Alternancia en municipios, oportunidad para la seguridad

  • Facundo Rosas Rosas
Ante una nueva configuración política, surge la necesidad de ajustar la estrategia de seguridad

El retorno a la nueva normalidad en materia de coronavirus en la zona metropolitana de Puebla coincide con la alternancia en los principales municipios, me refiero a Puebla capital, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Cuautlancingo y Coronango.

Paralelo a esta nueva configuración política surge la oportunidad de ajustar la estrategia de seguridad de manera profunda, ya que con excepción de Coronango, en todos los demás municipios enlistados la incidencia de delitos totales y la suma de los robos en sus diversas modalidades se incrementaron.

El caso más emblemático fue el municipio de Puebla, donde tras la reapertura de la actividad económica, los delitos totales se incrementaron en 68.6% de enero-mayo de 2020 a enero-mayo de 2021.

En los municipios restantes las cosas no estuvieron mejor, así en San Andrés Cholula el incremento fue de 16% en el mismo periodo, mientras que en San Pedro Cholula fue de 7.5% y Cuautlancingo con 31.7%. Mención aparte merece Coronango, donde los delitos totales bajaron 5.9% pero el homicidio doloso se incrementó 500%.

Lo anterior evidencia que durante el confinamiento obligado por la pandemia no se hicieron los ajustes a la estrategia que una especie de "tregua" como ésta ofrece, de tal suerte que cuando las unidades económicas reabrieron y las personas volvieron a sus actividades cotidianas, la delincuencia estaba ahí y volvieron a ser víctimas de ella.

Evidencia de lo anterior es el incremento en los delitos en contra de la integridad y el patrimonio de las personas, en particular homicidio doloso y robo en sus diversas modalidades.

En ésta tesitura, el cambio de color de los partidos políticos que "gobernarán" en la mayor parte de la zona metropolitana, abre la oportunidad para explorar otras opciones, diferentes a la política de "abrazos no balazos" o por lo menos dejar de "apapachar" a los delincuentes y mejor abrazar a los ciudadanos, en particular a las víctimas de los diversos delitos que han estado abandonadas en lo que va de esta administración.

Dicho en otras palabras, hace falta incorporar a la sociedad civil y sus propuestas de manera activa a través de una verdadera "Mesa de seguridad" por municipio y no por medio de las autodenominadas "Mesa de coordinación/seguridad para la construcción de la paz", ya que en estas participan únicamente autoridades de los tres niveles de gobierno, que de lunes a viernes se reúnen para conocer el parte de novedades sobre homicidios dolosos y demás delitos registrados el día anterior, mismos que reportan a sus superiores, como lo marca la mecánica castrense, para después seguir patrullando en espera de nuevas instrucciones.

Al respecto, quienes han estado relativamente marginados de estos esfuerzos interinstitucionales, son los empresariosactivistasdirigentes de organizaciones de la sociedad civil, académicos y defensores de derechos humanos que mucho tienen que aportar y dar seguimiento a lo realizado por la autoridad, acciones que podrían contribuir en una mejora en los rubros de prevención social del delito y percepción de inseguridad, que tanta falta hace a la zona conurbada de la capital poblana.

Un reto para los nuevos presidentes municipales, algunos no tan nuevos, sigue siendo la tan socorrrida "policía de proximidad", cuyo objetivo es mantener contacto permanente con el ciudadano para escucharlo y juntos resolver los problemas básicos de la comunidad, mismos que de no atenderse podrían escalar a delitos y generar una percepción negativa de la seguridad.

Incluso ésta figura de policía podría ser útil en términos de gobernanza, pero hasta hoy no ha sido posible articularla con el eje estratégico de atención de las causas del delito debido al escaso número de policías municipales y al perfil militar de los elementos de la Guardia Nacional desplegados en territorio nacional, por lo que los programas de “jóvenes construyendo el futuro”, “sembrando vida”, becas y apoyos de todo tipo (para niños, jóvenes y adultos mayores) no se han traducido en una disminución de los delitos de alto impacto como el homicidio dolosofeminicidiorobo violación.

Si se siguen haciendo las cosas como hasta hoy, sin indicadores y metas exigentes y sin la colaboración de la ciudadanía, el solo patrullaje y por momentos "desfile" de elementos con formación militar, sin conocimiento y sin arraigo en la comunidad, los resultados seguirán siendo los mismos.

Está claro que la política de "abrazos, no balazos" del gobierno federal como cabeza de sector en materia de seguridad, no ha dado los resultados prometidos, por lo menos en cuanto a homicidios dolosos se refiere, como lo ofreció durante su toma de posesión el presidente de la República cuando se comprometió a reducir en un 50% en los tres primeros años de gobierno y faltando 5 meses para que se cumpla el plazo este delito no ha disminuido, por lo que será una promesa más sin cumplir.

Ni que decir de los delitos totales a nivel nacional, rubro en el cual, de mantenerse la tendencia de los 5 primeros meses de 2021, estará cerrando en 2 millones de delitos denunciados, cifra idéntica a la de 2019, con lo cual estaremos en el mismo lugar donde empezamos y nada habrá cambiado.

A nivel municipal y por lo que toca a la zona conurbada de la capital poblana estamos a tiempo de tomar otra ruta que nos lleve a un lugar diferente, donde no solo se registren menos delitos, sino que la percepción de inseguridad sea menor, nada es imposible.

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Facundo Rosas Rosas

Ingeniero por la UAM donde obtuvo la Medalla al Mérito Universitario. Estudió maestrías en Administración, así como en Seguridad Pública y Derechos Humanos. Fue capacitado en inteligencia y análisis en EU, Colombia e Iraq. A lo largo de 25 años ha sido servidor público en dependencias estatales y federales en materia de Seguridad Pública y Seguridad Nacional.