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Exigen reapertura de albergue abandonado en Chignautla
En el municipio de Chignautla, los pobladores reclaman a las autoridades municipales, a las cuales señalan el abandono del albergue Yolotzin, el cual brindaba abrigo, alimento y dormitorios a los familiares de personas que son atendidas en el hospital regional de Teziutlán, en su mayoría bajo observación por covid-19.
El presidente municipal de la demarcación, Aarón Bonilla Paulino, decidió cerrar el albergue, debido a que, a finales del mes de enero, el sistema DIF municipal de Teziutlán entregara los derechos del albergue Yolotzin, a solicitud del municipio de Chignautla, en el que el edil argumentó que, al encontrarse en territorio de su municipio, este albergue tendría que ser administrado por su gobierno; cabe señalar que la delegada de DIF estatal, Guadalupe del Carmen González Díaz, dio fe del buen estado y términos de dicha cesión.
El albergue atendería a familiares de enfermos hospitalizados allí, con comida tres veces al día, dormitorios, baños y lavandería, etc., con una recuperación económica mínima de 15 pesos, llegando tener incluso una remodelación para brindar mejor atención a quienes lo solicitaban hospedaje, debido a la poca sustentabilidad sobre algún hotel, sin contar el tiempo de traslado hacia el nosocomio.
A la fecha el edil no ha dado respuesta alguna sobre el tema, por ello las familias tienen que pernoctar a las afueras del hospital durmiendo a la intemperie, en ocasiones en el suelo del mismo hospital, para estar pendientes de sus familiares, solicitando a través de este medio se reabra el albergue, pues las temperaturas han llegado hasta menos 3 grados.
Por su parte, Azucena Aparicio dijo: “si bien que estaba funcionando, no sé porque lo cerraron, ahora con este clima, imagínese tenemos que esperar a la intemperie y al rato vamos a terminar en el hospital también junto con mi enfermo, no de covid, pero de gripa o algo, por el frio que hace, donde nos quedamos, no tenemos para pagar un hotel y venimos de lejos”
“Para empezar no estábamos a la intemperie, sobre todo aquí en la región que es muy fría, nos brindaban el servicio de dormitorio, regadera, y tenemos la opción de venir a desayunar a comer o incluso cenar durante nuestra instancia aquí en el hospital… la atención que brindaban era excelente porque además nos permite despejarnos del estrés que tenemos por nuestros familiares en el hospital”. externó Miguel Ángel Martínez sobre como venía funcionando el albergue anteriormente
“los costos por los que pagamos por un cuarto acá ni siquiera se comparan con los que se pagaba aquí en el albergue… Lo más importante es que pongan atención a quienes venimos a ver a nuestros enfermos. Si estaba funcionando bien ¿por qué lo cerraron?”, finalizó Miguel.