Los clubes de valientes y la violencia escolar

  • Juan Martín López Calva
Una de las actuaciones educativas de éxito que promueven una convivencia segura en las escuelas

Club de valientes violencia 0 comenzó a implementarse en la escuela Sansomendi (Sancho y Pulido, 2016). Partiendo de las bases científicas que estaban aplicando sobre Modelo Dialógico de Prevención y Resolución de Conflictos, decidieron poner en marcha una intervención que facilitara poder recrear la teoría en la práctica diaria motivada por socializar en modelos de relaciones libres de violencia y por la necesidad de reducir los conflictos diarios y de prevenir de forma efectiva la violencia entre su alumnado…
Sara Carbonell Sevilla. Club de valientes violencia 0: contextos upstander en educación infantil y primaria para prevenir el acoso de primer y segundo orden. Tesis doctoral en Educación de la Universidad de Girona, 2022, p. 94.

Amar es cosa de valientes, dice una excelente canción de Jorge Drexler que cité en este espacio alguna vez hace tiempo. En esa canción el cantautor uruguayo habla de formar la guerrilla de la concordia armándonos de valor hasta los dientes; una invitación cada día más urgente en un mundo en el que las guerras y el genocidio están a la orden del día en un país en el que, aunque lo niegue el presidente de los otros datos, se asesinaron alrededor de sesenta candidatos durante el proceso electoral de este año y poblados enteros están siendo desplazados por amenazas del crimen organizado, en una ciudad en la que matan menores de edad en la puerta de la escuela.

Sin duda amar es cosa de valientes, trabajar por una comunidad armónica en la que se resuelvan los conflictos dialogando y no se tolere ningún tipo de violencia es cosa de valientes. Construir espacios educativos en escuelas y universidades en los que exista un clima, una estructura organizada y una cultura de paz es cosa de valientes.

Por ello llamó poderosamente mi atención escuchar el viernes pasado, en la conferencia del Dr. Alfonso Rodríguez Oramas, en el acto de de cierre de seminarios de las comunidades de aprendizaje que organizó Vía Educación, hablar de la existencia de los clubes de valientes violencia 0, como una de las actuaciones educativas de éxito que promueven una convivencia segura en las escuelas.

La conferencia trató precisamente de la atención de la violencia escolar desde la formación del profesorado y planteó la tesis de que si los y las docentes están preparados para realizar actuaciones educativas de éxito en su trabajo cotidiano con los contenidos curriculares, no es necesario instrumentar espacios o programas adicionales de desarrollo socioemocional porque al cambiar la forma en que conviven para aprender los educandos, se desarrollan emociones de seguridad, autovaloración y autoestima, empatía y respeto a los demás y comportamientos no violentos.

Por supuesto en esta muy interesante intervención, el ponente planteó en primer lugar un conjunto de elementos clave que comparten los programas de combate a la violencia escolar como son: el involucramiento de la comunidad, la tolerancia cero a la violencia de todo tipo, la formación del profesorado, la llamada Bystander intervention o intervención de quien observa un acto violento y la formación del estudiantado y la comunidad.

A partir de estos elementos, el Dr. Rodríguez Oramas describió varias actuaciones educativas de éxito en la prevención de la violencia: el modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos, la política de puertas abiertas, la eliminación de la violencia de género que produce aislamiento, la intervención para construir resiliencia, el programa de paternidad positiva -triple p- y otros.

Sin embargo, dentro de todos ellos, destacó el éxito del club de valientes violencia 0 como una herramienta comunitaria y participativa muy efectiva en la prevención y resolución de acciones de violencia escolar y aún más importante, en la construcción de una cultura de paz dentro de las instituciones educativas.

Como dice el epígrafe que tomé de una búsqueda documental en la que encontré esta muy buena tesis de doctorado de la Universidad de Girona, el primer club de este tipo fue creado en el año académico 2014-2015 en la escuela Sansomendi en Vitoria-Gasteiz en España.

El primer paso fue formar a su profesorado en las bases científicas del Modelo Dialógico de Prevención y Resolución de Conflictos. A partir de esta formación, en la escuela decidieron poner en operación una intervención que pudiera ayudar a recrear esta teoría en la práctica cotidiana de la escuela, según sostiene esta tesis consultada. La idea era generar una práctica diaria motivada por socializar en modelos de relaciones libres de violencia y por la necesidad de reducir los conflictos diarios y prevenir de forma efectiva la violencia entre los estudiantes.

Allí nació el Club de Valientes Violencia 0 que se define como “…un club de personas que se posicionan contra la violencia, la denuncian, saben tratar bien a los demás y que valoran la amistad” (Sancho y Pulido, 2016 citados por Carbonell Sevilla). El nombre, según explica la autora de esta investigación, corresponde al sentido del proceso de prevención y resolución de conflictos.

Los dos componentes clave del club son, en primer lugar, poner en el centro las actitudes y comportamientos valientes que se requiere potenciar en consonancia con los principios del aprendizaje dialógico; por ejemplo, la solidaridad y la posibilidad de transformación de todas las personas que lo necesiten y quieran.

El segundo componente es el de violencia 0 establece el objetivo central que pretende alcanzarse a través de la instrumentación del club, que es precisamente la corresponsabilidad de toda la comunidad para la creación de un entorno en el que no se produzca ningún tipo de agresión. Por lo tanto, la valentía no es un valor en sí mismo en este proyecto, sino la valentía en función de denunciar cualquier comportamiento violento y actuar en apoyo de cualquier persona que sufra de alguna agresión.

En el caso de esta escuela, iniciaron con un acto simbólico en el que se leyó un cuento y se creó un espacio donde se colocaron las fotos del alumnado que formaba parte del club. El punto de partida fue incluir a todos porque se asumía que cada uno de los estudiantes iba a cumplir con el trato respetuoso y no violento que la pertenencia al club demandaba. Los miembros de esta comunidad educativa narran que en efecto, todos los educandos aprendieron a defender y apoyar a las víctimas y a aislar al alumno que se comportaba de una forma violenta, hasta que cambiaba su comportamiento y podía reintegrarse al club.

El proceso de formación docente para la construcción de comunidades de aprendizaje en las escuelas, que fue traduciéndose en la introducción de este enfoque dialógico de prevención y combate a la violencia escolar ya dio sus primeros frutos en nuestro país y aquí en Puebla. Desafortunadamente cerró el viernes pasado sus actividades por falta de apoyo de las autoridades y de la sociedad civil.

Ojalá pudiera reanudarse, pero mientras tanto, sería realmente un paso enorme hacia la construcción de una educación que revierta la violencia escolar y construya en hábitos y cultura de paz, que en nuestras escuelas intentáramos formarnos y crear nuestros propios clubes de valientes violencia 0. Porque en estos tiempos violentos, amar es cosa de valientes.

 

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).