Es tiempo de un nuevo tiempo
- Araceli Molina Diz
Terminan las campañas y con ellas termina también el compromiso y la participación ciudadana.
Siento que como individuos y como humanidad estamos experimentando un proceso de cambio radical. La naturaleza nos exige respeto, nos pide actuar de manera consciente y corresponsable en todos los sentidos. Los sistemas políticos están colapsando, los modelos económicos tradicionales cada día están más desgastados, y las estructuras sociales cada vez están más polarizadas; lo podemos ver de manera muy evidente cuando pensamos en América Latina, donde es indiscutible que se vive un despertar social que exige cambios estructurales para no llegar a vivir un verdadero caos.
En momentos de transición como en el que nos encontramos actualmente en nuestro país, los términos políticos de remodelación institucional son definidos por ciertas élites políticas, por ello, es un gran momento para comenzar con la ciudadanización de las administraciones públicas locales con la finalidad de fortalecer y fomentar el ingreso masivo de los ciudadanos a la participación política, como una forma de integración, humanización y unificación, ante la amenaza de un colapso sistémico en nuestro país.
La ciudadanización es una actividad que impulsa y fortalece la democracia participativa, es una actividad que empodera al ciudadano. Es una forma de organización de la actividad del Estado, en la que el ser humano, se coloca en el centro de toda acción política, esto, se ve reflejado en los planes de gobierno y en la reestructuras institucionales. La ciudadanización del ejercicio del poder, buscar construir una visión en la que las personas participan activamente y se involucran en las decisiones del gobierno, se fomenta la cultura cívica y el ser humano es el centro del actuar político.
Actualmente en México, vivimos una gran polarización, divisiones inútiles y discursos de odio que suman al rencor y al descontento social. Estamos contra los malos gobiernos, estamos contra la corrupción, estamos contra la inseguridad, esperando que algún político o héroe nos traiga la solución a estos problemas, cuando en realidad somos nosotros como sociedad, los que debemos actuar y participar en las decisiones de la vida pública del país.
La ciudadanía nos vincula con los derechos políticos que nos permiten intervenir en los asuntos del Estado; la mayor manifestación de esta intervención es la participación en los procesos electorales, ejercer nuestro derecho constitucional a votar y ser votados, sin embargo, eso no lo es todo.
La ciudadanización incluye acciones que involucran a los individuos en las soluciones para mejorar las problemáticas de las comunidades y ponen en marcha los cambios necesarios para regenerar las condiciones de vida de todos los grupos sociales, especialmente de los más vulnerables.
Es momento de crear una conciencia por vivir plenamente nuestra ciudadanía, aún estamos a tiempo de vivir un nuevo tiempo, de crear una sociedad más justa y más humana, hay que dejar atrás la indiferencia y la frivolidad que han abierto las puertas a la corrupción en nuestro país.