AMLO, ¿la esperanza posible?

  • Omar Pineda Luna
La crítica lo ha fortalecido. Metáfora con otro tipo de relaciones. La cita de Paz.

Autoritario, soberbio e intolerante. Son tres adjetivos que describen al candidato Andrés Manuel López Obrador, el desarrollo del proceso electoral lo ha confirmado, y ese es, uno de los rasgos que lo tiene al frente en las encuestas. Estas características representan al mexicano común; Autoritario, soberbio y poco tolerante, de ahí también, la animadversión que despierta en cierta población electoral y no electoral, en palabras de Buda “todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo” es decir, lo que te choca te checa.

Y para no aceptarse así, los argumentos de los detractores se han limitado a los mismos de hace 12 y 6 años; ya sabemos cuáles. No terminan por entender que si afirman que una sola persona no resolverá los problemas en los que está sumergido México, están en lo correcto. Pero si, en ese sentido, piensan que una sola persona es un peligro para México y lo convertirá en Venezuela, entonces, su primer argumento carece de seriedad y trascendencia.

Esta situación nos ayuda a comprender el posicionamiento de la sociedad ante el PAN y PRI. Tomemos un ejemplo burdo, pero real; imaginemos por un momento, que tenemos una relación sentimental, en la cual, una de las personas maltrata a la otra, durante bastante tiempo la engaña, explota y promete cosas que jamás cumple, hasta que la víctima decide terminar con su victimario/a. De repente, conoce una nueva persona, en quien pone todas sus esperanzas de que será mejor que la anterior, y decide terminar la relación para intentar comenzar otra. Tiempo después, la decepción es tan grande con la nueva persona que concluye regresar con la primera, bajo el argumento de saber cómo es y aceptarlo conscientemente.

¿A quién me estoy refiriendo? Exacto, a la sociedad mexicana, que vivió la hegemonía del PRI, para después creer en el PAN, pero fue tan grande la desilusión, que regresó con el PRI. Lo que no sabía, es que podía ser ¡peor!

Además de lo anterior, otro aspecto que tiene al frente a AMLO, es la campaña que ha desarrollado a través de posicionar a nuevos actores políticos, pero, sobre todo, el haber presentado un gabinete de académicos con experiencia, que, en caso de vencer el primero de julio, ocuparían las secretarías más importantes.

Esto permite pensar en por lo menos, dos escenarios; primero; que AMLO se ate las manos con personajes que no cederán ante sus caprichos, pues conocen más de la materia que el propio Andrés Manuel, y eso lo pudimos percibir, en la propuesta de amnistía, ya que cuando se ha cuestionado, a quién sería su secretaria de gobernación, en caso de llegar a la presidencia, Olga Sánchez Cordero, no sólo ha podido defender, ha logrado explicar por qué es necesaria esta propuesta y los lineamientos para llevar a cabo dicha encomienda. Caso contrario, cuando se pregunta al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, quien no termina por convencer con sus respuestas respecto a la amnistía.

El segundo aspecto es que, ante los electores, tener un gabinete desde ahora se traduce en la idea de saber que, quien apoya a Andrés Manuel, esta con él por convicción. No así, el caso de los demás aspirantes, pues en caso de ganar, realizarían las mismas prácticas añejas, otorgar las secretarías más importantes a quienes los respaldaron económica o políticamente en sus campañas. Personajes que, en la mayoría de los casos, sin tener el perfil o la experiencia necesaria ocupan estos cargos.

Otra variante se encuentra en el papel que jugó el gobierno de Enrique Peña Nieto, respecto a las actuales elecciones, la estrategia al principio fue, desprestigiar en discursos oficiales al candidato de MORENA. Posteriormente, habilitar a través del INE a Margarita Zavala, a pesar de haber falsificado las firmas de quienes la apoyaban, el propósito era restar votos al PAN, pero también a AMLO, con el título de “independiente”. Asimismo, habilitó a Jaime Rodríguez Calderón, mediante el TEPJF, el objetivo atacar a Andrés Manuel y quitarle votos.

Lo que no visualizó EPN, hasta hace poco, fue que en realidad estaba dividiendo el voto Anti-Obrador, pues lejos de restarle puntos, terminaron por posicionarlo. Cuando se percataron de ello, se decidió la renuncia de MZG, porque entre menos aspirantes estén contendiendo, se reducen las opciones de quienes no simpatizan con AMLO, y podrían consolidar la hipótesis de votar por el candidato que más se acerque al puntero.

Finalmente, el candidato que logre vencer en las siguientes elecciones, recibirá un país en pedazos, con altos índices de violencia, periodistas asesinados, feminicidios, aumento de los insumos básicos, y ahora, la guerra comercial contra los E.E.U.U.

Ante este escenario, no olvidar lo que nos dice Octavio Paz, al referirse al mexicano, “El estoicismo es la más alta de nuestras virtudes guerreras y políticas (…) Quien ha visto la esperanza, no la olvida la busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres. Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo”.

Notas

Paz, Octavio (1959) El laberinto de la soledad, FCE, México.

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Omar Pineda Luna

Pedagogo y Politólogo, Posgrado en Ciencias Políticas BUAP. Profesor universitario. Colabora en el CENEVAL A.C. Escribe de Política, educación y pedagogía crítica.