Parálisis por análisis

  • Ana Teresa Aranda Orozco
26 estados de oposición aceptan que la comunicación con AMLO es protocolaria

Hace meses que el diagnóstico está claro.  El desgobierno de la 4T encamina al país, como hemos dicho al desastre económico, político y social.  Todos los días el presidente se encarga de confirmar con sus ocurrencias y exabruptos esta sentencia.  La intelectualidad del país ha puesto de manifiesto su preocupación por que sobre la libertad de expresión se cierne, cotidianamente, la amenaza presidencial.  El gobierno federal se lanza contra los gobernadores que se atreven a disentir y los mandatarios estatales responden, algunos con mucha determinación.  De los 26 estados gobernados por la oposición,  incluso los más cautelosos, aceptan que la comunicación con Andrés es solo protocolaria y eso si tienen la oportunidad de recibirlo en gira a sus estados.  Nunca les toma una llamada y difícilmente les concede audiencia.   Con los secretarios de estado pasa casi lo mismo.

El gobierno federal es un gobierno encapsulado, que solo se escucha a sí mismo, que ha abierto inmensidad de frentes, que se ha peleado con todos y con todas: empresarios, feministas, víctimas, médicos y enfermeras, periodistas, gobernadores, presidentes municipales, agricultores, organizaciones sociales. Pero en todos estos diferendos nunca ha habido capacidad de diálogo, menos aún de rectificación, López dicta sentencia y sus lacayos la acatan sin chistar.  La distancia entre gobernantes y gobernados se hace cada vez más grande.

Cansados estamos de tener que estar lidiando con las mañaneras, que agregan a la agenda, ya de por sí cargada de despropósitos, nuevos temas.   Se trata, sin duda, de una perversa estrategia que busca acaparar la atención pública.  Que en todos los espacios de comunicación se ocupen con la diatriba o la estulticia presidencial y con las críticas que provoca. Que nadie tenga tiempo para ir a fondo de los temas, porque inmediatamente surge un nuevo asunto que parece ser digno de mencionar.  Los comentócratas debemos elegir entre cien asuntos, los cuatro o cinco que a nuestro real saber y entender merecen ser mencionados.

El ruido en las redes, es por decir lo menos, enloquecedor.   Se dificulta saber el alcance de las conversaciones públicas y su grado de impacto debido a los bots, que como lo señala Donaran Barojan, son cuentas automatizadas, administradas por algoritmos y no por personas reales y los trolls, que sí son personas que inician intencionalmente un conflicto online y cuyo objetivo es provocar en otros una respuesta emocional que descarrile el debate.  Para conseguirlo, esos trolls cuentan con granjas de bots que en segundos multiplican sus mensajes y todo esto, por lo general, es pagado con nuestros impuestos.  Así se pervierte el debate y se hace casi imposible lograr acuerdos.

Lo que no podemos permitir es que toda esta confusión nos paralice.  Que atrapados como estamos respondiendo incoherencias y dislates nos olvidemos de lo fundamental que sin duda es avocarnos a construir la alternativa que permita a los mexicanos rescatar al país.  El tiempo se agota, nos quedan escasos 10 meses para conseguirlo.  Mientras los líderes en las alturas siguen entre dos y tres, los ciudadanos debemos hacer nuestro trabajo.  Cada uno desde nuestra trinchera hagamos comunidad y ampliemos nuestro margen de influencia.  Qué bueno que FRENAAA tome el zócalo, aplaudimos la valentía de los mexicanos que están dando esa batalla, pero la guerra, la verdadera guerra será la elección del 2021.  Estemos listos, preparemos a nuestro ejército de votantes para derrotar en las urnas la tiranía.   Esa será sin duda la victoria inicial de las muchas que tendremos que ganar en esta primera mitad del siglo XXI.  ¡Es por México! ¡Sí Se Puede!

Ana Teresa Aranda Orozco

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Ana Teresa Aranda Orozco

Luchadora social. Madre de 6, abuela de 21. Diputada Federal, Titular DIF Nacional 2001, Secretaria Sedesol 2006, Subsecretaria de Gobernación 2008.