Simpatizantes de Morena solo ven crímenes en Palestina

  • Pablo Ruiz Meza
La presunta izquierda se hace de la vista gorda ante las víctimas de la delincuencia organizada

Simpatizantes y militantes de Morena, principalmente universitarios, han emprendido un activismo en las redes sociales para denunciar las incursiones militares de Israel en la Franja de Gaza, así como por el asesinato de líderes de Hamas.

La mayoría de los activistas cibernéticos practican el antisionismo que raya en el antisemitismo al condenar los ataques al pueblo palestino. Se trata de seguidores acríticos del expriista Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de la 4T, y le deben obediencia como en la época de los comunistas mexicanos al Sóviet Supremo de la URSS estalinista.

En la última caricatura que subieron a Facebook se podía observar una pirámide de cadáveres, y sobre ellos, en la cúspide, dos soldados ondeando la bandera de Israel.

Pero esos mismos militantes y simpatizantes de Morena, muchos de ellos exintegrantes de la llamada izquierda se hacen de la vista gorda para no ver los cadáveres de víctimas de la delincuencia ni oyen los balazos de los sicarios del crimen organizado en México.

Para los excomunistas, las únicas víctimas válidas están en la Franja de Gaza; no existen para ellos los muertos por la invasión del ejército ruso en Ucrania ni mucho menos las marranadas electorales y los crímenes cometidos por Nicolás Maduro en Venezuela.

Ante hechos violentos como el asesinato y la decapitación del presidente municipal perredista de Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, esa dizque izquierda de Morena guardó silencio.

Lo mismo ocurrió con el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, cura formado bajo la luz de clérigos liberales como el extinto obispo Samuel Ruiz García.

Originario de San Andrés Larráinzar, el clérigo asesinado por un sicario del crimen organizado era un activista defensor de los derechos humanos, auxiliaba a los grupos indígenas desplazados por la delincuencia y encabezó marchas para pedir al gobierno interviniera para que retornara la paz.

Pero a diferencia del esnobismo de la izquierda “fifí” con el surgimiento del Ejército Zapatistas en los Altos de Chiapas hasta donde acudieron los “revolucionarios de café” para retratarse con el subcomandante Marcos; ahora se hacen los desentendidos de lo que ocurre en esa zona, luego de las críticas del líder guerrillero al expresidente.

El Subcomandante fue mordaz con AMLO al describirlo:  López Obrador gobierna con "el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz", "la demagogia corrupta de José López Portillo", y "la perversidad de Carlos Salinas de Gortari".

Lo comparó con figuras como Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a quienes atribuyó características como el militarismo, la ignorancia y la superficialidad.

Hoy en el gobierno federal, la generación perdida de la izquierda mexicana arrollada por los priistas y panistas con camiseta guinda, guarda un silencio cómplice frente a la inseguridad pública, con más de 199 mil homicidios dolosos en el sexenio de “los abrazos y no balazos”.

Esa izquierda claudicante hoy es parte de la narcopolítica que tiene en el estado de Sinaloa el mejor ejemplo con un gobernador impuesto por las facciones de los cárteles del narcotráfico, los mismo que buscan derrocarlo.

En este contexto regresan las masacres cometidas por militares como ocurrió en Culiacán, Sinaloa donde abatieron a 19 delincuentes para detener Edwin Antonio Rubio López, operador de Ismael El Mayo Zambada, una de las facciones de la narcoguerra donde Los Chapitos han corrido con mejor suerte.

Para los activistas cibernéticos de la izquierda histórica de Morena las únicas víctimas de las balas son los palestinos dominados por el grupo Hamas enfrentados con Israel. Les importa un bledo los asesinatos de un alcalde decapitado o un sacerdote de los Altos de Chiapas, así como las más de 199 mil víctimas de homicidios dolosos durante el sexenio de la “esperanza”.

Tampoco no ven ni oyen los atentados y masacres en los estados de Guanajuato, Guerrero y Sinaloa, a un mes del gobierno del segundo piso de la 4T de la presidenta Sheinbaum.

Tan condenables son los ataques a la población civil en la Franja de Gaza como los atentados narcoterroristas con autos bomba en los municipios de Acámbaro y Jerécuaro en el estado de Guanajuato.

También corrió sangre en Guerrero, como ocurre en la guerra de Israel con Hamas, con lo ocurrido en Técpan de Galeana con 19 muertos en el enfrentamiento de civiles con elementos castrenses.

Y mientras la izquierda morenista se concentra en condenar los crímenes cometidos por el ejército israelí, esos mismos militantes de “izquierda” guardan silencio ante la frustrada ejecución militar extrajudicial de un ciudadano inocente en Culiacán, con la misma práctica de “mátalo” en caliente.

Son los mismos, dizque integrantes de la izquierda, que llevaron hasta la tribuna popular de la Cámara de Diputados al gobernador sinaloense Rubén Moya Rocha, pese a las evidencias ministeriales y las denuncias ciudadanas de sus vínculos con Los Chapitos del cártel de Sinaloa.

El centenar de ejecutados y de desaparecidos en Sinaloa, y el burdo montaje de la Fiscalía General del Estado ordenado por Moya Rocha para simular el crimen del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, no les importó a los legisladores federales de Morena.

Los morenistas se desgarran las vestiduras con lo ocurrido en Medio Oriente, condenables las muertes de inocentes por supuesto, pero se niegan a mirar las masacres, los homicidios dolosos y el poder del crimen organizado en México que ha impuesto su ley, a sangre y fuego, para tener impunidad para la comisión de diversos delitos y ampliar su predominio en municipios y estados.

X@pabl_ruiz
Face: Pablo Ruiz Meza
pabloruiz91516@gmail.com

 

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Pablo Ruiz Meza

Periodista con más de 30 años de trayectoria como reportero de staff, investigaciones especiales, corresponsal nacional, director editorial, autor de la columna "Nada personal" y colaborador en diferentes medios de comunicación multimedia.