Defender a México

  • Moroni Pineda
Se requiere alta diplomacia ante EUA. Invitar a China, una opción. Fortalecer los organismos

Defender a México debe ser la más alta prioridad en este momento. Este es el día para la unidad nacional despojada de intereses mezquinos en la que todos los partidos políticos, liderazgos sociales y empresariales y todo el que pueda agregarse den un paso al frente. La firma de la ignominia ordenando la construcción del muro por el nuevo presidente de Estados Unidos abre un nuevo capítulo cargado de hostilidad y racismo, con una carencia total de los principios básicos de diplomacia y buena vecindad. Ante las crecientes voces que piden al presidente Peña no asistir a la reunión pactada en Washington, agrego una más: es momento de invitar al primer ministro Chino a México y de meternos de lleno en el juego geopolítico mundial.

Digo lo anterior reconociendo dos realidades. La primera es que Donald Trump NO ES Estados Unidos, aunque hoy a nuestro pesar lo represente, y la segunda es que existen muchas, muchísimas personas que desean el bien y no el mal para nuestro México en el otro lado de la frontera. No olvidemos que es el lugar en donde viven nuestras familias, nuestros conocidos y muchos de nuestros queridos amigos.

Hoy tenemos la oportunidad de ser mejores. Las campañas nacionalistas solo generan odio y rencor, el mundo ya tiene suficiente experiencia en esto. Sin perder de vista nuestros intereses, podemos convertirnos en el país más abierto y tolerante de la tierra, evitando combatir fuego con fuego y haciendo un trabajo fino en la reconstrucción de la relación bilateral, de ahí que la sugerencia de que China tenga más cercanía con nuestro país no significa ver a los estadounidenses como nuestros enemigos, sino todo lo contrario. La pérdida de influencia estadounidenses en el mundo debe ser una señal clara para sus votantes de que el rumbo marcado por el Sr. Trump es el equivocado. Lo hacemos de cuates.

Las campañas que se han desatado en México desde las redes sociales invitando a las personas a evitar consumir productos identificados como extranjeros, solo conseguirán ahondar más las diferencias, nublando nuestro buen juicio y lastimando una profunda cultura de amabilidad y generosidad que ha distinguido a México por muchos años. Corremos el riesgo de convertirnos en aquello que hoy repudiamos.

Defender a México también pasa por lo que sucede en casa, así rimando. La reconfiguración de la sociedad civil y la revisión del quehacer público son ya tareas impostergables. Los problemas de México son de los mexicanos y nosotros tenemos que encontrar las soluciones. Es lamentable lo que sucede en la arena política con nuestros vecinos, sin embargo llega en un momento único y preciso. La sociedad mexicana se encuentra como nunca antes metida en observar y seguir de cerca lo que sucede con la vida pública en general. Hace 20 años era imposible imaginar a organizaciones civiles como Mexicanos Primero, Transparencia Mexicana, Mexicanos contra la corrupción y muchas otras más teniendo el peso que tienen en la opinión pública y política. Hoy existen y seguramente surgirán otras más para bien.

Hoy tenemos las condiciones para revalorar nuestras fortalezas y sobre todo descubrir sin tapujos nuestras debilidades, las crisis tienen como principal virtud la claridad. La independencia alimentaria es una de las áreas más lastimadas por el TLC y es el momento de recuperarla, simple y sencillamente porque la gente puede dejar de comprar autos, pero nunca dejará de comer. Es el momento de pensar en un rejuvenecimiento del sistema social, político y económico, no en el sentido físico,  sino en el sentido fresco de posibilidad de recuperar un ideal utópico sobre nosotros mismos.

Soñar con un país en donde todos tienen su momento y su oportunidad; un lugar en donde la salud, la educación, el trabajo y la alimentación sean los ejes fundamentales del quehacer nacional y alcanzan para todos. Debe ser un momento de resurgimiento evitando el cinismo de la realidad. Es el momento de volver a creer en México.

Es cuánto.  

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Moroni Pineda

Activista permanente. Participa en Consejos de educación estatales y municipales, Fundación Paisano, La iniciativa bilateral México-Estados Unidos, UNETE, Mexicanos Primero, Presidente del Consejo de Participación Social