¡Cállate, perra!
- Barbara Lora
Este martes 14 de enero renunció Fernando Manzanilla (@Fer_Manzanilla) a la secretaría de Gobierno de Puebla y en la Ciudad de México, un policía le grito ¡CÁLLATE PERRA! a la periodista Paola Rojas(@PaolaRojas)hecho que grabó con su teléfono celular mientras los agentes de tránsito detenían a los automovilistas para que pudiera pasar la camioneta de un funcionario.
¿Y qué tiene que ver Chana con Juana o en este caso Fernando con Paola?
La violencia.
Esta mañana, cuando Fernando Manzanilla anuncio su renuncia con un video en sus redes sociales, le mande un mensaje afectuoso, porque tengo años de conocerlo y me dio la gana saludarlo y desearle lo mejor. Pero la respuesta virulenta de algunas personas en las redes que no lo bajaban a él de traidor y otros epítetos dignos del chacal Huerta y a los que lo saludábamos nos fue como a la periodista Paola Rojas y claro, eso me preocupó muchísimo.
Estamos viviendo tiempos maniqueos en los que o estás conmigo o en mi contra.
Por otro lado, no es nuevo, ni está bien, que los funcionarios de alto nivel gocen del privilegio de ser escoltados y les abran el camino en sus andares por las calles, ya sea porque tienen que ir a una cita urgente con el presidente o porque se les hizo tarde para llevar al chamaco a la escuela. Lo que sí es nuevo, es la capacidad de las personas de usar la tecnología para captar esos momentos. ¿Y que podemos esperar los ciudadanos de a pie, si a una reconocida conductora de televisión un policía la agrede verbalmente?
Los políticos cuando están en campaña, abrazan viejitas, cargan bebés, se sientan en el suelo con los chavos banda y comen frijoles usando tortillas como cucharas con los campesinos. Ah, pero cuando son electos para un puesto, la cosa cambia, salen las camionetotas, los guaruras, los asistentes y no cargan ni a sus bebes, ni el polvo les toca sus zapatos carísimos de diseñador.
¿Tienen ellos la culpa o nosotros?
Ellos, los políticos siempre prometen y nosotros siempre nos tragamos sus promesas y no les exigimos nada. Tal vez porque ya sabemos que si nos ponemos exigentes nos mandaran a un policía que nos dirá ¡Cállate Perra!
O si en redes sociales emites una opinión en contra del sistema, los encargados de las redes sociales del poder, enviaran a una jauría virulenta y embravecida que no se contentara con decirte ¡cállate perra!, no, ellos te llamaran traidor, vendido, fifi y otras linduras. Te preguntaran donde estabas cuando el PRIAN robaba a manos llenas. Y te cansarás de explicar y demostrar que con todos los gobiernos has señalado, escrito y declarado en todos lados sus errores. A ellos, a las jaurías cibernéticas, no les importan las pruebas y solo tienen una consigna, denostar a todos los que osen levantar un tweet en contra de sus sagrados empleadores.
Lo que no saben, es que cuando sus empleadores ya no estén, vendrán otros y que cuando ellos alcen la voz contra los nuevos ocupantes del sagrado puesto público, también les dirán: ¡cállate perra!
@grandotasoy