En días previos la Comisión Estatal Permanente del PAN, determino que el partido en cuestión iría solo, sin alianza, para la candidatura a la presidencia municipal poblana. Esta práctica en el orden del día de la asamblea fue orquestada por su lideresa estatal, de tal forma que las negociaciones entre panistas no se han podido concretar. 

Algunos medios de comunicación y distintos perfiles de la política capitalina compartieron por diversos canales la ruptura definitiva de la mega alianza; los adversarios de la alianza por supuesto que quieren divorcio, gozaron de momento por la noticia, sonrieron. Sin embargo, los miembros de los partidos aliancistas y muchos antis MORENA se preocuparon, con ciertas excepciones. Lo que no se leyó bien fueron las letras chicas en algunas notas periodistas. 

¿Por qué la ruptura no es definitiva, ni se ha extinguido? Por el valor político de las negociaciones en todo el país ya que la convicción de la alianza es mayúscula, la viabilidad para sumar esfuerzos ha sido la consigna, así como los fundamentos jurídicos en los estatutos del PAN, entre otros factores. Como podemos leer, las anteriores son salidas de emergencia del incendio que generaron algunos panistas de Puebla.  

A propósito de la legalidad, los estatutos del PAN en su artículo 38, señala las facultades y deberes de la Comisión Permanente, motivando en sus fracciones III y X; la autorización de acuerdos de coaliciones, alianzas o candidaturas comunes, al igual que vetar las resoluciones o acuerdos de todas las asambleas Estatales. Así de sencillo, el órgano nacional panista tendrá la última palabra. 

En ese sentido, mis argumentos más que interpretaciones o suposiciones, obedecen a condiciones de criterios políticos y jurídicos de acuerdo con los comportamientos aliancistas en todo el país y en las dirigencias nacionales.  No obstante, el PAN debe resolver sus asuntos internos con madurez política, el PRD debe continuar en la vía determinante, pero con más comunicación entre sus miembros. 

El PRI está listo para ir en alianza, y no porque no pueda competir en solitario, sino porque en la circunstancia, los priistas hemos actuado con humildad, inteligencia, y hemos logrado consensos.

Existe objetividad, esta cualidad en política permite crecer para beneficiar a los poblanos por encima de cualquier interés de cuotas. La madurez en nuestro instituto político nos conduce a separarnos del capricho y de la cerrazón. 

Aunado a lo anterior, el PRI en la ciudad tiene estructura, gente que apoya al partido. Existen de igual manera apartidistas, que tienen simpatía con el partido. 

Con la suma de esfuerzos, nuestro instituto garantiza miles de votos y una competencia digna, porque no somos partido satélite ni oportunista, todo lo contrario, nuestras bases, experiencias e historia nos avala. 

Los priistas unidos y con plena comunicación, sabemos que en las democracias existen alternancias y simpatías temporales en materia electoral. Con esta mentalidad estamos en la mejor disposición de multiplicar para establecer proyectos en común por los ciudadanos. ¿Quién dice que no se puede?, además de ser realistas somos optimistas, pues si se pudieron concretar diversas alianzas a lo largo del país y del estado, en la ciudad de Puebla que concentra el 35% del electorado estatal, se podrá, así como los otros partidos de la alianza podrán lograr acuerdos en común entre sus miembros.