La sublevación de los votantes

  • Ociel Mora
Que los electores tomen en sus manos la decisión de premiar o castigar a sus gobernantes

Voy y vengo. Con esta es la cuarta o quinta vez que retorno a esta casa editora. Gracias Rodolfo Ruiz y Flora Molina por acogerme de nuevo.

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Postulo que para entender los resultados de la elección del domingo en Puebla hay que leerlos en clave Ciudad de México, con base a los datos de la misma elección. Tanto allá como acá la elección estuvo en función de la cultura política de los votantes.

Incluso en el caso local pueden hallarse indicios en la elección extraordinaria de 2019, cuando fue electo gobernador Miguel Barbosa Huerta. Favorecido mayoritariamente por un electorado que no fue el de la zona conurbada, sino de las sierras, rural e indígena, con grado alto y muy alto de marginación social.

En aquella elección, como ahora, la zona metropolitana optó por la oposición, encabezada por Enrique Cárdenas, en despecho de Morena, el partido de quien ya para entonces era presidente en funciones: Andrés Manuel López Obrador.

Cárdenas fue un candidato que se movió entre la ciudadanía, el Partido Acción Nacional y la sociedad civil académica. Pero además fue uno de los críticos más severos de los hurtos de Rafael Moreno Valle, desde el ámbito de la academia.

El nuevo mapa electoral del domingo quedó determinado por los indicadores económicos, sociales y, si me lo permiten, culturales, tanto allá como acá. Hay que decirlo: una cultura regional valiente la del valle poblano. Que elige críticamente y no teme castigar a los malos gobernantes con su voto.

Finalmente de eso tratan la elección. Que cada determinado periodo los ciudadanos electores tomen en sus manos la decisión de premiar o castigar el buen o mal desempeño de sus gobernantes.

Eso hicieron los votantes el domingo en el caso específico de la señora Rivera Vivanco. La presidenta concentra los peores resultados de cuantos malos gobernantes han pasado por la presidencia capitalina; incluso por encima de Gabriel Hinojosa.

La señora apostó su popularidad y legitimidad ha pleitear públicamente con el gobernador de la entidad, mientras la ciudad se hundía en el pozo de la incompetencia. Un pleito suicida, visto desde donde se le vea.

Podemos argumentar que la reforma constitucional de Peña Nieto que por primera vez permite la reelección inmediata de presidentes municipales y diputados, obedece a esa premisa de empoderamiento ciudadano.

Esa cultura valiente podemos identificarla en correspondencia con los indicadores de desarrollo humano. Un índice internacional que mide principalmente la educación, la salud e ingreso de los individuos.

Generalmente a mayor escolaridad, mayores oportunidades, y a mayores oportunidades, mayores ingresos; los ingresos -ya lo sabemos-, favorecen una mayor autonomía del individuo frente a la masa para decidir libremente.

En la capital poblana se concentran las principales universidades, públicas y privadas. Aquí están los mejores hospitales, públicos y privados; la oferta cultural: las librerías, los museos, y los principales medios de comunicación.

Aquí se concentra la planta productiva, los empleos mejor pagados, los técnicos con estándares de productividad internacional. Es la sede de los poderes públicos, de los principales partidos políticos, de las principales organizaciones de la sociedad civil.

Aquí están los principales medios de comunicación. Ya sabemos que de su grado de libertad depende el buen funcionamiento de la democracia. Son las arterias que bombean la pluralidad y el desacuerdo.

Son el eje sobre el que se mueve el debate público y la tolerancia: el respeto por el otro. Gracias a la tolerancia se pasó de los palos y las piedras al predominio de la palabra y la razón. Fue como nació la civilización, independientemente de lo que cada cual entienda por ella.

Aquí en la ciudad capital se toman las grandes decisiones que impactan en el resto de la entidad y, para bien o para mal, reorientan el destino de todos, como comunidad y como individuos.

Las elecciones los trajeron y las elecciones los desalojaron. Es una de las grandes virtudes del orden constitucional. De las pocas cosas (tal vez la única) dignas de valorar en la señora Claudia Rivera Vivanco es que tuvo la atención de reconocer su derrota unas horas después de conocerse los primeros resultados.

Bocado envenenado.

Unas horas después de conocerse los resultados definitivos, el gobernador de la entidad tuvo un par de encuentros que han llamado la atención de tirios y troyanos. Alejandro Armenta y Eduardo Rivera Pérez. Senador de la República uno y presidente electo de la capital el otro. Uno y otro están destinados a gobernar Puebla. ignoro cuándo y en qué orden. Pero de entrada, aquel encuentro se entiende, o lo entiendo, como un bocado envenenado. Cada cual sabrá cuánto lo engulle.

 

@ocielmora

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Ociel Mora

Es vicepresidente de Perspectivas Interdisciplinarias, A. C. (www.pired.org), organización civil con trabajo académico y de desarrollo económico de grupos vulnerables; y promotora de acciones vinculadas con la cultura comunitaria indígena y popular. Su línea de interés es la Huasteca y la Sierra Norte de Puebla.