Ayotzinapa, contratiempo en contra del tiempo

  • Carlos Figueroa Ibarra
Para sanar esta herida es necesario conocer la verdad y hacer justicia “llegue hasta donde llegue"

Dentro de seis meses aproximadamente, Andrés Manuel terminara su mandato de cinco años con diez meses. Como él mismo lo ha dicho, se irá con la conciencia tranquila y lleno de satisfacción y creo que no le faltarán motivos. Este sexenio o casi sexenio, ha sido fructífero en términos de las promesas cumplidas y me parece que su gobierno ha sido incomparablemente mejor que los ejercidos en los sexenios pasados. Un síntoma de este hecho son los resultados que arrojan las encuestas para las elecciones del próximo 2 de junio, que confirman que no hay nada mejor que el buen gobierno para elevar las preferencias de un partido o de una coalición.

Sin embargo, hay una promesa que se ha vuelto un contratiempo que además corre contra el tiempo: Ayotzinapa. Andrés Manuel terminaría de consolidar el cierre brillante de su gobierno si el atroz crimen de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa fuera resuelto. Y resolver Ayotzinapa, en mi opinión, no es encontrar a los muchachos desaparecidos. Cualquiera que haya estudiado un poco el tema de la desaparición forzada sabe que son ínfimos los casos en los cuales los desaparecidos son encontrados con vida. Para que esto suceda deben ser encontrados en un plazo muy breve después de su desaparición. Pero también son muy pocos los casos en los cuales los restos de los desaparecidos son encontrados.

Así las cosas, resolver Ayotzinapa para cumplir con la promesa que el gobierno actualmente menguante hizo desde los tiempos en que López Obrador era candidato, es ofrecer a la sociedad una verdad verosímil; por lo tanto, plausible, de lo que sucedió aquella noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, así como en los días que siguieron. Es llevar a la sociedad un informe detallado y fundamentado de quiénes capturaron a los normalistas, los distintos grupos en los cuales fueron divididos, los lugares en los cuales fueron ultimados, las  acciones que se hicieron para deshacerse de los cuerpos, quiénes fueron además de los autores materiales los hechores intelectuales, las cadenas de mando que operaron en esos días y los niveles de mando de las autoridades civiles y militares que perpetraron un crimen cuya memoria perdurará para siempre en México.

Todo esto tendría que hacer el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para contrarrestar la campaña reaccionaria que ha estado manoseando políticamente la tragedia. Las provocaciones relacionadas con el caso son evidentes y los grandes medios de comunicación tratan el asunto como si hubiese sido el gobierno actual el autor de la infamia y no el de Peña Nieto. El mismo Peña Nieto a quien llevaron a la presidencia y apoyaron esos grandes medios y toda la entente de derecha. Ese bloque en el poder que hoy desde la oposición se desgarra las vestiduras clamando verdad y justicia como si no hubiesen sido cómplices del crimen y de la narrativa mentirosa que fue construida como “verdad histórica”.

Mientras tanto el tiempo pasa y debe invertirse más tiempo en resolver el caso que en desenmascarar las provocaciones y el uso político que tiene entre sus ejemplos el derribamiento de una de las puertas del Palacio Nacional (jamás vimos furia tal contra el gobierno de Peña Nieto) y el planteamiento del abogado de los padres de Ayotzinapa de que asistirán en plan provocador a los eventos de campaña de Claudia Sheinbaum. Indudablemente hay manoseo reaccionario y se presume hasta infiltración en todos estos hechos. Probablemente pese más que esto último, la ideologización que se observa entre un sector del movimiento que apoya la justa causa de Ayotzinapa. Esto ha sido expresado en una reciente entrevista de Jenaro Villamil con Manuel Vázquez Arellano también conocido como Omar García, El 44.

Ayotzinapa es una herida abierta en la nación. Para sanar esa herida es necesario conocer la verdad y con ella hacer justicia “llegue hasta donde llegue” como el propio Andrés Manuel suele repetir. Y una vez logrado eso, conservar en la memoria este hecho atroz para que nunca más vuelva a repetirse.

 

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Carlos Figueroa Ibarra

Sociólogo, profesor investigador de la BUAP, especializado en sociología de la violencia y política. Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional de Morena (2015-2022).