El segundo encuentro nacional e internacional de mujeres que luchan

  • Itzel López Nájera
Al evento acudieron diversas organizaciones y personas interpeladas por el llamado de las zapatistas

El pasado sábado 16 y domingo 17 de marzo se llevó a cabo el Segundo Encuentro Nacional e Internacional de Mujeres que Luchan, en el deportivo del SME, en la ciudad de México. Al evento acudieron diversas organizaciones y personas interpeladas por el llamado de las zapatistas, quienes este año no pudieron organizar el encuentro en Chiapas debido al acoso paramilitar que peligrosamente amenaza a las comunidades. Fue un encuentro que no pretendió sustituir el encuentro zapatista del año pasado, pero que sí intentó diseminar el mensaje de las compañeras en aras de seguir tejiendo redes de apoyo y discusión.

Entre las asistentes se encontraban las trabajadoras en huelga en Matamoros; mujeres de la Universidad Autónoma Metropolitana; algunas madres de víctimas de feminicidio; mujeres opositoras al “Proyecto Integral Morelos” y compañeras de Samir Flores (asesinado el 20 de febrero pasado afuera de su domicilio); miembros del Congreso Nacional Indígena; María de Jesús Patricio (Marichuy); académicas; estudiantes, y muchas otras mujeres provenientes que diversas partes del mundo.

Entre los temas que se pudieron discutir a lo largo de la jornada en los talleres, foros, charlas y actividades diversas que se organizaron, destacó el asunto de la defensa de los territorios de las comunidades indígenas, conflicto que remite a una lucha de centurias por la preservación de los valores, la lengua, la cultura, la tierra de las comunidades y distintos grupos étnicos a lo largo y ancho del país. Hablar de “territorio” implica referir necesariamente, todo un reticulado histórico simbólico de anclaje a la madre tierra y la manera en que ella, como sujeto vivo, provee a sus hijos y engendra vida en su ser. La tierra entonces no es “territorio”, “recursos naturales” explotables para la voracidad capitalista, o uno de los planetas que integra el sistema solar… o al menos no significa solo eso. La disputa por la significación de la tierra entre proyectos extractivistas y depredadores (anclados al entramado conceptual capitalista, eurocéntrico y occidental), contra los proyectos de preservación de la vida en su sentido más integral, se ha venido exacerbando en décadas recientes. Las comunidades, naciones, tribus o pueblos originarios son quienes han representado la voz de la instancia no escuchada en las instituciones modernas, y con ello reivindican el derecho de todes a la vida.

La confrontación entre lo occidental moderno y el “sentipensar” con la tierra constituye la lucha más profunda del México negado, el de todos, y pasa por una crítica devastadora y radical de la “racionalidad” técnica, capitalista, sistematizada en cierta versión del positivismo científico, y que actualmente se encuentra sumamente cuestionado en diversos ámbitos del saber (requerimos otras formas de pensar el mundo y actuar sobre él). Recordemos que recientemente, cuando recibió la distinción “honoris causa” de la Universidad Iberoamericana Puebla, el teólogo de la liberación Leonardo Boff hizo el llamado de “ecologizar” transversalmente el currículum escolar, en aras de formar otros habitantes del mundo posible que cuiden y permitan la permanencia de la Tierra.

Si bien resulta una iniciativa necesaria el reconocimiento de los genocidios y las atrocidades cometidas en siglos pasados contra los grupos vulnerados por procesos de “conquista” y despojo territorial, así como las solicitudes de “disculpas” representan un posicionamiento político por parte de las naciones e instituciones que los cometieron, resulta mucho más necesaria la congruencia del gobierno entrante con una política que reivindique a las comunidades vivas y actuantes en la actualidad. La (T) tierra en lo más profundo, lo reclama.

El papel de las mujeres en esta lucha de preservación es primordial y es por ello que la discusión se torna imprescindible en todos los ámbitos y desde voces diversas. De ahí la necesidad de continuar con las discusiones iniciadas en el Primer Encuentro. Contribuyendo con un pequeño grano de arena, y para dar foro a estas discusiones, se llevará a cabo una serie de actividades en la Universidad Iberoamericana aglutinadas bajo el nombre “El florecer de la autonomía. 25 años de resistencia y rebeldía” durante la primera semana de abril, actividad organizada por alumnas y ex alumnas de esta institución.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

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Itzel López Nájera

Profesora de la Ibero Puebla. Doctora en Ciencias en investigaciones educativas, y Maestra en Ciencias, ambos por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN y licenciada en Sociología por la UNAM