy grave, porque ese odio se va acrecentando y se va confirmando y legitimando. Cuando la mujer modifica el patrón y está en desacuerdo con la violencia, empiezan las primeras causas del feminicidio”, sostiene.
Señalan incremento de 174% en casos
En 2011, el procurador de Justicia en el estado, Víctor Carrancá Bourget, informó que Puebla se situaba en el número nueve en feminicidios a nivel nacional. Sin embargo, de acuerdo con el Comité contra Feminicidios Puebla, en los últimos dos años los asesinatos de mujeres se incrementaron 174 por ciento, pero aún no hay estadísticas oficiales de todo el país para hacer un comparativo con los demás estados.
Cifras de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) revelan que, en 2005, hubo 29 feminicidios; en 2006, se reportaron 25; en 2007, fueron 56; en 2008, se perpetraron 51; en 2009, se acumularon 57; en 2010, se cometieron 64; en 2011,79, y en 2012 otros 69.
En lo que va de 2013, e-consulta ha contabilizado 29 homicidios de mujeres, de los cuales 12 fueron provocados por golpes, 10 con arma de fuego, siete con arma blanca y dos por asfixia.
Es importante destacar que casi todos los agresores torturaron a las mujeres con golpes, aunque esto no haya sido precisamente la causa de su muerte. Incluso, está confirmado por las autoridades que, aparte de ser atormentadas, al menos cuatro de ellas fueron violadas por dos o más sujetos.
Resaltan también otros casos donde –además de tundirlas- los homicidas ejercieron una saña extrema durante los asesinatos: a dos mujeres las degollaron; a una la machetearon; otra fue apuñalada, baleada y golpeada; a una más la decapitaron y le mutilaron las manos, a otra la estrangularon y le prendieron fuego para deshacerse de su cadáver.
En sólo cinco casos de estos homicidios, las autoridades encargadas de investigar y esclarecer los ilícitos lograron capturar a los probables responsables. El resto continúa sin resolverse.
¿Cuáles son los motivos?
Virginia Mayorga, vocera del Comité contra Feminicidio, considera que estas cifras son alarmantes y cada vez van en aumento porque aún no hay justicia ni respeto hacia las mujeres.
Para este organismo, los factores que influyen en el tema del feminicidio son -en primer lugar- la impunidad, aspectos de tipo social, económico y educativo, aunado a una “cultura machista y misógina donde hay violencia de género notoria que se perpetúa en los medios de comunicación, en la escuela, en el gobierno”.
Arturo López, también doctorante en Derecho, expone que el feminicidio es una forma en que el hombre reitera su poder, pero –señala- el delito no es concretamente un tema de inseguridad, sino más bien se trata de un problema social y cultural.
El antropólogo apunta que la sociedad poblana tiene una identidad patriarcal definida por una cultura conservadora, tradicionalista y religiosa, por lo que la participación de la mujer se está transformando en diversas esferas y el hombre se siente sacudido por este poder que ellas están logrando.
A su manera de ver, uno de los factores que influye en el incremento de feminicidios en Puebla, así como de la saña en los mismos, es el contexto de violencia extrema que se vive en el país y que ha afectado en el estado.
La difusión de los medios de comunicación masivos sobre los asesinatos y los temas del crimen organizado ha contribuido a que los crímenes sean cada vez más viscerales, situación que anteriormente se presentaba sólo en las relaciones homosexuales porque “los sentimientos están a flor de piel”.
Lo anterior ha ocasionado una desconfiguración de valores en la sociedad, de tal suerte que en la actualidad las formas de asesinar ya son distintas y entre las víctimas también están las mujeres.
“Los asesinos despedazan, mutilan, degollan con la intención de humillar. La delincuencia organizada ha detonado que la violencia sea extrema, que ya no sólo quieran matar, sino que te quieren descuartizar, reiterar que tú no eres nada y que yo soy quien mata”, subraya el experto.
En Puebla, las mujeres son asesinadas cada vez con más saña y, aunque el feminicidio ya es un delito en la entidad, el castigo para quien lo comete es severo, pero no lo evita.
