El alma de la Cuarta Transformación de la República es el bienestar. Desde el sexenio del General Lázaro Cárdenas del Río no había gobernado al país un Presidente y un equipo con tan clara vocación social, espíritu republicano, ejercicio del poder austero, integrado por mujeres y hombres honestos, comprometidos con un proyecto. Estas características sólo variables para lograr lo más importante: el bienestar de los mexicanos. Por ello, el Gobierno de México presentó las políticas de beneficio social más importantes desde los tiempos del cardenismo. 

Durante cada uno de sus miles de eventos de campaña, el entonces candidato se comprometió a apoyar a los adultos mayores, a los jóvenes, a las madres solteras, a los discapacitados; así como apoyos necesarios para rescatar el campo e integrar a los pueblos originaros al desarrollo. El tiempo de cumplir llegó y el Presidente López Obrador honra su palabra. Primero, propuso una profunda restructuración de la administración pública federal y reorientando el gasto en sus rublos fundamentales para que desde el primer momento del nuevo gobierno la población estuviera consciente de que el cambio era en serio y que iba a fondo.

El pasado 1º de julio, Andrés Manuel López Obrador derrotó al régimen, pero corresponde a la sociedad transformarlo y en dicho cambio, los programas para el bienestar tienen un papel fundamental. No se trata de simplemente repartir dinero, sino de crear bienestar. Las pensiones para los adultos mayores son la fase final de aquel programa que en el año 2000 el Presidente puso en práctica en el entonces Distrito Federal y que rápidamente fue mal copiado por los gobiernos panistas y priistas. Los apoyos en el entonces DF eran universales, mientras que en el resto del país fueron clientelares y con fines políticos.

El Programa Jóvenes Construyendo el Futuro tendrá impactos fundamentales en un sector muy importante de la sociedad. En estos años de neoliberalismo, surgió la palabra “ninis”, para designar a los jóvenes que ni estudiaban, ni trabajaban. Con este programa y la creación de 100 universidades más, el universo de jóvenes tendrá opciones educativas y laborales. Lo más importante: el crimen organizado en todas sus modalidades perderán su base social, que existan más becarios que sicarios no sólo es una frase de campaña, sino una estrategia simple pero efectiva para restablecer el tejido social roto durante tres décadas de neoliberalismo.

El campo mexicano está devastado. La privatización del ejido, el corporativismo, la corrupción, el abandono gubernamental han provocado la lamentable situación en la que estamos. Recuperar un millón de hectáreas, el otorgamiento de créditos, los precios de garantía y para la producción serán los primeros pasos en ese sentido. Los pueblos originarios han sido el sector de la sociedad más olvidado y marginado por los gobiernos anteriores. Las niñas indígenas son el sector de la población que padecen los mayores índices de marginación y en muchos casos de violencia. Un aspecto muy importante de estos programas es que se entregan de manera directa a los beneficiarios, se acabaron los intermediarios y a los que obtenían ganancias medrando con las necesidades de la población. XXX TWITTER: @MBarbosaMX