La participación de los niños en la Revolución Mexicana

  • Luisa Martínez Baxin
Algunos asumieron el papel de espectadores y otros realizando actividades como adultos

“La revolución bramaba siempre. Entre balazos o cuentos de balazos se desenvolvía nuestra infancia”.

Las siguientes líneas serán un espacio de reflexión sobre la participación de los niños durante la Revolución Mexicana, quienes se convirtieron en un elemento fundamental en el transcurso del proceso revolucionario, a pesar de que no tenían la obligación de pertenecer a algún grupo o facción, estuvieron en las tropas. Es de mencionarse que la Revolución no representó únicamente los intereses, ideales y lucha de Francisco I. Madero, Francisco Villa, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, protagonistas de este proceso histórico, sino también los niños y las mujeres que fueron pieza clave en el movimiento.

De aquí surge la idea de revisar el papel que tuvieron los niños, sector del cual muy pocos hablan y que no queremos olvidar. Con el conflicto armado muchos niños quedaron huérfanos, su destino fueron las instituciones de beneficencia, el abandono en las calles, el trabajo en fábricas y los talleres o la incorporación a la lucha armada. Es de señalarse, aunque los niños pertenecientes a las elites y clases medias no participaron como protagonistas en el proceso revolucionario como lo hicieron los niños de las clases más populares, la guerra marcó su vida en otros escenarios, por supuesto, muchos de ellos crecieron dentro de la guerra y percibieron la vida dentro de la violencia, conociendo la sangre y la muerte.

No hay un número exacto de niñas, niños y adolescentes que participaron en la Revolución Mexicana, es incierto; sin embargo, las estadísticas poblacionales de la época hacen difícil creer que fueron ajenos al movimiento. Cuatro de cada diez personas en el país tenían entre 0 y 15 años. La labor de los niños fue incorporarse a las tropas, no necesariamente en el frente de batalla, algunos de ellos fueron soldados de línea, cornetas. Muchos prestaron apoyo a los ejércitos revolucionarios desarrollando algunas tareas como el sostenimiento y las tropas: cargando leña, trayendo agua del pozo y limpiando el armamento.

Otra de las funciones que realizaban los niños era el de espionaje. Los revolucionarios enviaban contingentes de niños a los poblados que seguían en el camino para que avisarán cuál era la situación, si las tropas estaban por los alrededores.

En los ejércitos se enlistaron adolescentes, algunos se unieron para seguir a sus amigos, familia o simplemente con la idea de vivir una aventura o recibir dinero. Un ejemplo claro es la participación del teniente coronel Gilberto Nava Presa, nacido en Durango el 6 de marzo de 1897. Citaré un breve párrafo de sus propias palabras a Jaime Alexis Arroyo y Daniel Cazés el 19 de enero de 1961, en la Ciudad de México.

“[…]  lo que me hizo de plano entrar a la Revolución fue que yo era amigo de unos muchachos, muchachos igual que yo, qué se alistaron en las filas del general Calixto Contreras. Entonces ellos me invitaron, yo, haciendo caso omiso de mi padre y de mi madre, especialmente, pues dije: “yo me voy a la Revolución, y me voy, y me voy; y me fui a la Revolución, en las filas de don Calixto contreras. […] 

Los ideales que teníamos era de que nos gustaba echar muchos balazos. Y que a mí me gustaba mucho el rifle y era yo muy bueno para tirar de ese chiquillo. Pero ya le digo, sí tenía noción de por qué era la Revolución. Y siempre gritábamos ¡Viva Madero! y ¡Viva Madero! Y ¡Viva Madero!

En esa época, siete de cada diez niñas, niños y adolescentes radicaban en el campo. Aquellos que nunca se enlistaron se quedaron a cargo de sus casas, animales y tierras, tal como sucedió también con las niñas y las mujeres; algunas muertas de miedo eran escondidas en los pozos de agua y en los armarios.

La participación de los niños en la Revolución nos permite reflexionar sobre las acciones que realizaron en un escenario de conflicto, algunos como espectadores y otros asumiendo funciones como adultos. El contexto de la época no les permitió disfrutar su infancia, tener consigo sus juguetes, sino más bien, pertenecer a la tropa, cuidar a sus hermanos, animales de crianza, así como apoyar en el hogar.

En la actualidad esta temática también posibilita a analizar y repensar acerca de la población infantil, en nuestro país muchos niños, jóvenes y adolescentes, viven la ola de violencia, la perciben, la observan en distintas facetas, redes sociales, series y películas que no son de apoyo en la construcción de un México donde se pretende la igualdad, la justicia, libertad, empatía y derechos.

Referencias
Paz Avendaño, R. (2020. 23, 12) Los niños de la Revolución Mexicana: vidas en medio de violencia y muerte. Crónica
López Hidalgo, Carolina. Una historia que contar: las infancias y adolescencias en la Revolución Mexicana. IMER NOTICIAS.
Redacción El Informador. (2010, 8, 8) Los niños también apoyaron la Revolución. El Informador
Biblioteca. (2020). Biblioteca Beatriz Hernández. Los niños de la Revolución Mexicana una historia injusta y olvidada. Ayuntamiento de Guadalajara.

 

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Luisa Martínez Baxin
Historiadora y maestra en Estudios Históricos por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Puebla), originaria de San Andrés Tuxtla, Veracruz.  Ha realizado trabajo de campo e investigación con relación a la Historia de la Educación.