Los acordes de Sostacovich y de Orf

  • Atilio Peralta Merino

El  senador Precott Bush habría sido recipiendario, según ha trascendido,  de los remanentes, por demás considerables en sus montos,  del legendario tesoro del Tercer Reich; por su parte, el también senador Albert Gore senior,  habría reciclado, lavado diríamos aquí en México en los días que corren, importantes remesas enviadas a los Estados Unidos desde Moscú y, cuya finalidad , habría estribado en costear a cabalidad la actuación de los agentes de la K.G.B. en territorio americano.

Los dos legisladores observaron un perfil que podríamos calificar de discreto por no decir que abiertamente mediocre, sus respectivas imágenes públicas habrían quedado  del todo apabulladas ante la estridencia de la “comisión para la investigación de actividades antiestadounidense” que presidía en la Cámara alta el controvertido Joseph McCarthy, eran los días de “la Guerra de Corea”   y en las estaciones de radio de los poblados del sur comenzaba a escucharse la voz de un joven oriundo de Memphis llamado Elvis Presley.

No obstante  de la opaca presencia que los  senadores en cuestión habrían tenido  ante la opinión pública de los Estados Unidos, entre ambos comenzó a  establecerse un clima de tensión que con el tiempo se tornó en una  abierta hostilidad, a grado tal, de que muy bien podríamos señalar sin temor a exagerar que   los ecos de la “Batalla de Stalingrado” resonaron en las calles americanas, con mucha más fuerza que la que  aquella con la que pudieron haber resonado en el “Metropolitan” de Nueva York los acordes de los poemas sinfónicos de Dimitrio Sostacovicho, o los de la “Cármina Burana” de Orf.

Las familias senatoriales trasladas sus rencillas y conflictos de generación en generación, al menos en las sociedades imperiales, tal y como al respecto se acredita en la obra monumental del historiador Suetonio: “Los Doce Césares”; y, en tal tesitura,  los conflictos de Prescott Bush y Albert Gore senior se  extendieron más allá de sus respectivas tumbas por más de medio siglo.

Albert Gore junior se atravesó como compañero de fórmula de Bill Clinton en la intentona reeleccionista de Georg Bush senior, y a su vez, Georg Bush junior, descarriló  por su parte la intención de Gore de alcanzar la “Casa Blanca”.

Durante la presidencia de Reagan, el Consejero de Seguridad Nacional Oliver North, el director de la C.I.A. Bill J. Casy y el Vicepresidente Bush se habrían enfrascado en una operación clandestina de guerra secreta contra el régimen sandinista de Nicaragüa,  creando para ello una red de actividades delictivas que llegaron a abarcar el planeta entero.

Los homicidios de Luis Carlos Galán en el municipio colombiano de Soacha, de Luis Donaldo Colosio en la colonia  “Lomas Taurinas” de Tijuana y de Yiyak Rabin en Tel Aviv; revisten más de una similitud, no sólo se da en plazas públicas en medio de multitudes reunidas en mítines políticos interesadas en escuchar los mensajes de sus  respectivos líderes; no sólo aparecen en escena, sujetos pertenecientes a los conducentes servicios de seguridad del estado llámense éstos DAS, CISEN o SHIN BETH señalados  como sospechosos de participar en los referidos homicidios.

Lo más interesante del caso, es que con los referidos decesos  se habrían borrado  las principales huellas del caso “Irán-contras”, con tales decesos habrían resonado nuevamente  con virulencia estruendosa los acordes de Sostacovich y de Orf.

albertoperalta1963@gmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava