En Puebla también hay un Cartel Inmobiliario y si no visualizamos sus actos criminales estaremos siendo cómplices de la paulatina destrucción de las reservas de áreas naturales. La situación es alarmante; además del daño ambiental, el crecimiento desordenado de la ciudad provoca escasez de servicios, incertidumbre jurídica, especulación inmobiliaria, y dificulta la construcción de un estado de bienestar y paz para nuestros habitantes. 

En el 2022 activistas sociales de la Ciudad de México descubrieron toda una trama de acaparamiento de terrenos, soborno de funcionarios, construcciones irregulares y especulación en departamentos de “lujo” -pero sin servicios- en la alcaldía Benito Juárez. Esta organización llamada por la Fiscalía de la Ciudad de México como el “Cártel Inmobiliario” está vinculada con actores políticos de la oposición, curiosamente de la alcaldía Benito Juárez, misma que ha sido el bastión panista por años y ha sido gobernada tanto por Xóchitl Gálvez, candidata a la Presidencia de la República, y Santiago Taboada, candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ambos por la coalición opositora del PRIANRD.

Este esquema de negocios debe ser investigado a profundidad, sobre todo en ciudades como la de Puebla, toda vez que ha sido gobernada en el pasado reciente por un grupo conservador con nexos criminales no solo con grandes consorcios inmobiliarios, sino con huachicoleros, traficantes de influencias, etcétera.

A continuación algunos datos reveladores de cómo el Cártel Inmobiliario en Puebla está afectando a nuestra población. Según la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda (CANADEVI) en la ciudad de Puebla la construcción de viviendas ha aumentado en los últimos tres años de 10 mil a más de 15 mil viviendas por año; es decir, la oferta aumenta, y aunque esto supondría que los precios bajen, la realidad es que no es así.

De hecho, según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) el precio de la vivienda en Puebla ha aumentado 7.1%, cifra que si bien es baja, comparada con ciudades como la CDMX, Guadalajara o Monterrey, es una taza por encima de la media nacional que podría repuntar a los dos dígitos el siguiente año. Actualmente el precio promedio de una vivienda en Puebla con dos cuartos, un baño, sala, cocina y comedor es de un millón 500 mil pesos, precio que con el salario mínimo en Puebla un trabajador o trabajadora podría pagar con veinte años de trabajo destinando todo su ingreso. De ahí que, sobre todo las nuevas generaciones tengan prácticamente imposibilitado acceder a una vivienda propia, es más, según la Asociación Mexicana de Profesionistas Inmobiliarios el 73% de los millennials (personas entre 27 y 35 años) no tiene casa propia.

Atender esta grave problemática y frenar la especulación inmobiliaria, la depredación de nuestros bosques, y sobre todo ordenar el crecimiento de nuestra ciudad es fundamental para reducir la pobreza multidimensional, el nivel de vida de nuestra población, sin desbastar nuestras reservas naturales. Hoy pongamos especial atención en el Bosque de La Calera, el Cerro de Amalucan y la zona de Flor del Bosque, todos estos espacios pertenecientes a la Sierra de Amozoc.

@ACarvajal06

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