Crónica de una trama sangrienta en Texmelucan

  • Fernando Maldonado
Desde septiembre de 2017 era evidente la indolencia del munícipe ante la inseguridad.

Una patrulla de la Policía Municipal de San Martín Texmelucan en la
madrugada y un grupo de personas, aparentemente en estado de ebriedad, la rodean. Hablan, discuten y ríen; los policías en el interior parecen
recibir cervezas de quien ahora se sabe, era el director de Parquímetros,
Giovanni Caraza, y del director de Prensa, Antonio de la Vega, y hay dos
sujetos más. Son las 3:40 de la mañana del 2 de septiembre del 2017 y el
video está en poder del columnista.


Hace ocho meses que esa evidencia descansa en la Secretaría General de
Gobierno y de Rafael Núñez, el inoperante presidente municipal a quien la
delincuencia se cansó de sembrarle cadáveres en la plaza pública hasta que
el gobierno del estado le arrebató el control de la seguridad pública.

Una reunión efectuada en octubre del año pasado en Casa Aguayo, con el ex
subsecretario de Gobernación Luis Arturo Cornejo; el presidente de la
Comisión de Seguridad en el Congreso, Mario Rincón González, y el propio
presidente municipal terminó por pintar de cuerpo entero al personaje del
que a una semana del manotazo del gobierno estatal, no ha sido capaz de
explicar la existencia de un cuerpo policiaco ‘fake’ en ese lugar.

‘Quisiéramos preguntar en dónde está el San Martín de primer mundo que nos prometiste, como las inversiones que no han llegado’ encaró un empresario hotelero de la región a quien desde hace semanas le vienen cancelando camas de fin de semana.

De acuerdo con una entrevista que Núñez concedió a Edgar Avila, reportero
de la agencia EFE y de El Universal, ‘Octubre fue el mes que más puertas
tocó el edil del Partido del Trabajo. En 60 oficios con más de 238 hojas,
pidió apoyo a todas las instituciones gubernamentales ante el flagelo de
la delincuencia que azotaba la región…’ se lee en un amplio texto
publicado el 5 de mayo.

Se trataba en realidad de un ejercicio retórico para evadir una
responsabilidad evidente, cuando ya le habían quitado la potestad de la
seguridad para los texmeluquenses. En la reunión de ese mismo mes, al
margen de la papelería que mostró al reportero Avila, los audios de los
que dispone el columnista no admiten dude.

‘… La ciudadanía está molesta, hay opacidad en tu gobierno, no ha sido
transparente como se nos prometió en un principio, los problemas siguen,
estamos a un año de que finalices tu administración y pues yo creo que el
panorama… ahorita estamos aquí porque se desbordó el tema de la
inseguridad, el Centro Comunitario no funciona, no hay prevención al
delito’ le dijeron a un presidente municipal particularmente mudo,
aislado.

El hilo de tiempo de la reunión entre funcionarios estatales, el
presidente municipal y el sector empresarial no coincide con la narrativa
periodística del 5 de mayo en El Universal, en donde se expone que hubo
misivas para el presidente Enrique Peña Nieto y el ex secretario de
Gobernación, Miguel Angel Osorio.

De la incompatibilidad de ambas historias sólo se puede concluir que el
problema de la inseguridad en Texmelucan llegó hasta el tiradero de
cuerpos desmembrados por la indolencia gubernamental, la falta de control
del presidente municipal… y probablemente por su colusión con ‘la maña’
que asumió como suya la plaza de un municipio con una enorme pujanza
comercial y económica.

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Fernando Maldonado

Estudió Ciencias Políticas y ha trabajado en prensa, radio y televisión. Ha publicado en diversos medios. Autor de la columna Parabólica