Rebelión en el “patio trasero”
- Rafael Alfaro Izarraraz
El gobierno de Trump es un gobierno débil, aunque debemos reconocer que todavía se trata de un gobierno imperial, pero se trata de un imperio sin la misma potencia que tuvo durante la posguerra. En aquel tiempo se convirtió en el defensor de las sociedades capitalistas ante la amenaza que representó la extinta URSS. Ahora, en la fase de su decadencia, derrotado por primera vez en una guerra en Europa (Ucrania), busca que le crea el mundo que los narcos son terroristas cuando el narcotráfico tiene su matriz en el propio Estados Unidos y segmentos de las élites políticas que lo han arropado y armado.
Los estadounidenses cederán su lugar a otras potencias debido a que el capital (su capital) ha encontrado nuevos escenarios en donde desenvolverse en mejores condiciones a las ofrecidas por los estadounidenses, como es la región asiática y la India. La debilidad le impone buscar en los eslabones más débiles de la sociedad, como los migrantes, a los culpables de lo que como nación no pueden sostener, su antigua hegemonía en el mundo. Derrotado en Ucrania, Estados Unidos no tiene nada de qué vanagloriarse más que el de querer criminalizar a las migraciones. Igual hace con las drogas, convertir a los cárteles en terroristas para justificar invadir naciones.
Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Donald Trump estará en su segundo periodo como gobernante de EE. UU. Entre el primer gobierno y el que iniciará no existe tanto tiempo, pero de aquel primer mandato a la actualidad han ocurrido sucesos que han modificado la relación del vecino del norte, potencia mundial militar y económica, con las naciones latinoamericanas siempre consideradas por los políticos estadounidenses como su patio trasero. No se trata todavía de un cambio sustancial, pero existen evidencias de que estamos ante la inminente rebelión del antiguo patio trasero.
Cuando ocurran las deportaciones veremos la verdadera dimensión de esta rebelión, en tanto estamos en los preparativos. Las deportaciones masivas de su primera gestión no recibieron respuesta de las naciones a las que pertenecían los migrantes. Ahora, la situación es distinta. Si bien es cierto que Trump tiene más experiencia con respecto a su primera gestión, lo cierto es que es un gobierno más débil. Al interior, la diferencia de votos entre republicanos y demócratas no fue tanta. Ha sido derrotado Estados Unidos en Ucrania. Interiormente las cosas no van bien, vivió un intento de asesinato durante la campaña electoral.
Los BRICS tienen un pie en Latinoamérica a diferencia de hace algunos años. Por otro lado, Latinoamérica y el Caribe no son los mismos. Cuba ha ingresado a los BRICS y ha recibido un apoyo increíble de Rusia y China que poco a poco se irá viendo en la vida social de la isla. Nicaragua, su gobierno, se ha inclinado de manera tajante hacia el bloque asiático recibiendo apoyo militar de Rusia. Están en vías de valorar la apertura de un nuevo canal alternativo al de Panamá, que en este caso tendría al territorio nicaragüense como su escenario principal. Venezuela se ha inclinado de manera definitiva hacia los BRICS. Brasil, la principal economía de la subregión, es parte del proyecto original de los BRICS y pieza clave en la zona. Igualmente, Bolivia es una potencia en litio y se encuentra aliada de la región asiática.
Europa, el antiguo aliado de Estados Unidos, está fuera del continente. La Unión Europea ha perdido su liderazgo en la región y sus líderes la lucidez porque es increíble escuchar sus estrategias que los hunden más y no reaccionan. Bueno, lo que debe hacer Europa es preocuparse por su propia situación porque de lo contrario la caída en la que se encuentran parece no encontrar punto de equilibrio. Se quedaron sin los recursos energéticos que les proporcionaba Rusia y, en tanto la transición energética no se una realidad, no tienen opción que recurrir a uso de petróleo, gasolina y gas.