La ley para castigar el feminicidio aún tiene deficiencias
La tipificación del delito de feminicidio en Puebla es reciente. El Congreso local aprobó en noviembre de 2012 la modificación del Código de Defensa Social del Estado, en el cual se incluyó el artículo 312 Bis que establece que “comete el delito de feminicidio quien por razones de género priva de la vida a una mujer”. La condena es de 30 a 50 años en prisión.
Según la ley, existen razones de género cuando: a) el homicida perpetra el crimen por odio o aversión a las mujeres, b) el sujeto activo lo comete por celos extremos respecto a la víctima y c) cuando la mujer haya sido víctima de “lesiones infamantes, violencia sexual, amenazas o acoso, tormentos crueles, inhumanos o degradantes”.
Virgina Mayorga, Arturo López y Víctor León Rueda, abogado penalista y director de la Firma Jurídica León y Castillo, coinciden en que la reforma a la ley es un gran avance para la sociedad y el estado, pero aún tiene deficiencias e imprecisiones.
Si éstas no se corrigen –advierten- se podría permitir una mala integración de las averiguaciones previas y como consecuencia la liberación de los homicidas, quienes se escudarían en esos errores.
León Rueda se pregunta si el grado del odio y de los celos extremos ahora será determinado por las autoridades, pues considera que estos términos son muy subjetivos, nada científicos ni técnicos para las investigaciones.
Describe que la tercera parte del artículo, referente a lesiones, tortura y otros malos tratos, engloba varios delitos en uno solo, lo cual está estrictamente prohibido por las leyes del Sistema Penal Mexicano.
De igual forma, añade que los diputados locales olvidaron incluir una regla especial para justificar esa parte del artículo, es decir, determinar los lineamientos de persecución del delito, como la creación de una agencia del Ministerio Público especializada en feminicidios y la capacitación de servidores públicos de la PGJ y del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
Sostiene que para la averiguación de los delitos de tortura existen decretos internacionales, como el Protocolo de Estambul que no está contemplado por la legislación poblana, pues desde su experiencia el abogado sabe que la PGJ carece de un cuerpo de peritos especializados en casos de tortura.
Así, los expertos consultados por e-consulta aseguran que la ley por sí misma no resuelve nada, castiga a quien comete el feminicidio, pero no evita el delito y si éste no se previene se puede agravar.
Propuestas
Para estos tres especialistas, en el estado de Puebla –posiblemente también en el país - falta establecer y proponer políticas públicas que orienten la transformación de la mujer y el hombre en una sociedad diferente, por lo que las autoridades y la población todavía tienen que trabajar mucho en conjunto para poder lograr una verdadera igualdad de género.
El cambio es un proceso lento y se puede alcanzar, pero primero se debe de transformar el pensamiento de la sociedad y dejar a un lado los roles de género machistas.
“Se deben de proponer formas de transición. No está mal que se dé el cambio, pero la transición se debe planear para que haya condiciones de igualdad, si no se quiebra y el feminicidio se triplica. Entonces debe ser un cambio sereno, transparente, en condiciones de respeto a los derechos humanos”, sugiere Arturo López.
Por estos motivos, el feminicidio debe ser abordado desde varias perspectivas por estudiosos en derecho, antropología, sociología, política, medicina, religión, educación y todas las áreas posibles.
Los entrevistados también advierten que mientras los medios de comunicación masivos, como la televisión y el internet, continúen propiciando un ambiente de violencia -a través del fácil acceso a información- el problema del feminicidio se agudizará.
Es por esta razón que Virginia Mayorga exhortó a las poblanas a informarse sobre sus derechos y las invitó a acercarse a las autoridades y/o asociaciones especialistas en estos temas, no sólo cuando detecten signos de violencia en sus relaciones sentimentales, sociales, familiares, laborales y de otro tipo.
La activista hizo un llamado a las autoridades estatales para que se aplique y difunda la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que entró en vigor en 2006, pues hasta la fecha no ha sido cumplida ni ha garantizado el bienestar de las habitantes en el estado.
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