Puebla capital, la joya de la corona

  • Fidencio Aguilar Víquez
Eduardo Rivera: resistencia y arranque. Claudia: la ola de AMLO. Deloya: interrogación.

Eduardo Rivera Pérez, el hombre que resistió los golpes y las maniobras del grupo del exgobernador Moreno Valle Rosas, que buscó sacarlo del proceso electoral con una inhabilitación del Congreso del estado y una multa, a final de cuentas estará en la boleta electoral con posibilidades reales de volver a ganar la presidencia de la capital.

 

Si hacemos un poco de memoria, en la elección del 2010, la coalición que postuló al exgobernador se alzó con la victoria para obtener la gubernatura, con más de 1 millón 200 mil votos, frente a los más de 900 mil que obtuvo la coalición encabezada por el PRI. A esa victoria, justamente, la capital aportó más de 300 mil votos. Conclusión: para ganar la gubernatura es imprescindible ganar la capital.

 

Tendremos que ver, desde luego, si la experiencia, el conocimiento y la resistencia de Rivera Pérez, incluso sus vínculos nacionales, logran confeccionar una campaña exitosa y un gobierno eficaz que logre enfrentar y superar los grandes problemas de los capitalinos, en materia de seguridad, de infraestructura, de desarrollo y de pobreza.

 

El expresidente y ahora nuevamente candidato, desde el primer minuto del domingo 29 de abril, que el calendario electoral marca como el inicio de las campañas locales –acompañado de su familia y de la planilla de candidatos a regidores por la coalición que lo postula- señaló que recorrerá toda la capital para ofrecer una “campaña de frente”. Una Puebla única, donde no haya ciudadanos de primera y de segunda, para lo cual ofreció incrementar la cantidad de policías, dos mil calles pavimentadas y un programa de becas para jóvenes y mujeres que no terminaron sus estudios y deseen culminarlos.

 

No hay enemigo menor, dice una de las premisas básicas de toda contienda. Por lo que no se puede soslayar los perfiles de los demás candidatos y candidatas que buscan presidir el gobierno de la capital. En primer lugar, Claudia Rivera Vivanco que, sin duda, será la gran beneficiaria de la ola López Obrador –si es que éste no se desinfla-. La candidata de la coalición “Juntos haremos historia” en este momento es la que se acerca en intención de voto al expresidente municipal, aun sin hacer grandes maniobras de campaña. Claro, la elección –como dicen los expertos- no se gana en el aire sino en tierra.

 

Ana Paola Migoya Velázquez, la candidata del Partido Verde Ecologista de México, también tiene su propia cuerda, su activismo puede darle buenas pautas para hacer una campaña interesante. Aunque no tiene la plataforma de un partido fuerte, con proyección y sinergia, máxime en el estado, donde se le ve como un aliado del morenovallismo.

 

Ernestina García Chávez, candidata del PANAL, otro aliado del morenovallismo a nivel local, tiene grandes retos siquiera para darse a conocer y proyectar que, en efecto, la defensa de los derechos de las mujeres indígenas tiene realidad y proyecto. De lo contrario, levantará la sospecha de que ese partido postuló una candidatura sin la lógica de sus alianzas a nivel nacional: con el PRI y su candidato Meade. Mejor dicho, confirmará lo que ya mencionaron muchos analistas: que a nivel local le hace comparsa al grupo morenovallista.

 

Víctor Gerardo Gabriel Chedraui, de larga trayectoria en el PRI, fue diputado suplente en la elección intermedia de 1997 por el distrito 06 de la capital, salta del barco tricolor para apoltronarse como candidato del partido local PSI, cuyo presidente, Carlos Navarro, es el feliz papá de la candidata al senado por la coalición “Por México al frente” que, en Puebla, tiene dueño, el grupo morenovallista.

 

Otro partido local, de entera cepa morenovallista, Compromiso por Puebla, postula a Gonzalo Juárez Méndez, el líder del sindicato del ayuntamiento capitalino, luego de la defenestración del histórico líder Israel Pacheco. Por supuesto que ello significa, a final de cuentas, como ya se ha señalado en otros espacios de opinión pública, que el grupo dominante en el estado de Puebla busca tener todo el control posible.

 

Finalmente, el candidato del PRI al gobierno de la capital, Guillermo Deloya Cobián, expresidente de la Fundación Colosio, cierra el circuito de los contendientes. Ha logrado reunir a sus filas a integrantes de la CTM y de Antorcha Campesina. En este momento se encuentra en el tercer lugar de las preferencias electorales. Tendría que hacer una campaña sui generis para no dejarnos el convencimiento de que el PRI en Puebla está fragmentado y ha negociado de antemano la plaza.

 

Los retos para todos los candidatos sin duda tienen que ver con realizar propuestas inteligentes, que muestren conocimiento de los problemas de la capital y de sus posibles soluciones. Pero los electores y los ciudadanos en general no podemos dejar de ver no sólo el escenario, sino lo que puede haber detrás del telón.

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Fidencio Aguilar Víquez

Es Doctor en Filosofía por la Universidad Panamericana. Autor de numerosos artículos especializados y periodísticos, así como de varios libros. Actualmente colabora en el Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV).