Carlos Saúl Menem declaró su conversión al catolicismo con el deliberado propósito de llevar a cabo el “Tedeum” correspondiente a la toma de posesión del cargo como Presidente de la República Argentina, al que obligaba en su momento como requisito las disposiciones de ley provenientes de la Constitución Federal de 1853.
Integrante de la secta alawita al unísono de los Asad, padre e hijo, familia gobernante en Siria desde 1973, encontrándose por lo demás emparentada su primera esposa, Zulema Yoma, con la esposa del desaparecido Hafez y madre del actual mandatario, Bashar.
Coincidentemente los primogénitos de Hafez el Assad y del propio Menem morirían en medio de trágicos accidentes que la opinión general cubrió con la sombra de la duda y la sospecha.
Mucho tendrían en común ambos hombres de poder: La congregación en el culto chiíta , la relación de parentesco civil de sus respectivas cónyuges, y la visita del “ángel de la muerte” frente a sus hogares cuyos frontispicios no habrían sido señalados previamente con la sangre del sacrificio pascual.
Otro punto de conexión entre ambos, por demás significativo, habrían sido las actividades por diversas partes del mundo del traficante de armas Monzar Al Kassar, detenido en Madrid hace tan sólo unos cuantos años.
Carlos Saúl Menem, incansable promotor de la privatización de activos públicos y de la plena desregulación de los mercados, se habría hecho asimismo acreedor de la sospechas de haber sido coparticipe, al menos con carácter de encubridor, respecto del terrible atentado perpetrado durante su mandato contra la “mutualidad israelí” de Buenos Aires.
En los días que corren, un tribunal de primera instancia de lo penal de la República Argentina, ha condenado a una pena privativa de la libertad a Carlos Saúl Menem acusado de haber sido partícipe en 1995 de operaciones de tráfico ilícito de armas, mediante las cuales se habría dotado de éstas a los líderes croatas de Yugoslavia, en abierta contravención al embargo acordado al respecto por la comunidad internacional.
El tiempo es capaz de transformarlo todo, en los días de la cúspide del poder de Menem, los Assad no eran señalados de emplear armas químicas contra las fuerzas opositoras a su régimen por los consorcios y las agencias noticiosas vinculadas al Departamento de Estado, sino por el contrario, eran vitoreados por haber participado en la coalición anti Sadam durante “la Primera Guerra del Golfo”.
Por los mismos días , las mismas agencias noticiosas volcaron sus argucias noticiosas en el pleno desvanecimiento de responsabilidades de los líderes nacionalcatólicos croatas en las cruentas guarras de Yugoslavia, líderes que, por lo demás, habrían sido los beneficiarios de las actuaciones ilícitas de Menem y de Monzar Al