Gobernación y Samuel

  • Elmer Ancona Dorantes
El próximo secretario recibió de Alejandro Armenta una grandísima responsabilidad, un papa caliente

Mantener la estabilidad política de un estado es complicado, sobre todo si se trata de una entidad donde el número de habitantes crece potencialmente por ser un espacio atractivo para la gente de fuera.

Puebla no es la excepción. todo el mundo quiere vivir aquí por su riqueza cultural, histórica, arquitectónica, patrimonial, por su gente; en verdad, es un estado encantador que atrapa a propios y extraños.

Pero así como viene gente buena y productiva, también arriban delincuentes de todo tipo. Ya las propias autoridades, desde la administración de Miguel Barbosa, reconocieron la cantidad de cárteles y células delictivas que operan en diversas regiones del estado, incluyendo a Puebla capital.

Eso crea una entidad relativamente peligrosa y vulnerable, al grado tal que el gobierno de Estados Unidos ha emitido diversas alertas para sus ciudadanos, con el fin de que incrementen su seguridad personal y familiar en caso de visitar Puebla.

Ya no hablemos de la enorme cantidad de grupos de comerciantes, rudos y blandos, que durante esta administración pelearán como locos por tomar las calles de nuestra ciudad.

Tampoco hay que desairar a la nada despreciable cantidad de ciudadanos (un millón cien mil) que votaron por el PAN-PRI-PRD-PSI, y que saldrán a protestar y a marchar, cuantas veces fuere necesario, para defender sus derechos políticos. Hay decenas de OSC y ONG que saben protestar con fuerza.

En reciente plática con Samuel Aguilar Pala, el próximo secretario de Gobernación del estado, con quien conviví durante dos años en el Instituto de Administración Pública (IAP) (él en su Maestría en Gobernanza y Gobiernos Locales), le comenté que recibió de manos de Alejandro Armenta una grandísima responsabilidad, una papa caliente.

Platicamos que su tarea deberá ser transversal, en el sentido de que para mantener la estabilidad del estado necesitará del consenso amplio y pleno de los grupos de presión, de los grupos de poder, y de la ciudadanía en general ¿Suena fácil? Para nada.

El gobierno del estado entrante estará obligado a trabajar a la perfección cuatro figuras clave que dependen directamente de su responsabilidad como autoridad: 1) Gobierno, 2) Gobernación, 3) Gobernabilidad, 4) Gobernanza. Cuatro elementos parecidos, pero diferentes, que se entrelazan permanentemente. Aquí algunos puntos en los que coincidimos Samuel Aguilar Pala y este servidor:

1) Gobierno:  Con esta figura entendemos el “todo” (política, administración, gestión) y está estrictamente relacionada con el grupo que detenta el poder público en un periodo determinado. Genera hegemonía en lo vertical y lo horizontal, en lo interno y lo externo. El gobierno es el “todólogo” en esta responsabilidad que le confiere el pueblo. Se estaciona en una cúpula de poder “multitask”.

2) Gobernación: Este elemento se entiende como la acción y efecto de gobernar o gobernarse; el gobernante (kubernao) es el capitán del barco que conduce la barca a buen puerto.

Las preguntas que se plantean aquí los que gobiernan son: ¿Estamos llevando a la sociedad a un mejor derrotero? ¿Políticamente estamos trabajando bien? ¿Gobernamos por convencimiento, por coerción? ¿Somos profesionales e imparciales en lo que hacemos? ¿Gobernamos para unos cuantos, para todos?

3) Gobernabilidad: Es la capacidad que tiene el gobierno para autorregularse, para autoadministrarse, para profesionalizarse en su interior; para eso requiere formar y capacitar a todos sus servidores públicos, de arriba-abajo, para alcanzar una sola meta, un solo objetivo. Aquí entran figuras clave como la gerencia, los facilitadores, la prospectiva política, entre otras.

4) Gobernanza: Es la responsabilidad que tiene la autoridad gobernante para establecer un estrecho diálogo con la sociedad, con los grupos ciudadanos, con las comunidades, con los segmentos y sectores sociales. El fin primordial es alcanzar un óptimo tejido social, una amplia cohesión social, una activa participación ciudadana, basado en el consenso público.

Lograr todo esto no es tarea fácil, en lo personal se me antoja como algo demasiado complicado, que para lograrlo requiere un trabajo transversal, “multimanos”, “multipensamientos”.

¡Vaya tarea la que tendrá que enfrentar nuestro buen amigo Samuel Aguilar Pala, al menos en la parte de gobernación que le compete! En lo personal confío en sus capacidades políticas, en las amplias relaciones que tejió en lo político y en lo social al interior del estado, así como en la capital.

Desde mi punto de vista, se perfila como un funcionario capaz, profesional, preparado, dispuesto a dialogar, a escuchar, a consensuar. Todo dependerá hasta donde lo dejen tanto los de adentro como los de afuera ¡Enhorabuena Samuel!

@elmerando

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y maestro en Gobierno y Políticas Públicas por el Instituto de Administración Pública (IAP) y maestrante en Ciencias Políticas por la UNAM. Catedrático. Ha escrito en diversos medios como Reforma, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.