Caricaturista, litógrafo y muralista mexicano, uno de los más reconocidos artistas durante el siglo XX, el MoMA presentó en 2010 una gran retrospectiva de su obra, siendo la tercera a un artista mexicano y la sexta a un latinoamericano; José Clemente Orozco, es recordado por sus diversas creaciones a lo largo de su trayectoria en el 140 aniversario de su nacimiento.

Orozco también se desempeñó en el área de las matemáticas y el dibujo arquitectónico, perteneció al grupo de muralistas mexicanos, donde trabajó a lado de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros; sus obras presentan diversas técnicas artísticas como el fresco, el dibujo, el grabado al aguafuerte y la litografía.

“Una pintura es un poema y nada más. Un poema hecho de relaciones entre formas, como otras clases de poemas hechos de relaciones entre palabras, sonidos o ideas”.

Hoy celebramos el 140 aniversario del natalicio de José Clemente Orozco, reconocido como uno de los máximos… pic.twitter.com/HtVxT45tBn

— Museo del Palacio de Bellas Artes (@mbellasartes) November 23, 2023

José Clemente Orozco Flores, nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 23 de noviembre de 1883; su interés por el arte nació al conocer las obras de José Guadalupe Posada, de las cuales se hacían grabados en una imprenta cercana a su casa; sus primeras lecciones las obtuvo observando a Posada trabajar en la tienda de Vanegas Arroyo, Orozco se inscribió en la Academia de Bellas Artes de San Carlos para tomar clases de dibujo durante el turno nocturno.

La primera exposición individual que Orozco realizó fue en la librería Biblos de la Ciudad de México en 1916; posteriormente viajó a Estados Unidos, vivió en San Francisco y en Nueva York donde se dedicó a pintar carteles, así como murales para el Pomona College de California, para el Dartmouth College y la New School for Social Research.

En 1922 se unió a los artistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, en el sindicato de pintores y escultores, como una forma de recuperar el arte de la pintura mural bajo el patrocinio del gobierno. Mientras que en 1926 por encargo de la Secretaría de Educación pintó en la ciudad de Orizaba, el mural Reconstrucción en el edifico del Palacio Municipal.

Entre sus obras se encuentran cuadros como el tablero rectangular del Palacio de Bellas Artes titulado Katharsis, el cual realizó en 1934, de 1936 a 1939 realizó tres grandes obras murales en Guadalajara, ese mismo año decoró la cúpula y los muros de la plataforma del anfiteatro en la Rectoría de la Universidad de Guadalajara.

Entre los años 1914 a 1944, Orozco se dedicó a la pintura de caballete, al retrato de diversas celebridades como Dolores del Río, así como a una gran obra mural en la bóveda y los muros del coro de la antigua iglesia de Jesús Nazareno. Recibió el Premio Nacional de Cellas Artes de México en 1946, mientras que el año siguiente expuso en el Palacio de Bellas Artes.

Sus obras se enmarcan en el grupo de pintores y muralistas mexicanos, representativos del muralismo impresionista, junto a otros artistas anticipó las tendencias neorepresentativas o neoicónicas que surgieron hacia 1960.