La ansiedad y desesperación de quienes se creen ungidos para integrarse al gabinete de Luis Miguel Barbosa Huerta, les genera hasta malestares estomacales. Quienes tienen marcado oficio y pactada chamba con el futuro gober, solo esperan los tiempos, tal es el caso de Moisés Ignacio Mier Velazco, Alejandro Armenta Mier, Carlos Meza Viveros y Fernando Manzanilla Prieto, personajes propiamente inmersos en el futuro gabinetazo. En derredor de los aquí citados al menos veinte cercanos colaboradores de cada uno de ellos, sin contar a quienes se les prometió trabajo en el 2021.

La llegada de Barbosa Huerta, al gobierno del estado no fue por la puerta trasera, sino cobijado totalmente por la dirigencia nacional de Morena y con la evidente anuencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, la operatividad política en el pasado proceso electoral fue en gran medida de la otrora estructura Morenovallista que no dudo en ponerse a las órdenes del que sabían de antemano seria el gobernador de Puebla, tal es el caso de los verdes y los que se dicen representantes de la clase trabajadora, es decir el PT y PVE; quienes operaron prácticamente de manera magistral o quizá como muchos ex dirigentes de Rafael Moreno Valle aprendieron hacerlo.

Quien estuvo detrás del PT y PVE, se condujo con la inteligencia que en su momento Joseph Marie Córdoba Montoya, mostró a Carlos Salinas de Gortari, por cierto, también de esencia europea y quien evidentemente nuevamente estará en el nuevo gabinete.

Llama la atención que desde la Secretaria de Finanzas del gobierno interino actual se han operado – quizá sin consultar-, una serie de cambios en la Institución del Registro Público y catastral, cambios que muy probablemente no sean por un sexenio pero que si habrá que considerarlos en su momento procesal oportuno como expresan ya muchos abogados.

La piedra en el zapato del futuro gobernador será la que en por lo menos en veinte años ningún gobernante se ha querido sacudir. Me refiero al esquema de gobernanza en la impartición y administración de justicia y a la que se une un trozo de mármol pesado llamado seguridad pública. En el Tribunal Superior de Justicia hay incertidumbre no solo por quien llegue para presidirlo, si no por demás, por la serie de intereses y conflictos de intereses que muchos magistrados tienen y ventilan al seno del tercer poder.

La propuesta de Miguel Barbosa, en relación al esquema de justicia, dentro de un marco de legalidad y respeto va a requerir de mucho trabajo legislativo y quizá inicie con una serie de reformas necesarias a la Constitución local, a la Ley Orgánica del Poder Judicial y a la Ley Orgánica de la Fiscalía General del estado. En torno a lo que últimamente cito es incuestionable que el intelecto de Carlos Meza Viveros, se hará presente como también presente estará el conocimiento del encargado de transición de gobierno.

En el nuevo gabinete habrá intelectuales y ex políticos universitarios, muy cercanos por cierto al futuro mandatario a los que, desde luego, cabe recordarles que la teoría y la práctica de gobierno distan infinitamente de la política universitaria y bueno, consecuencias para entender lo que cito son evidentes en el municipio poblano.

Complejo será para el futuro gobernador estructurar un gabinete incluyente y diligente, pues muchos mostrarán currículos extensos que denoten derrame de intelecto, sin embargo, pocos con la necesaria experiencia para el área que se requiere frente a lo cual se debe sopesar siempre en la justa balanza; empero, como suele suceder los intereses “superiores de la política”, estarán por encima de los que quizá requiere la sociedad.  Cierto es que incluir implica en política cumplir pactos y contra ello los mortales ciudadanos solo deben aguardar que en la inclusión pueda aparecer un garbanzo de a libra y desde luego, que a ese garbanzo le permitan hacer su trabajo.

Preocupa que en el esquema de seguridad se llegue a utilizar el mismo recurso humano que hoy se ha entregado propiamente al crimen organizado y a la delincuencia común, sin embargo, hay lineamientos que ya se dan desde la Secretaria Federal de Seguridad Publica y corresponde a esta palomear al prospecto militar que algunos tienen en mente. Existe buena fe en Luis Miguel Barbosa, por cumplir hasta donde las fuerzas se lo permitan con lo que pudiera ser su último cargo político, no obstante, los poblanos no solo están divididos, sino por demás ofendidos por la inseguridad que hoy los tiene propiamente sitiados.

CON ATAJOS. -Recuerdan aquel personaje de la vida política Morenovallista, encargado de amenazar y amedrentar a cuanto periodista fuese ajeno o contrario a sus intereses; aquel que flamantemente despachaba desde la colonia la Paz y a quién todos hacían reverencias; he de referirme a Eukid Castañón, pues bien, se dice en el extranjero, pero además en un estado psicótico que lo ha puesto al borde de la muerte.

juridico_rangel@hotmail.com