Después del proceso electoral de 2010 en que se renovó el Congreso del Estado, 217 Municipios incluida la Capital y la Gubernatura, obteniendo el triunfo la Alianza de partidos “Compromiso por Puebla”, los priistas nunca se reunieron para analizar las causas de la derrota que dejó a muchos damnificados en el camino, no sólo a los candidatos perdedores, sino también a quienes los apoyaron y que nunca recibieron un “gracias” o por lo menos una muestra de apoyo o solidaridad cuando  perdieron sus fuentes de trabajo o se convirtieron en víctimas de la persecución política por las actuales autoridades del Gobierno del Estado y de varios Municipios controlados por el grupo en el poder.

Hubo más de seis mil despedidos desde los altos mandos que sabían que no podían continuar en sus puestos por obvias razones, hasta personal de apoyo como secretarias y analistas cuyo único pecado fue haber trabajado con el gobierno anterior.

La promesa de que no habría despidos de los burócratas y de que se respetarían los derechos laborales quedó en el discurso.  La Alianza PRI-PVEM  después de la derrota, nunca  hizo un análisis de la labor que desarrollaron diversos militantes y actores de la vida política del Estado que traicionaron al Partido y otros que estando con la alianza, se dedicaron a simular y pasar información al grupo contrario esperando que sus servicios fueran compensados   con puestos en la administración sin renunciar a su militancia priista. 

Casos podemos mencionar muchos, pero no tendría sentido ya que incluso algunos hoy han vuelto a declararse militantes del PRI por no haber obtenido lo que se les prometió. Un claro ejemplo de estas actitudes es el trabajo  de los actuales diputados de la bancada del PRI, que ha sido deplorable, sin tomar su papel de oposición responsable, sino asumiendo una conducta  completamente entreguista para con el Gobierno del Estado aprobando toda iniciativa enviada por el ejecutivo  y recibiendo una compensación mensual de cien mil pesos para supuestos gastos de gestión de los que nadie ha informado en que se han utilizado.

En el actual proceso electoral se vive en alianza 5 de Mayo el que algunos han llamado “el síndrome zavalista”: simulo que estoy contigo, pero le paso información al de enfrente o bien declaro que te apoyo, pero no me verás en ningún evento ni te levantaré la mano en ningún acto público, pero grito a los cuatro vientos mi militancia priista y mi fidelidad al partido, así no quedo mal con nadie y el grupo en el poder no podrá acusarme de estar en contra de ellos.

Concluimos que de obtener el triunfo en la elección del 7 de julio próximo los candidatos del PRI-VERDE, será a pesar de los traidores y simuladores y por decisión de los ciudadanos de a pie, que sólo esperan que mejoren las cosas en nuestro Estado y exista un verdadero equilibrio de poderes, lo que abonaría a que exista una auténtica gobernabilidad y democracia en un Estado con una amplia cultura política.