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En Izúcar, edil encabeza festejo de Día Internacional de la Tolerancia
En el marco del Día Internacional de la Tolerancia, Carlos Gordillo Ramírez, Presidente Municipal de Izúcar de Matamoros, se pronunció a favor de legitimar este concepto, no sólo como una asignatura más en el calendario, sino como un valor inherente de la ciudadanía.
El gran reto de incorporar la tolerancia a los procesos educativos no está en incluirla como un tema, sino como estrategia de enseñanza y de aprendizaje. La tolerancia radica en la necesidad de aceptarnos como personas diferentes, pero, a la vez, como habitantes de la misma sociedad y, en definitiva, merecedores de una educación digna.
Para el edil Izucarense, se siguen produciendo y presentando ideas y prácticas intolerantes contra minorías religiosas, étnicas y sexuales, “y la fórmula para contrarrestarlas debe ser la aplicación ineludible de la ley contra los y las que violan los derechos. En Izúcar todavía tenemos una enorme tarea y me parece que tiene que ver con construir la tolerancia como virtud, es algo en lo que tenemos que estar todos muy interesados, desarrollando programas e intensificando la educación, para preservar la defensa y vigencia de los derechos humanos para todos y para todas”, aseguró.
En este sentido, resulta necesario que sociedad y autoridad trabajen de manera conjunta para que amplíen su presencia y puedan normar las relaciones entre los individuos, ya que sólo así se puede asegurar la convivencia social y garantizar el respeto entre la gente.
El munícipe reconoció a la comunidad Izucarense como gente con principios y valores, quienes han sabido inculcarlos a través de las generaciones que se han destacado por producir mujeres y hombres de bien; “reconozco que los Izucarenses han sabido vivir bajo principios y valores, y sobre todo que los han transmitido a las generaciones, dando como resultado que en nuestro Municipio abunden mujeres y hombres de bien”.
La tolerancia plantea la coexistencia armónica de diferentes grupos, pensamientos, hábitos, y costumbres, como una forma imprescindible para la convivencia entre oposiciones, no obstante necesita de la voluntad de los diversos entes sociales para lograr su concepción.
En suma, la tolerancia constituye una virtud cívica y un deber ético, que nos conduce a la defensa del derecho de cada individuo a ejercer su verdad y a practicarla, que de ningún modo implica renunciar a convicciones personales; al contrario, nos dirige al esfuerzo común, el respeto mutuo, la voluntad de diálogo y a la aceptación de los demás.
Cabe resaltar que esta fecha se conmemora desde el 12 de diciembre de 1996, cuando la Asamblea General de la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) exhortó a sus Estados Miembros, a que el 16 de noviembre de cada año se observara el Día Internacional de la Tolerancia con actividades dirigidas tanto a los centros de enseñanza como al público en general, a fin de establecer estrategias que salvaguarden la dignidad de personas que pudieran ser denostadas en sus derechos fundamentales.