Picaresca Política: Virtudes, Carácter y Funcionarios Públicos

  • Nicéforo Rodríguez Gaytán
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En la antigüedad clásica Aristóteles y Platón plantearon la existencia de virtudes ideales que deberían poseer  los ciudadanos y los gobernantes.

Para Aristóteles el buen gobernante tenía que ser un buen ciudadano y esto significaba que los ciudadanos debían tener las siguientes virtudes: coraje, determinación, valentía, sabiduría, justicia y temperancia y en especial, las virtudes del gobernante se referían a: la honradez y la sensatez. Por otra parte para Platón, la principal virtud del filósofo-rey gobernante, era el conocimiento y la sabiduría, para que pudiera orientar la actividad política hacia el bien común de la comunidad política.

En tiempos actuales el uso corriente del lenguaje se utiliza para calificar a las personas de diferentes maneras que insinúan una manera de ser y actuar, en la picaresca política los juicios de valor sobre las personas que asumen una responsabilidad en el ejercicio del poder político se generaliza para estigmatizar, burlarse o satanizar al funcionario público, ante la falta de ética pública en su responsabilidad social.

Sin un criterio metodológico y solamente retomando calificativos mediáticos que se vierten sobre los políticos profesionales, líderes de partidos políticos y gobernantes en sus diferentes niveles de responsabilidad pública, se puede registrar combinaciones sin que ello tenga el propósito de clasificar rasgos caracterológicos típicos con rigurosidad científica. Puntualizado este aspecto central, se puede “etiquetar” las combinaciones negativas aplicables a nuestros  actuales gobernantes en Puebla y de los aspirantes a ser Minigobernador:

Contra los estigmas e indicadores de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que tienen los hombres que ejercen poder público, así como de  aspirantes a gobernar, hoy en día, encuentran en los hacedores de imagen, encuestas de opinión y manejadores de los medios de comunicación a sus grandes aliados para obtener máximos beneficios en sus objetivos… donde se imponen las máximas: ¿con cuánto dinero cuentas para restaurar daños en imagen pública o para  ganar la elección? La ironía es que no siempre el que más gasta es el que gana.

El ciudadano que reproduce la picaresca política  pide de los hombres de poder: que no sean corruptos; que trabajen para el bienestar de la población y;  entreguen buenos resultados que mejoren el nivel de vida de las familias, sin palabrerías y simulación.

nish76@hotmail.com

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Nicéforo Rodríguez Gaytán

Líder estudiantil. Miembro del PSUM, PMS, PRS y PRD. Estudió de nivel medio, superior y Posgrado en la BUAP. Doctor en Ciencias Políticas UNAM. Profesor investigador, Facultad de Derecho y C.S. BUAP