El año 2021 se avecina con efervescencia política. Las elecciones más grandes y complejas de la historia se darán cita en junio, con criterios atípicos por la pandemia. 

Los Consejos Políticos de los partidos, están dando apertura respectiva para las alianzas con otras fuerzas partidistas antagónicas, y no serán las primeras, ni las ultimas en México, en función a que los regímenes democráticos deben considerar las coaliciones.

¿Cuándo se hubiera creído que un partido de “izquierda” como MORENA, se aliaría con el Verde Ecologista, partido conservador? o ¿El PAN de derecha con el PRD de izquierda?, y por último ¿El PRI de centro, con la izquierda perredista y la derecha panista? 

En pleno siglo XXI, durante ciertos contextos debe existir unión integral de ideologías diversas, en virtud de que el común denominador es el “bien común” o el “bienestar social”, ambos conceptos traducidos en ---el bien de los ciudadanos---. 

Las alianzas de los partidos son legítimas y deben respetarse, las personas físicas y/o jurídicas que digan lo contrario deberán asegurarse primero, en no haber votado por una alianza y, por no haber sido parte de una coalición en su historia, respectivamente. 

Respecto a las alianzas, en Puebla nada es oficial aun, pero antes de entrar a detalle de quienes, o cuando se sumarian como equipo hay que revisar los siguientes conceptos: 

Pragmatismo contra Idealismo. Insisto, en esta época debe existir equilibrio, por un lado, el pragmatismo sin voracidad nos ha enseñado que su practicidad en la creatividad puede resolver problemas de forma efectiva. Mientras que el segundo, por su nombre presenta obviedad, sin embargo, ejercerlo puede ser más complejo, porque es la constante virtud de seguir los parámetros de las ideas con el objeto de saber que los fines se pueden lograr o no, pero siempre con la convicción en el pensar. 

De lo anterior, el idealismo puede darles vueltas a diversos asuntos de la problemática social, a veces pensando que no se llega a ninguna conclusión. En contrario sensu, lo cierto es que el idealismo te permite ser congruente con la brújula del saber respecto a convicciones. 

Con estas líneas no debemos descartar, anteponer o suprimir ideologías, sino todo lo contrario; los principios básicos partidistas y diversas filosofías se encuentren en coincidencia para el bien ciudadano.  

De acuerdo con Max Weber, existen dos tipos de ética en materia política y con relación al punto de partida del político. La ética por convicción y la ética por responsabilidad. En ese sentido, por convicción se entiende la primacía de la moral y la congruencia, el deber “ser”; la segunda ética en cuestión se basa el “ser”, con atributos de actuar inmediatamente con las consecuencias humanas.  

A propósito de Weber y sus categorías, afirma que la ética por convicción y la ética por responsabilidad no tienen por qué ser polos radicales, sino lo contrario, pueden complementarse, como si fuesen las dos caras de una misma moneda. Por un lado, se requiere también el “justo medio”, con la convicción de ciertos valores sin fanatismos, como sucede para una conducta de responsabilidad a posteriori.  

La base general de las alianzas debe verse con estas premisas, la política se construye con acuerdos y unidad, la suma de voluntades será fundamental para que Puebla y México tengan mejores horizontes. La carrera por el poder apenas comienza, y sin duda, hoy en día saldrán victoriosos quienes se acerquen más con los ciudadanos, pero no solo eso, sino que haya propuestas y plataformas sólidas, con métodos flexibles para solucionar problemas sociales. 

¿Apoco olvidamos a los liderazgos post revolucionarios del siglo XX en México que unificaron organizaciones y sectores de la población con distintas ideologías o corrientes? En las primeras décadas del siglo pasado, se le aposto a un proyecto integral de instituciones y estabilidad entre campesinos, obreros, profesionistas, comerciantes, militares, políticos y más. 

humberto_fernandez_de_lara@hotmail.com