Los secretarios

  • José Alarcón Hernández
(Primera Parte)

 

“No basta, ciertamente,

 tener un buen entendimiento:

 lo principal es aplicarlo bien”.

René Descartes.

El sistema de educación de México, es complicado intrínsecamente. En el fenómeno educativo, las relaciones son complejas y múltiples por tratarse de una vinculación entre personas y no entre cosas.

         Hoy la educación, como se ha afirmado, requiere de una transformación consustancial, desde las raíces, comprendiendo la estructura total.

         Es cierto, no se parte de cero. A principios del siglo pasado, la cobertura abarcaba no más del 10 % de la población, hoy el nivel básico está cubierto totalmente.

         La complejidad del sistema se expresa de múltiples formas, sin querer afirmar que es imposible transformarlo.

         Jesús Reyes Heroles afirmó que el sistema era como un elefante reumático, el secretario Emilio Chuayffet Chemor, ha expresado que el sistema es como un archipiélago.

         Alguien me escucho estas afirmaciones y al final de la reunión se acercó para decirme: “Ellos tenían razón, pero déjeme completarle: el sistema es como un zoológico, y no precisamente como el Africam Safari, el cual se administra científica y técnicamente”.

         Ante esta afirmación, yo por convicción, le dije, que no estaba de acuerdo, pues gran parte de los actores del sistema aportan lo mejor de sí, con una gran vocación y entrega.

         En la conversación me refuto diciendo: “Esos actores han hecho mucho bien y mucho mal: el bien lo hicieron mal y el mal lo hicieron bien”.

En fin, ahora me permito hacer una relación de las personas que han fungido como directores de instrucción pública o como secretarios.

Porfirio Díaz tuvo dos responsables de la educación; Justo Sierra Méndez y Jorge Vera Estañol.

El presidente Francisco León de la Barra, nombró a Francisco Vázquez Gómez como titular del ramo educativo.

El presidente Francisco I. Madero, tuvo dos responsables; a Miguel Díaz Lombardo y a José María Pino Suárez.

El dictador Victoriano Huerta, durante 1913 y 1914, se hizo acompañar de cinco encargados del ramo educativo: Jorge Vera Estañol, Manuel Garza Aldape, José

 María Lozano, Eduardo Tamariz y Sánchez, y Nemesio García Naranjo.

El presidente Francisco Carvajal, que gobernó en 1914, hizo director de instrucción pública a Rubén Valenti y el presidente Eulalio Gutiérrez, encargo la educación a José Vasconcelos.

Fue a partir del gobierno del presidente Álvaro Obregón (1920-1924), cuando se creó la Secretaría de Educación Pública, su primer titular fue José Vasconcelos, quien ejerció el cargo de 1921 a 1924.

El último secretario con Obregón fue Bernardo J. Gastélum, nacido en Culiacán y fallecido hasta 1981.

El presidente Plutarco Elías Calles, de oficio profesor, tuvo como secretarios de educación al campechano José Manuel Puig Casauranc, originario de Laguna del Carmen, Campeche y muerto en la Habana, Cuba en 1939.

El segundo secretario de Plutarco fue el connotado maestro Moisés Sáenz, originario del Mezquital, Apodaca, Nuevo León. La muerte lo sorprendió en Lima, Perú, el 24 de octubre de 1941.

El presidente Emilio Portes Gil, en menos de dos años de gobierno, tuvo tres secretarios: Ezequiel Padilla Peñaloza, nacido en Coyuca de Catalán, Guerrero, el 1 de enero de 1980 y fallecido en la ciudad de México el 6 de septiembre de 1971.

El segundo secretario fue el mismísimo Plutarco Elías Calles, de Guaymas, Sonora y el tercero, Joaquín Amaro Domínguez, de Corrales de Abrego, Sombrerete, Zacatecas; habiéndole sorprendido la muerte en Pachuca, Hidalgo en 1952.

El Presidente Pascual Ortiz Rubio, el segundo de ese cuatrienio, contó, en menos de dos años con cuatro secretarios: Aarón Sáenz Garza, de Monterrey, Nuevo León; Carlos Trejo Lerdo de Tejada, originario de la ciudad de México; el tercero fue José Manuel Puig Casauranc, que ya había sido secretario con Plutarco Elías Calles; y el cuarto Narciso Bassols García, originario de Tenango del Valle, estado de México.

Con Abelardo L. Rodríguez, el tercer presidente de ese cuatrienio, tuvo como Secretarios de Educación a Narciso Bassols García y Eduardo Vasconcelos, originario de Oaxaca de Juárez.

El presidente Lázaro Cárdenas, el primero de seis años, se hizo acompañar de tres secretarios de educación: Ignacio García Téllez, de León Guanajuato,  Gonzalo Vázquez Vela, nacido en Jalapa de Enríquez, Veracruz e Ignacio M. Beteta, originario de Hermosillo, Sonora.

Cada secretario, seguramente aporto lo mejor de sí, de acuerdo a su visión y a sus circunstancias.

En toda empresa, pública o privada, religiosa o militar, es determinante el que dirige. Los resultados, ciertamente son consecuencia de múltiples factores, pero el que ejerce el cargo directivo es fundamental, para bien o para mal.

En otro momento, espero tener la oportunidad de esbozar los logros y los fracasos de quienes han dirigido lo más preciado y lo más delicado de una nación: la educación de sus habitantes.

Por ahora, concluyo estas líneas con un pensamiento de Henri Bergson: “Debemos obrar como hombres de pensamiento; debemos pensar como hombres de acción”.

Estimado lector tengo dos correos electrónicos a través de los cuales recibiré sus comentarios: vivereparvo45@yahoo.com.mx y/o vivereparvo45@hotmail.com

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José Alarcón Hernández

Lic. en economía, con mención honorífica. Diputado Local dos veces y diputado federal dos ocasiones. Subsecretario de Educación Superior de la Entidad y Subsecretario de gobernación del Estado. Autor de 8 libros publicados por la Editorial Porrúa. Delegado de la SEP Federal en el Estado. Actualmente Presidente del Colegio de Puebla. A.C.