El relevo de Enrique Ochoa Reza en la dirigencia nacional del PRI y el abandono en Puebla de Jorge Estefan Chidiac de la presidencia del Comité Directivo Estatal del tricolor, en momentos difíciles, cuando se está en pleno proceso electoral, ponen en una situación muy delicada al Revolucionario Institucional que ya se ubica en el tercer lugar en las preferencias del electorado.

Los candidatos priístas a los diferentes cargos de elección popular prácticamente están a la deriva y sin timonel. No hay un verdadero líder que los cohesione y los motive a redoblar esfuerzos para seguir en la lucha electoral. En concreto, existe una verdadera desmoralización del priísmo en general. Ahora los candidatos en Puebla, desde Enrique Doger hasta el más modesto aspirante a regidor, tendrán que rascarse con sus propias uñas, sin manto protector, tendrán que remar solos, no hay más. José Antonio Meade está más preocupado en salir del atolladero en el cual está metido que en ver por la refriega política que se libra en las diferentes entidades del país.

Cuánta razón tiene Humberto Aguilar Viveros, candidato del PRI a diputado federal por Tepeca, cuando dijo que la dirigencia nacional -cuando aún estaba Enrique Ochoa al frente del PRI-, ya había pactado la derrota de los priístas con el morenovallismo. “No somos pendejos”, dijo en alusión a los dirigentes nacionales del PRI, quienes cuando llegaban a Puebla no eran las voces críticas en contra del morenovallismo.

Por cierto el fuerte señalamiento de Aguilar Viveros, quien fuera delegado de Conafor tuvo respuesta inmediata de Leobardo Soto, dirigente estatal de la CTM. Para desahogar su coraje por haber sido llamado traidor, el líder cetemista simplemente le mentó la madre a Humberto Aguilar Viveros porque se dice que una mentada también duele.

Por cierto trascendió que sobre las actividades torcidas y camaleónicas de Leobardo Soto, un grupo de priístas poblanos busca entrevistarse con el líder nacional de la CTM Carlos del Olmo Aceves para pedir su intervención con el propósito de frenar los dobleces del líder estatal  y apaciguar sus excesos en perjuicio de la clase trabajadora.   

ENGAÑOSOS LOS RESULTADOS DE ENCUESTAS

Las campañas políticas para la gubernatura arrancaron y el activismo de las empresas encuestadoras arreció. Triste y lamentablemente los electores se van con la finta sobre los “resultados”, muchas de las veces engañosos,  los cuales solo son fotografías del momento. El pragmatismo político se verá el próximo primero de julio el día de las elecciones.

Son muchas las empresas encuestadoras, pero pocas las que operan con seriedad. Es una realidad, como dicen en los corrillos políticos, que quien paga las encuestas es quien las gana, de allí que todavía veremos mucha agua correr bajo el puente para conocer el a los candidatos ganadores tanto a la presidencia de México, como a gubernaturas, senadurías, diputaciones federales, presidencias municipales y diputaciones locales.

Las empresas encuestadoras desde hace algunos meses dan como favorito a Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de México, sin embargo, como dice el dicho popular, “del plato a la boca se cae la sopa”, habrá que esperar, porque de seguro habrá sorpresas.

De allí que el Estado y los representantes de los partidos políticos, PRI, PAN y PRD-,  no se han quedado con los brazos cruzados e iniciaron una serie de marrullerías. Al parecer están funcionando, porque han logrado frenar el crecimiento político del Peje. Ahora falta desbarrancarlo.

Dicen que serán unas elecciones de Estado, habrá que ver si la musculatura de López Obrador, tiene suficiente fuerza para enfrentar la embestida del aparato gubernamental federal que se vendrá en las próximas semanas. Se comenta que al Estado puedes injuriarlo, ofenderlo y hacer escarnio de él, pero nunca te le enfrentes porque te acaba.   SALUCITA DE LA BUENA.

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