Elon Musk frente a los Estados nacionales

  • Luis Ochoa Bilbao
Juega sus cartas para debilitar gobiernos ante su clara orientación por políticos populistas

Es importante reflexionar sobre el papel de Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, influyente, poderoso y polémico. Sí, las relaciones internacionales tienen que ver con países, pero también hay individuos que intervienen en los asuntos del mundo y se vuelven muy relevantes.

Tal fue el caso de Einstein, la madre Teresa de Calcuta o, recientemente el creador de Wikileaks, Julian Assange. El caso de Elon Musk está trascendiendo el mundo de los negocios y la tecnología, para incursionar en la política y acorralar a diferentes gobiernos del mundo.

Musk es el dueño de Tesla. Una compañía que fabrica autos eléctricos. Su propósito es liderar el gran cambio tecnológico para abandonar los combustibles fósiles. También es dueño de Space X. Esto es muy importante porque se trata de una empresa que diseña cohetes de bajo costo y muy eficientes para la exploración espacial.

Su objetivo es sentar las bases de la colonización de marte. Y se trata del esfuerzo de un empresario, no de un país, no de una nación. Está convirtiendo la colonización de marte en un proyecto privado, no en un proyecto compartido por la humanidad.

Elon Musk está ahora en el ojo del huracán. Su compañía X, antes conocida como Twitter, enfrenta problemas en Europa. España y otros ocho países europeos demandaron la semana pasada a X de violar las leyes de la Unión Europea.

En la demanda, se acusa a Elon Musk, propietario de la plataforma, de alimentar su tecnología de inteligencia artificial con datos personales de unos 60 millones de usuarios europeos sin informarles ni solicitar su consentimiento, algo obligatorio en las leyes europeas.

El multimillonario, a través de su empresa, criticó la exageración de la medida. Argumenta que ese tipo de restricciones impiden el desarrollo de nuevas tecnologías. Algunos periodistas que han cubierto la nota, señalan que se trata de un enfrentamiento más entre el espíritu rapaz de un capitalista como Musk, y de las reglas a la protección de los datos privados de los ciudadanos que los Estados se ven obligados a preservar.

Otra controversia que involucra a Musk es la decisión de un juez brasileño que ordenó al empresario cancelar cuentas en X de incitadores a la rebelión, la violencia y difusores de noticias falsas. Musk amenazó con sacar su empresa de Brasil, argumentando que viola la constitución de ese país que protege la libertad de expresión. Se trata de un dilema siempre presente en las sociedades democráticas: ¿es deseable, es posible regular la libertad de expresión ante las mentiras, las noticias falsas y las difamaciones que circulan en todas las redes sociales?

Elon Musk también ha levantado polémica por su clara orientación a favor de políticos populistas de extrema derecha. En su momento mantuvo relaciones cercanas con Jair Bolsonaro, cuando éste era presidente de Brasil. Y, la semana pasada, en la red social X, Musk entrevistó a Donald Trump en un evento que tuvo problemas de transmisión en la plataforma. Musk ya había manifestado con anterioridad sus simpatías por Trump y ha ofrecido públicamente apoyar su campaña con varios millones de dólares.

Elon Musk es ya parte de la política del siglo XXI. Como muchos empresarios connotados lo fueron en los siglos XIX y XX: John D. Rockefeller, Andrew Carnegie, Henry Ford o la familia Rothschild. El poderío económico de Musk, su influencia en la revolución tecnológica, su proyección política es altamente influyente. Preocupa que sus posiciones sean conservadoras y sus acciones empresariales erosionen los pactos legales de los Estados nacionales. Por ejemplo, Musk ha luchado por evitar que los trabajadores de sus compañías formen sindicatos, un derecho laboral consagrado en la constitución de los Estados Unidos. Se trata, sin embargo, de la posición normal de los grandes empresarios del mundo que históricamente han rivalizado con los gobiernos, precisamente para favorecer sus intereses individuales por encima de los colectivos.

 

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Luis Ochoa Bilbao

Internacionalista y sociólogo. Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la BUAP. Se especializa en temas de política exterior, cultura política y sociología de las relaciones internacionales.