Milei en Argentina y Noboa en Ecuador representan dos modelos que únicamente conducen a la ruina de los pueblos. El neoliberalismo está en retirada y no tiene un contexto que lo impulse y genere impacto emocional positivo. La derecha en algunas naciones latinoamericanas está comprometida económicamente con el proyecto de economía mundial que se desarrolla en Asia y la India. Los gobiernos locales viven de la banca china que alimenta la infraestructura local.
Lo que ocurrirá en Latinoamérica y el Caribe, al amparo de los cambios mundiales, es que se continuará abriendo una nueva época en donde los gobiernos progresistas y de izquierda tendrán un escenario favorable para echar raíces por largo tiempo como ocurre con México, Venezuela y Bolivia, y poco a poco esto vendrá ocurriendo en los demás países de la subregión. Cuba será una nación que ya no vivirá del comercialicidio impuesto por EE.UU. La nación caribeña ya no dependerá de lo que ocurra con el gobierno estadounidense.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha dicho que Donald Trump deporta masivamente a los hondureños que se encuentran en territorio estadounidense y va a cerrar la base militar estadounidense que se encuentra en territorio hondureño. La base militar de Palmerola fue creada en 1982 como parte de la estrategia de defensa estadounidense de contener la guerrilla que había venido fortaleciéndose en Centroamérica. Actualmente la base militar cuenta con aproximadamente mil integrantes del ejército y con el pretexto de la guerra contra el tráfico de drogas se mantiene no obstante que las causas que ocasionaron su creación ya no existen.
Si Trump insiste en expulsar migrantes hondureños y Xiomara Castro toma la decisión de pedir al gobierno estadounidense que se lleve su base militar a otro lugar, lo cual sentaría un precedente que podría llevar a que otras naciones como a El Salvador a tomar el mismo camino que su vecino Honduras porque también ahí existen bases militares estadounidenses. La misma respuesta pueden encontrar en Guatemala y Colombia. Este último país cuenta tiene migrantes en territorio estadounidense y podría tomar medidas en la anunciada por Xiomara Castro.
En tanto que aproximadamente 250 mil hondureños pueden ser deportados, en el caso de México la cifra de potenciales deportaciones puede llegar a cinco millones de mexicanos que radican en Estados Unidos. La presidenta Sheinbaum ha puesto en marcha una red de apoyo legal a los migrantes con el fin de que en el caso de existan deportaciones masivas, éstas se lleven a cabo respetando el derecho y la dignidad de los migrantes. Previamente, la presidenta mexicana envió una carta a Trump con el fin de explicar que las amenazas no son instrumentos adecuados para resolver el problema de la migración que, por cierto, conforma una red de trabajadores indispensables para la economía estadounidense.
En los próximos días habrá una reunión promovida por Claudia Sheinbaum y la Xiomara Castro, presidenta de Honduras, en donde se invitará a cancilleres de otras naciones con el fin de discutir el fenómeno migratorio y la respuesta que habrá de los países que tienen importantes núcleos de población en EE. UU. en calidad de migrantes que pueden ser deportados. No es la primera reunión que se lleva a cabo con este fin porque el presidente Obrador había realizado ya una reunión en 2023 con países que están inmersos en el problema migratorio. Las políticas mexicanas para atenuar el problema migratorio han sido relativamente exitosas pues ha disminuido la migración hacia la frontera proveniente de naciones centroamericanas.
Las amenazas de Trump de llevarlas a la práctica, le resultará contraproducente. Estados Unidos es una nación que le urge contar con migrantes y mano de obra como la que ofrecen las migraciones. Se estará dando un balazo en el pie.
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Periodista por la UNAM, maestro por la UAEM y doctor en Ciencias por el Colegio de Postgraduados-Campus Puebla. Es profesor del Doctorado en Ciencias Sociales de la UATx y Coeditor de la revista científica Symbolum de la Facultad de Trabajo Social, Sociología y Psicología.