Existe una explosión a nivel global en la producción de ropa, impulsada por la llamada “moda rápida”; esto es, que se tienen cambios frecuentes en las tendencias en cuanto a color, forma, etc.

La industria de la moda rápida ha llevado a disminuir la durabilidad y al uso de fibras artificiales (plásticas) respecto de las naturales como la seda, el algodón, el lino entre otras. De tal forma, que todos desechamos más piezas de ropa, lo que ha generado una oferta de venta de ropa de segunda mano.

Adicionalmente, es cada vez más frecuente la copia de los modelos de ropa que están generando tendencia, pero muchas de estas copias emplean fibras plásticas riesgosas como los ftalatos, los perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) y muchos otros agentes químicos.

Además, la ropa contiene colorantes e incluso pesticidas o herbicidas que se usan en la producción de algodón que está fuera de las normas internacionales. Por último, puede incluso nuestra ropa contener metales pesados como lo es el plomo.

Todos estos químicos son riesgosos para la salud ocasionando desde alergias en la piel hasta cáncer. Es por esto, que es muy recomendable siempre analizar en las etiquetas de la ropa con qué fibras ha sido elaborada. Seguir las instrucciones para su lavado y siempre lavar la ropa antes de usarla por primera vez.

De manera importante, cuando ya no piense usarla no la deseche, muchas de las tiendas de marcas conocidas tienen contenedores para reciclar o hacer uso de la ropa que nosotros consideramos no útil. El cuidado del planeta requiere de todos nosotros.