Narco territorios

  • Eduardo García Anguiano
Gobierno, población y territorio bajo el acecho de la delincuencia organizada

Mientras se viven las consecuencias del caso Sinaloa y homicidios colaterales, otras partes del territorio nacional sufren los embates de los delincuentes como lo ilustra la frontera sur mexicana.

Diversas opiniones han hecho énfasis en el fenómeno de la pérdida de control territorial por parte del Estado:

Visión externa: “El crecimiento constante del crimen organizado en México es uno de los problemas que más preocupa a las autoridades de Estados Unidos. De hecho, el general Glen Van Herk, jefe del Comando Norte del país, aseguró que entre el 30 y 35% del territorio mexicano es controlado por grupos delictivos”.

Visión nacional: “Cuando el control territorial pasa a manos de un grupo o coalición criminal, y éste lo ejerce con regularidad en una zona, quienes habitan ese territorio vivirán en un estado de zozobra e indefensión permanentes, pues derechos tan básicos como el derecho a la vida, al libre tránsito, a la libre expresión, o a no ser torturados o esclavizados, serán letra muerta. Cuando un grupo criminal posee el control territorial de una zona, sus habitantes se convierten en parias que en cualquier momento pueden ser asesinados, explotados y humillados”.

¿Lo anterior se trata de un problema de seguridad pública? Algunos opinarán que sí, otros que no es totalmente cierta la afirmación; veamos las razones por las cuales el fenómeno citado más bien se enmarca en un tema de seguridad nacional.

En Sinaloa, Zacatecas, Michoacán y Tamaulipas y hoy en especial en Chiapas, la delincuencia ejerce la violencia para controlar el tráfico de drogas, armas y migrantes, lo que ha orillado al pueblo a salir de sus comunidades o a emigrar hacia Guatemala. Tres grupos delictivos controlan la zona y han usado al pueblo para obstaculizar al Ejército, que está rebasado en su intento por pacificar la zona.

Max Weber en el texto Economía y Sociedad hace alusión a que el Estado ejerce el monopolio legítimo de la fuerza en un territorio determinado, lo que aplicándolo a nuestro caso tenemos que la Ley de Seguridad Nacional en las fracciones III y V del artículo 5, señala como amenazas a la seguridad nacional a los actos que obstaculicen a las autoridades y a las operaciones militares y navales en sus acciones contra la delincuencia organizada.

En diversas partes del territorio nacional observamos la formación de “mini estados paralelos” al Estado formalmente constituido.

Lord Byron expresó: “Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo”.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Eduardo García Anguiano

Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y gobiernos locales en áreas de seguridad, gobierno y salud. Ha sido profesor en: UDLAP, IMIDECIP, Instituto Técnico de Formación Policial de la CDMX y en el INAP.