No perderemos
- Elmer Ancona Dorantes
Los partidos políticos y candidatos que participaron en la pasada contienda electoral de Puebla han reiterado que, resuelvan lo que resuelvan las autoridades a nivel nacional -Tribunal Electoral- no se dejarán arrebatar el supuesto triunfo que obtuvieron en las urnas.
“Lo que ganamos en las urnas no lo perderemos en la mesa”, advierte el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Acción Nacional (PAN), que asegura lleva 4 puntos de ventaja a favor de su candidata Martha Erika Alonso.
“Yo voy a ver qué encontramos; yo no puedo esperar más que manipulación más manipulación”, responde Miguel Barbosa, candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien afirma tener diez puntos de diferencia sobre su más cercana competidora.
El “no perderemos” está en el sentir de ambos partidos y candidatos que permanentemente animan a sus seguidores a no dejarse arrebatar los laureles de la futura gubernatura. Están dispuestos a todo.
La pregunta que nos hacemos es ¿nosotros como ciudadanos no contamos para nada? ¿Nuestra decisión de votar por uno u otro contendiente no tuvo utilidad alguna? ¿No tiene valor ni sentido la democracia en este país?
A los votantes o electores lo que menos nos importa es quién ganó o quién perdió porque, a fin de cuentas, uno u otro están obligados a darnos los servicios públicos que requerimos.
Los colores de las banderas políticas pasan a un segundo plano porque al ganador le estaremos pagando con nuestros impuestos para que asuma la responsabilidad que le conferimos: la de servir.
Las dirigencias partidistas deben dejar atrás ese primitivismo que los ha caracterizado y entender que no mandan por encima de las decisiones sociales en el país, no mandan sobre nosotros.
En uno de los foros ciudadanos en los que participó Alfonso Durazo Montaño, próximo Secretario de Seguridad Pública federal, ante la presión de los ciudadanos que reclamaban por sus familiares desaparecidos, expresó que no habrá impunidad, que los casos no quedarán en el olvido.
Remató con un espectacular: “Seré el gato de la sociedad”. En pocas palabras, lo que quiso decir el futuro Secretario, es que quienes mandan son los votantes, los electores; que ya acabaron los tiempos en que los funcionarios públicos se sentían dueños y amos de las decisiones”.
Los ciudadanos no queremos que los servidores públicos (gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, jueces) sean nuestros “gatos”, simple y llanamente queremos que cumplan con sus obligaciones, con el mandato que la sociedad (entiéndase, el pueblo) les ha conferido. Nada más ¿Es mucho pedir?
Y si no pueden con el cargo, que se amarren bien los pantalones o se sujeten bien las faldas y renuncien. La dignidad es la mejor vestimenta que puede arropar a los políticos. La que mejor habla de ellos.
Por lo tanto, el “no perderemos” del que tanto hablan unos y otros contrincantes debe desaparecer de su vocabulario para dar paso al “Acataremos el resolutivo de los tribunales”.
Lo escribí recientemente, el nuevo mandato de la Comunicación Política es el de la expresión reflexiva, razonada, argumentada, inclusiva y de proximidad con la gente.
Ya terminaron los tiempos de la demagogia barata, de la verborrea escandalosa e insultante con las que los políticos de antaño pretendían convencer a un electorado poco preparado o muy limitado en sus percepciones.
El “no perderemos” y otras tantas expresiones no refleja más que una vulgaridad política que disminuye o sobaja a las clases políticas a un autoritarismo que ya no tiene cabida en las sociedades modernas.
En aproximadamente una semana, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinará si hubo o no irregularidades o fraude en las elecciones de Puebla. Los magistrados tienen la última palabra y todos deberán acatarla. Así es la democracia.
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Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y maestro en Gobierno y Políticas Públicas por el Instituto de Administración Pública (IAP) y maestrante en Ciencias Políticas por la UNAM. Catedrático. Ha escrito en diversos medios como Reforma, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.