Beto y Enrique son dos de las marionetas más populares en la serie de televisión educativa para niños Plaza Sésamo. De hecho, son también los únicos personajes de este popular show que aparecieron desde el programa piloto (1969).

“Bert and Ernie” se llaman en la versión norteamericana. En España los conocen como “Epi y Blas”; en Israel son “Arik Ve Bentz”; en el mundo árabe les dicen “Anis w Badr”; en Noruega “Bernt og Erling”; los turcos les llaman “Edi ve Büdü”; y en América Latina son “Beto y Enrique”. Así que su fama mundial no se pone en duda; no así sus preferencias sexuales.

Beto y Enrique llevan 44 años compartiendo habitación en el sótano del número 123 de la Calle Sésamo (en la versión norteamericana; en México es una vecindad). Desde entonces, ha sido muy común bromear con el tipo de relación que llevan estos dos amigos. Muchos programas de televisión han apostado por años a que Beto y Enrique son homosexuales y tienen una relación sentimental. El viernes pasado, la revista estadounidense The New Yorker fue un poco más allá.

La referida publicación fue ilustrada con la famosa pareja de marionetas abrazadas (acurrucados); viendo por televisión a los nueve magistrados de la Corte Suprema de Justicia de Estado Unidos,  que esta semana derogaron una ley que establecía el matrimonio como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer.

La portada fue un diseño de Jack Hunter, quien publicó el dibujo en Tumblr antes de que The New Yorker la colocara en su portada de esta semana. Hunter la tituló “Un Momento de Felicidad” y añadió un comentario: “es estupendo para nuestros niños, es un momento que todos podemos celebrar”.

Esta nueva especulación acerca de la vida íntima de “Beto y Enrique”, ocurre casi dos años después de otro sonado episodio. En agosto de 2011, a través de la plataforma social Change.org se reunieron firmas solicitando: “permitan que Beto y Enrique se casen en Plaza Sésamo”. La campaña logró tal eco mediático que los responsables del programa tuvieron que emitir un comunicado, aclarando que entre Enrique y Beto solo existe una gran amistad.

“Beto y Enrique son los mejores amigos”, dijo en su momento la productora de Plaza Sésamo, Sesame Workshop. El boletín explicaba que si bien fueron concebidos para demostrar a los más pequeños que se puede ser amigo de “aquellos que son muy diferentes de ellos mismos”; al fin y al cabo no son más que “marionetas y no tienen una orientación sexual”, puntualizó.

Plaza Sésamo fue creado por los productores de televisión Joan Ganz Cooney y el psicólogo Lloyd Morrisett en 1969; y ganó enorme popularidad gracias a la creatividad y talento del titiritero Jim Henson. La serie aún es vista en más de 140 países y tiene en promedio unos 120 millones de televidentes en todo el mundo. Sus fans se incrementan año con año con cada nueva generación.

Beto y Enrique son personajes centrales en el show. El tipo de discusiones que suelen tener, ha sido determinante para generar especulaciones acerca de su homosexualidad. A decir de muchos, sus riñas son más parecidas a las que se tienen con una pareja sentimental que con un amigo. 

The New Yorker supo sacarle buen partido a la coyuntura; ya que la Corte Suprema estadounidense otorgó a las parejas del mismo sexo los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales ante el Gobierno federal. Además, el matrimonio entre parejas del mismo sexo es ahora legal en California.

Ambas sentencias generaron fuertes reacciones a favor por parte de los defensores de derechos humanos. Incluso el propio presidente Barack Obama, definió estas decisiones judiciales como “un paso histórico hacia la igualdad del matrimonio”. Así que al final, quizá no esté muy lejos el día en que los productores de Plaza Sésamo se tomen más en serio aquella petición que les hicieran en Change.org; y la relación sentimental entre Beto y Enrique termine volviéndose “oficial”. (Twitter: @rolandolino)