30 de marzo día internacional de las trabajadoras de hogar

  • Lilia Vásquez Calderón
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A mari ejemplo de alegría,

amor, entrega, rebeldía y coraje

La palabra hogar tiene una etimología por demás bella, proviene del latín focus que significa fuego, brasero, hogar. El culto al fuego ha sido una experiencia muy importante en los pueblos antiguos, en cada casa siempre ha existido una hoguera, en torno a ella se congregan las personas, para darse calor, platicar y protegerse. En la actualidad podemos señalar que el hogar   es el espacio íntimo, seguro y cálido donde se reúne la familia, en él se resguardan las vivencias más significativas, se cultivan los valores, se fomenta el amor,  el gusto por la vida, la risa, el error y el aprendizaje significativo, aháí se vive y por él se muere. De ahí la importancia que tiene cada uno de sus integrantes. 

Por ello resulta necesario reflexionar sobre el día internacional de las llamadas “trabajadoras del hogar”, esas extrañas que llegan a nuestras vidas, que son invisibles, pero que en su ausencia se vuelven imprescindibles, que llenan de amor a nuestros hijos, que conocen sus sabores, olores, temores, gustos y desatinos. Nos cuidan a todos y todas, siempre atentas a lo que se necesita, son terapeutas, cómplices, enfermeras, cocineras, lavanderas, nos sorprenden con su sonrisa, su entrega, sacrificio y bondad. Su generosidad les da poderes mágicos porque con poco hacen milagros y delicias. Están atentas a lo que el señor requiera porque entienden que la compañera del hogar trabaja, razón por la cual ellas están, en colaboración pasada comente que estas “trabajadoras del hogar” llenan de amor lo ajeno, dejando en abandono lo propio.

Estas nobles mujeres se encuentran desprotegidas, son explotadas,  su situación laboral es precaria, en algunos casos viven en condiciones de esclavitud, en la mayoría de los casos son abandonadas, por quienes las contratan y por su propia familia, consideremos los siguientes datos:

  1. El consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPREP), destaco que este sector está desprotegido pues trabaja en promedio 31.5 horas a la semana y percibe poco salario. En el mundo hay 53 millones de trabajadores domésticos quienes en la mayoría enfrentan bajos salarios, exceso de trabajo, abuso, maltrato, humillaciones y discriminación.
  2. En el caso de México la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo reveló que el último trimestre de 2014 sólo 198 mil 937 hombres obtuvieron un trabajo doméstico remunerado, frente a 2 millones 116 mil 403 mujeres.
  3. Según la encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social 2013, de los 2 millones 200 mil personas que se dedican a esta actividad, solo 19.3% está afiliada al IMSS.
  4. El 84.2% realiza tareas de limpieza en casa particulares, 8.5% cuida adultos mayores o niños y 6.2% es lavandera o planchadora.
  5. 9 de cada 10 son mujeres, carecen de una normatividad laboral, la mayoría de sus contrataciones se rigen por una cultura “patriarcal, clasista y con tintes colonialistas.
  6. 70% perciben hasta dos salarios mínimos y menos de 1% tiene un contrato laboral escrito.
  7. Aunque este sector es más grande que el de los trabajadores de la educación o la industria extractiva, la ley laboral no incluye su acceso a una jubilación, ni aún salario mínimo. No se cumple con lo establecido al pago de aguinaldo y días feriados. 
  8. Quienes desarrollan estas labores no gozan de derechos a la salud, a una pensión, al ahorro, alimentación o a vivienda digna.
  9. La relación con sus patrones deriva de un acto caritativo, pero casi nunca contractual, ya que 9 de cada 10 no tienen contrato laboral.
  10. Uno de cada 20 hogares en México contrata a una trabajadora del hogar sin estar de planta, y sólo uno de cada 100 las mantiene de forma permanente en el domicilio.
  11. Entre las violaciones a la legislación están jornadas de trabajo que exceden lo establecido en la norma jurídica, sin remuneración extra, falta de acceso a la capacitación, en algunos casos guarda rasgos de esclavitud, en pleno siglo XXI.*

Estas mujeres sometidas de su condición de género son la muestra más clara de explotación y violencia en el siglo XXI, su condición de vulnerabilidad las excluye y abandona. No basta con tener buenas intenciones, hacer grandes reformas, pregonar el día internacional de la mujer, dar créditos y dedicarles un evento.

Se requiere de políticas sociales que brinden condiciones de inclusión a hombres y mujeres, con una propuesta que se oriente a la educación, capacitación e inserción laboral, de una legislación laboral que reconozca, proteja  y resguarde sus derechos, que se garanticen los servicios de salud, vivienda, tan sencillo sería lograr que se tenga certeza laboral. Los actos bondadosos, las migajas de cariño y las expresiones de afecto en poco ayudan a resolver la condición de las “trabajadoras de hogar”, por ello resulta preocupante que sea esa espacio de calidez humana, el que reproduzca una condición de explotación y violencia. Empecemos por reconocer a estas mujeronas, por tratarlas con respeto y dignidad, por visibilizarlas, por pagarles lo justo, por sumarnos a su lucha diaria y por reivindicar su noble y cansada labor, solo con ello valdrá la pena celebrar el día internacional de las “trabajadoras de hogar”.     

Seguimos esperando a nuestros 43 estudiantes, mi solidaridad a sus padres.

Correo:liliasilvia@yahoo.com

*Diario la Jornada. Poy Solano Laura. “En México aun no se garantizan los derechos a empleadas domésticas”. Sociedad y justicia. Pág. 29. 29/03/2015.

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Lilia Vásquez Calderón

Lilia Silvia Vásquez Calderón, Licenciada en psicología, maestra en derecho.

Coordinadora Académica del posgrado del  Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla (CCJP)

Docente jubilada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, BUAP.