Los candidatos de Movimiento de Regeneración Nacional en Puebla -Morena- a los diferentes cargos de elección popular caminan por la geopolítica poblana sin brújula y confiados en que la sombra de Andrés Manuel López Obrador los cobije el día de las elecciones. Están tan seguros de que sin hacer campaña, lograrán el triunfo. La  mayoría de ellos ya de plano se echó a la hamaca. Simplemente no se ven ni se oyen.

Lo que no saben es que el electorado poblano, cada día más demandante y consciente del valor de su voto, está exigiendo propuestas y compromisos claros para que el político, ahora como candidato y mañana como funcionario, cumpla con su palabra.

Miguel Barbosa Huerta, aspirante a la gubernatura  y Claudia Rivera, candidata a la presidencia municipal de Puebla, hablan mucho y dicen poco. El senador perredista con licencia enfrenta feroz lucha de dimes y diretes sobre las fortunas de Martha Erika Alonso de Moreno Valle y de Enrique Doger Guerrero, en lugar de hacer propuestas convincentes a la ciudadanía. Las necesita y mucho, pues es un soberano desconocido en la geopolítica poblana.

Por otra parte Claudia Rivera -ni en su casa la conocen- es un personaje sin experiencia y sin preparación sobre el desempeño del cargo que busca desempeñar. Por principio de cuentas ya se “fusiló” proyectos ajenos, como la “pavimentación de las 100 calles”, que fue un plan que propuso Eduardo Rivera como candidato y llevó a cabo como alcalde.

Por ello, no podía ser de otra manera, los candidatos de Morena, la mayoría de ellos desconocidos y sin arraigo, surgen de manera improvisada, sin embargo,  Miguel Barbosa Huerta asegura que los abanderados morenistas surgen de acuerdo a las reglas impuestas por los integrantes del Consejo Nacional. ¡Sí, como no…!

En los corrillos políticos trasciende que los nominados por Morena figuran como candidatos gracias al tradicional “dedazo” y otros por la compra de candidaturas.

Según analistas políticos el voto diferenciado es el que predominará en la entidad poblana. Probablemente votarán en forma masiva por Andrés Manuel López Obrador, pero no por el abanderado de Morena a gobernador, alcaldes, diputados federales o locales, simplemente porque no hay trabajo político. Están confiados en ser arrastrados al triunfo por su líder y ese es el gran error. Ya veremos. 

LA RUMOROSA

SOLO Y SU ALMA.-Eduardo Rivera, candidato de la coalición  llamado Por Puebla al Frente, integrado por PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, Compromiso por Puebla y Pacto Social, enfrenta traiciones y simulaciones de un importante sector de los neo panistas, ligados al morenovallismo. Su lucha es ardua y tormentosa. No tiene un apoyo total del panismo. Tampoco es bien visto por poblanos que siguen esperando compromisos que hizo y  nunca cumplió como alcalde de la capital poblana. Ahora sigue ofreciendo resolver problemas que como presidente municipal pudo haber resuelto. Cosas de la vida… CAMPAÑA DE ODIO.-La labor proselitista de Guillermo Arechiga, candidato de Morena a diputado federal por el distrito 9 está marcada por el odio y rencor que sienten maestros disidentes. Jorge Cabrera, vocero de la disidencia se ha encargado de boicotear la campaña de Aréchiga a quien aún lo ligan con el morenovallismo. Dice que su postulación se debe a Gabriel Biestro, líder estatal de Morena y no a López Obrador. El “chapulín” Aréchiga está recogiendo toda la antipatía que ha dejado sembrada a lo largo de su tormentoso caminar dentro del quehacer político. Su triunfo electoral está en duda. SALUCITA DE LA BUENA.

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