Casi todos nosotros hemos acudido alguna vez a una consulta médica en cualquier farmacia que nos queda cerca de casa, del trabajo o por la que vamos pasando. Las razones pueden ser diversas. No contamos con seguro social (IMSS o ISSSTE), no contamos con el dinero suficiente para acudir a un médico particular o el malestar que tenemos no requiere de un especialista. Para estas ocasiones, estos consultorios han sido un muy buen aliado de la ciudadanía.

Evidentemente el Gobierno en turno no ha mejorado en nada el tema de salud. Lejos del problema -que sigue en la escasez de medicamentos- la atención en los hospitales y clínicas públicas sigue siendo deficiente. Los médicos en turno tienen que hacer prácticamente milagros con las condiciones en las que trabajan; poco personal, instalaciones descuidadas, equipos que no funcionan, etcétera. Y todo lo anterior sin dejar de lado los techos colapsados en instalaciones hospitalarias por la falta de mantenimiento y las lluvias, que hemos podido observar en videos a través de redes sociales. En resumen, una crisis enorme en el sistema de salud pública.

Ante esta situación y los discursos presidenciales, que sólo son eso, discursos, un gran número de personas optan por acudir a los consultorios que tienen algunas farmacias con la única finalidad de sentirse mejor. Luego entonces viene la pregunta obligada: ¿Por qué ahora señalarlos y acusarlos de engaño? No podemos negar que existan muchos que no cuenten con todos los requisitos que la Secretaría de Salud y COFEPRIS exigen, pero tampoco podemos cerrar los ojos ante la realidad que vive el sistema público de salud. Es cierto, todos quisiéramos hospitales y clínicas como en países desarrollados pero la realidad nos demuestra que tenemos atención médica de muy mala calidad. ¿Por qué no entonces vigilar a esos consultorios que no cuentan con todos los permisos y buscar una mayor profesionalización?

Las acusaciones del Dr. López-Gatell son muy serias porque lo hace sin ofrecer soluciones concretas. El discurso, que casi siempre va en gerundio “estamos trabajado… estamos pensando… estamos revisando” es una mentira, esa sí es una mentira. Sigo sin entender si el eslogan es “Primero los pobres”, ¿por qué no atender las necesidades básicas de este sector en el país, de las personas que se encuentran en pobreza?

Aquí los ejemplos de no atender la frase y el discurso en gerundio: “No más estancias infantiles porque se está rediseñando el programa; no más albergues para mujeres violentadas porque se está replanteando la ayuda; no más escuelas de tiempo completo porque se está pensando en un nuevo enfoque.” Los resultados son los mismos de siempre: extinguir un programa, un fideicomiso, alguna institución porque se logrará algo mejor, pero esto nunca llega.  

La Asociación Nacional de Farmacias de México cuenta con 18 mil consultorios reconocidos que trabajan en farmacias privadas, y estos funcionan como una ayuda complementaria ante la incapacidad del sector salud de atendernos a todos, en particular, a un sector vulnerable de la población que necesita de atención médica pronta y a bajo costo. Cuál es el afán entonces de entorpecer su trabajo.

Pensando en que la intención sea genuina y verdadera, esperemos que el Gobierno Federal al caer en cuenta de que el sistema de salud tiene muchas carencias, ponga mayor atención y recursos económicos en su mejora para que así no haya necesidad de acudir a estas opciones que hasta el momento son prácticas y funcionales.