Puebla, embate neofascista contra Lenia Batres

  • Carlos Figueroa Ibarra
La suspensión del evento ha sido realizada con métodos de grupos animados de un espíritu neofascista

El viernes 16 de agosto estaba planificado la realización en Puebla de un evento titulado “Reforma al Poder Judicial” en la que disertaría la ministra de la Suprema Corte de Justicia, Mtra. Lenia Batres Guadarrama. El evento sería realizado en el Auditorio José María Morelos y Pavón de la Facultad de Derecho de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Una decisión inesperada puso las señales de alarma en el equipo de la ministra Batres Guadarrama: súbitamente las autoridades universitarias decidieron suspender el permiso para que el evento se realizara en el recinto universitario. Era alarmante porque la lectura que se hizo es que la BUAP probablemente estaba recibiendo presiones para impedir la realización del evento y este ambiente probablemente presagiaba incidentes violentos durante la disertación de la ministra. Había razones para que hubiese esta suposición, en tanto que un evento similar realizado en Zacatecas a fines de julio había sido reventado por trabajadores del Poder Judicial y otro tanto había sucedido en un evento realizado en Guanajuato.

La Comisión de la Verdad y Justicia para los Próceres Universitarios de Puebla, la entidad organizadora del evento logró conseguir una sede alterna para que el encuentro se celebrara. Este fue un auditorio en la universidad privada Benito Juárez quien fue preparado para recibir a la ministra el día convenido. No obstante, la noche anterior los organizadores recibieron una comunicación de Francisco Rodríguez, un asesor de la ministra, quien les explicó que se había “tomado la difícil decisión” de suspender la visita de la misma “debido a la complejidad de la situación nacional generada por la oposición de funcionarios del Poder Judicial a  la reforma judicial” y también por “la decisión injustificada de funcionarios universitarios de la BUAP de negarnos el auditorio donde estaba previsto originalmente el evento, y una serie de acciones que enrarecieron el contexto”.

Acaso por lo precipitado del anuncio de la suspensión de la visita de la ministra Batres, muchas personas acudieron a la sede en la cual estaba convocado el evento. Un contingente de trabajadores del Poder Judicial, que se identificaron como trabajadores del Sexto Circuito del Poder Judicial en Puebla, lograron entrar al auditorio y empezaron a gritar consignas que evidenciaban que su propósito no era acudir al acto para debatir con la ministra sino reventar el mismo con provocaciones tal como lo hicieron en Zacatecas y Guanajuato.  

Las puertas del recinto se cerraron mientras otro grupo de los adversarios de la reforma judicial quisieron penetrar a las instalaciones de la Universidad Benito Juárez en medio de forcejeos, golpes insultos y consignas de derecha. Una trabajadora judicial de rango menor dijo que en el interior del auditorio había “un grupo de choque” que estaba violentando a sus compañero/as de causa que habían logrado entrar al auditorio. He podido identificar a los partidario/as de la 4T que estaban enfrentando con consignas a los provocadores en el recinto. Difícilmente pueden calificar como un grupo de choque: hombres y mujeres de tercera edad en su mayoría, personas a quienes yo he tratado durante años y que son obradoristas veteranos de todas las luchas pacíficas que antecedieron al triunfo de 2018.

Lo que sí fue posible observar en los supuestos o reales trabajadores judiciales que se presentaron al recinto de la Universidad Benito Juárez fue un ánimo violento y reacio al diálogo y al debate. El plan era recibir a la ministra con abucheos e insultos al momento en que arribara al lugar y luego impedir que hiciera su disertación a través de la violencia verbal y provocaciones de consecuencias impredecibles. Fue posible ver a una de las manifestantes con su camisa y gorra propia de la marea rosa gritar exaltadamente “es un horror estar con obrador” en medio de los jalones y golpes. Tambores, bocinas y objetos contundentes se hicieron presentes en las manos de los manifestantes y consignas reveladoras como Ministra corrupta”, “Muera la dictadura de AMLO”, “Fuera la perra judía”, “Muera la bruja Claudia”, “No queremos otra Venezuela”.

Lenia Batres ha comenzado una gira para explicar los alcances de la reforma judicial que ha sido propuesta por el presidente López Obrador y que se ha empezado a procesar en el Poder Legislativo. Ha participado en 35 eventos según informó el asesor Rodríguez en su comunicación a los organizadores del evento. La mayor parte de ellos fueron realizados sin incidentes, pero es evidente que estamos ya en un momento de exasperación de los ánimos de quienes se resisten a la reforma judicial, de enojo profundo porque la ven como inminente si es que se logra integrar la mayoría calificada en el Poder Legislativo. Y de un cálculo que hace que vean a la propia ministra Batres como una figura importante que podría presidir una Suprema Corte de Justicia distinta merced a una reforma judicial consumada.

La suspensión de la disertación de la ministra ha sido realizada con métodos propios a los que están utilizando grupos animados con un espíritu neofascista. No son protestas pacíficas ni asistencia a un evento con ánimo de debate razonado ante una reforma judicial que se considera inadecuada. Son acciones llenas de violencia verbal, propósitos de sabotaje y con consignas racistas, antisemitas y de tenor anticomunista. En otras palabras, estas acciones están impregnadas del ánimo ultraderechista que estamos viviendo en el mundo y en Latinoamérica. Forman parte de la huelga judicial que ya está en marcha. Muchos trabajadores y trabajadoras judiciales están siendo coaccionados por amenazas de jueces y magistrados como lo ha denunciado el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial Federal.

También, no pocos de los trabajadore/as del Poder Judicial además de la coacción, son manipulados por informaciones falsas. Uno de los manifestantes más vociferantes del viernes 16 de agosto dijo sin pudor, que la reforma judicial afectaría los derechos de más de 1,500 trabajadores del Poder Judicial en Puebla. Desde hace meses observamos este discurso usado desde las más altas esferas del Poder Judicial para movilizar a los aproximadamente 55,000 trabajadores judiciales que existen en México. En los próximos días veremos la fuerza del embate contra el gobierno de la 4T por parte de la parte del Estado en la cual se ha atrincherado la derecha en México. Esa derecha que siendo derrotada electoralmente se ha visto desplazada del Poder Ejecutivo, de la mayor parte del Poder Legislativo y que fieramente, primero con una huelga parlamentaria y ahora una que busca paralizar juzgados y tribunales, defiende el coto de poder que le queda en el Poder Judicial.

 

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Carlos Figueroa Ibarra

Sociólogo, profesor investigador de la BUAP, especializado en sociología de la violencia y política. Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional de Morena (2015-2022).