El 19 de octubre de 1994, a las doce horas con treinta minutos en el uso horario de la Ciudad de San Antonio, Texas; y en el domicilio correspondiente a la Torre de Oficinas Álamo Savings ubicada en la aludida ciudad del condado de Béjar; el abogado Enrique Fuentes León habría sido detenido por cinco agentes del Departamento de Justicia del Gobierno de los Estados Unidos.
La Procuraduría General de la República había girado la solicitud correspondiente a su detención en suelo norteamericano con fines de extradición a nuestro país, en virtud de que pesaba sobre el referido Fuentes León la acusación de haber participado en el delito de cohecho.
El litigante fue acusado ante un tribunal competente en el seguimiento de conductas delictivas de haber sobornado a dos magistrados de un tribunal de circuito e incluso al Ministro Ernesto Díaz Infante, la judicatura federal de nuestro país otorgó su amparo y protección a Alejandro Braun Díaz, el llamado “chacal de Acapulco” violador y asesino de una menor de edad e integrante de una familia que se ostentó en algún tiempo como la propietaria de los predios sobre los que se erigió en los años 90 la llamada zona dorada de “punta diamante” una de las delimitaciones urbanas de más elevado valor catastral en todo México.
Enrique Fuentes León, quién años después se vería involucrado en la sustracción de la inapreciable colección de arte perteneciente a la novelista Nellie Comapobello, se encontraba al momento de ser detenido por los agentes adscritos a la oficina del fiscal MacTaggart en la compañía del diputado mexicano Manuel Muñoz Rocha, nada más y nada menos, que el individuo señalado en esos mismos momentos dentro de las averiguaciones previas conducentes, de haber urdido el homicidio que acabo con la vida del secretario General del PRI, José Francisco Ruíz Masieu.
Al menos, según aseveraron los agentes del Departamento de Justicia que llevaron a cabo la referida detención, en declaración jurada ante el Magistrado John W. Primomo de la Corte Federal de Circuito, en audiencia que habría tenido verificativo el 30 de noviembre de ese mismo años mediando todas las formalidades que conforme a la ley del lugar habrían sido exigibles.
Enrique Fuentes León falleció el pasado 16 de junio de la presentes, al parecer se lleva consigo algunos de los secretos que más gravemente podrían comprometer hasta nuestros días la seguridad nacional del país, aquellos que conciernen a la secreta urdimbre que desembocó en los atentados que cobraron la vida del candidato presidencial luís Donaldo Colosio y del segundo hombre en la cadena de mando del Partido de gobierno en la época José Francisco Ruiz Masieu.
Como en los versos de Virgilio en “la Eneida”, “tiembla mi alma con sólo recordar esos momentos”.
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