Oportunidades que brinda China para las empresas familiares mexicanas

  • William Henry Steinwascher Sacio
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La semana pasada nos visitó el presidente de China, Xi Jinping, y entre las conclusiones que dejó su visita fue el deseo de mejorar el intercambio comercial entre China y México. La mayoría de analistas y reporteros han expresado la necesidad de fortalecer la capacidad de creación de valor de los productos mexicanos para que sean competitivos frente a los productos chinos, los que en su mayoría tienen una fortaleza de precio muy superior a los productos mexicanos. Complementario a estas opiniones, la apertura e integración comercial no sólo motiva un mayor intercambio comercial, sino también la inversión de empresarios locales en otros países. El día de hoy quiero compartir con ustedes algunos aspectos (no todos) que deben considerar los empresarios cuando desean invertir en China.

En primer lugar, tenemos que considerar que China es el país más grande del mundo, tanto poblacional como geográficamente. Pensar en invertir en China significa realizar una inversión en una región en particular, para un mercado específico y con un socio local. Los lugares más apropiados dónde realizar inversiones son las ciudades cercanas a la costa, en donde está concentrada la población de mayores ingresos, la mejor infraestructura y los mercados más grandes. Las características particulares de China, por otro lado, requieren que la inversión se realice preferentemente con un socio local, y dependiendo la actividad económica y las restricciones legales, este podría ser privado, entidad de gobierno, o ambas. Esto es ventajoso porque facilita el ingreso al mercado chino con un socio local que conoce las redes empresariales, las formas de hacer negocio y la idiosincrasia de su población, pero también conlleva el inconveniente de compartir la dirección de un negocio que antes se dirigía de manera independiente, y de estar formando a un potencial futuro competidor, el cual no necesariamente tendría racionalidad económica (en caso de que el socio sea una entidad de gobierno).

Un segundo aspecto a considerar son los beneficios que implica producir en China en lugar de importar a China. Los empresarios tendrán acceso a factores de producción más baratos, desarrollo de economías de escala, productos mejor adaptados a las necesidades de los consumidores chinos, posicionamiento estratégico en Asia y evadir las restricciones de importación de China. Pero no todo es ventajoso. Invertir en China genera muchos inconvenientes, entre ellos destaca la debilidad de las instituciones chinas que generan riesgos políticos, comerciales, económicos, de competencia justa y protección a la propiedad intelectual.

Finalmente, surge la pregunta sobre qué tamaño de empresa se debe tener para pensar en incursionar en el mercado chino. Podríamos afirmar que sólo grandes empresas pueden aspirar a invertir en tal país; sin embargo, esto se puede realizar a través de un emprendimiento interno fomentado por la empresa, especialmente en el caso de negocios familiares, en donde se promueva que las siguientes generaciones emprendan en el gigante asiático, ya sea en alguna actividad de la cadena de valor (proveedor o distribuidor) o produciendo allá el producto o servicio que la familia fabrica y ofrece en México. La presencia de un miembro de la familia, más allá que simples vacaciones, tiene el propósito de tener un representante del negocio que entienda los intereses e inversiones de la familia, los proteja y haga crecer. Esta es una forma de formar talento directivo para la empresa en un contexto y mercado diferente, y alejado de la protección familiar y de la empresa, quien desarrollará sin duda una mejor sensibilidad ante las oportunidades de negocios globales y un mejor entendimiento de otro mercado. Claro está, estas inversiones y operaciones deben ser administradas y controladas frecuente y apropiadamente a través de mecanismos de gobierno corporativo y monitero operativo.

Entonces, cuando hable, escuche o piense sobre hacer negocios con China no sólo lo vea desde el panorama del comercio exterior, sino también como una forma de realizar inversiones y producir directamente allá bienes y servicios para un mercado que crece y demanda cada día más. Debe identificar las mejores ubicaciones dónde realizar inversiones y apropiadas parejas, así como comparar los beneficios como desventajas que implica un crecimiento internacional. Y finalmente, debe valorar la oportunidad que brinda para el desarrollo a largo plazo de su negocio familiar.

Quedo a sus órdenes para sus comentarios y discutir sobre las estrategias de crecimiento de su empresa, desarrollo de nuevos emprendimientos y formación de sucesores.

William Steinwascher

william.henry@itesm.mx

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William Henry Steinwascher Sacio

 

Consultor en empresas familiares, y profesor de asignaturas en diferentes universidades de México a nivel posgrado y pregrado. Doctor y Maestro en Ciencias Administrativas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, Maestro en Banca y Finanzas en la Universidad de Lima (Perú) y Licenciado en Administración en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (Perú). Sus áreas de consultoría e investigación se enfocan al desarrollo de estrategias empresariales y financieras, gobernabilidad corporativa y sucesión empresarial. Ha publicado artículos sobre sus áreas de interés académico en revistas arbitradas, y presentado artículos en congresos nacionales e internacionales. En su experiencia profesional ha desempeñado funciones de Desarrollo de Negocios, Planeación Estratégica, Inteligencia Comercial y Administración de Ventas en instituciones de educación superior  y en empresas de servicios medioambientales, construcción, telecomunicaciones  y autotransporte. En su experiencia académica ha impartido clases de estrategia, finanzas, emprendimiento y gestión a nivel licenciatura, maestría y doctorado desde el año 2009.