La evaluación formativa

  • Luisa Martínez Baxin
Es un proceso integral sistemático para analizar y juzgar el valor de un objeto educativo

Es momento de hacer un espacio para hablar sobre el tema de la evaluación desde el enfoque formativo. Comenzaremos con una breve definición acerca de lo que es evaluar, para qué sirve, quiénes deben realizar este proceso, cuándo y cómo evaluar. Asimismo, incluiremos propuestas que podemos implementar en el aula con nuestros alumnos, y por supuesto algunas reflexiones.

La evaluación es un proceso integral sistemático a través del cual se recopila información de manera metódica y rigurosa, para conocer, analizar y juzgar el valor de un objeto educativo determinado, por ejemplo: los aprendizajes de los alumnos, el desempeño de los docentes, el grado de dominio del currículo y sus características; los programas educativos del orden estatal y federal, y la gestión de las instituciones. Sin embargo, si consideramos el plan de estudios 2011, hacemos hincapié que la evaluación es el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación.

Es de mencionarse que en el campo educativo se han hecho cambios en torno al proceso de aprendizaje de los alumnos, principalmente en la evaluación formativa. Por eso, en este texto retomaremos algunas aportaciones del plan de estudios 2011 y del plan de estudios 2022 no para hacer una comparación, sino más bien, enfatizar el reto que tenemos los docentes actualmente con el tema de la evaluación formativa.

Son tres momentos de evaluación: inicial, de proceso, y final. Estos momentos coinciden con los tipos de evaluación: diagnóstica, formativa y sumativa. La finalidad de evaluar es para aprender y mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje, a partir de las evidencias recolectadas se puede retroalimentar a los alumnos para mejorar su desempeño.

¿Quiénes evalúan? El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendizajes de los alumnos, por tal motivo, debe planificar y orientar los procesos de evaluación en diferentes contextos y con diversos propósitos.

¿Cuándo se evalúa? La evaluación es un proceso cíclico que se lleva a cabo de manera sistemática, y consiste en tres fases: inicio, que implica el diseño; el proceso, que genera evaluaciones formativas, y el final, donde se aplican evaluaciones sumativas en las que se puede reflexionar en torno a los resultados. Estos tres momentos de la evaluación nos dará la oportunidad de aplicarlas en la actividad de un proyecto, durante el bimestre o ciclo escolar.

Para que la evaluación tenga un carácter formativo es importante tomar en cuenta, utilizar distintas técnicas e instrumentos para la recolección de información, las cuales pueden ser informales, semiformales y formales: en las informales, tenemos la observación del trabajo individual y grupal de los alumnos, diarios de clase, preguntas orales; semiformales, la producción de textos amplios, la realización de ejercicios en clase, tareas, trabajos, y la evaluación de portafolios; y  formales, mapas conceptuales, rúbricas, listas de verificación o cotejo y escalas.

De acuerdo con el plan de estudios 2022, invita a repensar el enfoque formativo de la evaluación, y establece la necesidad de reconstruir el concepto y la práctica sobre la evaluación del aprendizaje. Ángel Díaz Barriga menciona que, por mucho tiempo, las y los docentes han escuchado y trabajado con el término evaluación formativa, al punto de confundirlo con evaluación continua o permanente. La evaluación formativa es una actividad compleja donde se reconocen dos dimensiones: la primera, referida a las y los estudiantes, a través de la cual se promueve la reflexión, la responsabilidad y el análisis.

La dimensión de la evaluación formativa referida a las y los estudiantes requiere de un clima de confianza, que posibilite los procesos de reflexión donde las y los estudiantes se involucren y muestren entusiasmo mientras aprenden; ante ello, es necesario guiar a los estudiantes a ser responsables de su aprendizaje, es decir, ayudarlos a que se comprometan con un “deseo de aprender”, que asuman la tarea de analizar lo que quieren aprender y lo que están haciendo para avanzar en su aprendizaje.

La dimensión vinculada ‘las y los docentes’, permite realizar ajustes en su trabajo didáctico, así como planificar las situaciones didácticas. En la práctica cotidiana, sabemos que la planeación de una clase sufre adecuaciones cuando se lleva a cabo en el aula. Con esto se pretende que las y los docentes adquieran elementos que les ayuden a modificar su planeación didáctica, sea en el “aquí y ahora” de una situación didáctica.

Una propuesta en la evaluación formativa es que las y los estudiantes se involucren en las actividades, escuchar sus comentarios cuando trabajan en pequeños grupos o al conversar, apreciar los dibujos, gráficos o mapas conceptuales que realizan, observar las acciones que llevan a cabo al desarrollar un experimento, sus ejercicios físicos o su lenguaje corporal.

Es imprescindible comentar a las y los estudiantes qué se espera que aprendan y por qué es importante. La evaluación formativa posibilita repensar el que hacer educativo, y nuestro papel como docentes; no podemos quedarnos con antiguas prácticas pues el objetivo es transformar la educación, y orientar a los jóvenes a ser partícipes de su proceso de aprendizaje. La evaluación formativa no debe quedarse únicamente en revisar tareas, y anotar en la lista quien cumplió, implica un proceso de reflexión de inicio a fin.

Fuentes
SEP. (2012). El enfoque formativo de la evaluación. Herramientas para la evaluación en Educación Básica, pp.29-34.
Díaz Barriga, Ángel (2024) La evaluación formativa es un reto pedagógico- didáctico en el trabajo docente. Quinta sesión ordinaria del consejo técnico escolar y el taller intensivo de formación continua para docentes, pp.2-9

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Luisa Martínez Baxin
Historiadora y maestra en Estudios Históricos por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Puebla), originaria de San Andrés Tuxtla, Veracruz.  Ha realizado trabajo de campo e investigación con relación a la Historia de la Educación.