La cumbre sin Trump

  • René Sánchez Juárez
USA más interesado en el ataque a Siria. Quiere encabezar el discurso anticorrupción.

Se llevó cabo la VIII Cumbre de las Américas en Lima, Perú, reunión donde están invitados todos los Jefes de Estado del continente, para tratar temas relevantes para la gobernanza contemporánea, así como proponer soluciones; sin embargo, esta vez tuvo sus altibajos.

 

El gran ausente de la cumbre  fue Estados Unidos que paradójicamente fue el promotor de su creación, ya que el presidente Donald Trump prefirió quedarse en su war room para atender los pormenores que desató su intervención conjunta con Francia y Reino Unido en contra de Siria por el supuesto uso de armas químicas en contra de la población civil. El enviado del gobierno norteamericano fue el vicepresidente Mike Pence, quien traía los encargos de Trump.

 

Otro ausente, por presiones de los propios Estados Unidos fue Venezuela, quien fue el blanco de todas las críticas posibles por los asistentes, quienes acusan al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro de no cumplir con la mínima democracia en su país, del desabasto de alimentos y de los millares de ciudadanos refugiados en Colombia. El bloque antimaduro de países asistentes, afirmaron que no reconocerán las elecciones de mayo en caso de que su gobierno no garantice un proceso democrático y transparente.

 

El tema central de la cumbre fue “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción” un tema por demás álgido, debido a que el anfitrión de esta cumbre habría sido el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski quien dimitió a su encargo el 21 de marzo de este año, por la fiiltración de unos vídeos que lo inculpaban, así como presuntos actos de corrupción en contubernio con la transnacional petrolera Odebrecht.

 

En los últimos años hemos visto cómo presuntos casos de corrupción han socavado gobiernos como los de Guatemala, Perú y Brasil que han terminado en renuncias, impeachment y encarcelamientos.

 

Esto se suma a la derechización de los gobiernos latinoamericanos que han accedido al poder a través de las urnas o utilizando procesos judiciales cuestionables. Estos gobiernos como Argentina, Chile o Brasil han optado por suscribir las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, lo que ha contrastado con el  debilitamiento de   los gobiernos de izquierda que hace una década, defendían un incipiente socialismo latinoamericano encabezado por Chavez, Maduro, Lula, Morales, Bachelete, Kirchner, Ortega, Rousseff y Castro.

 

Con Venezuela excluido y sin la asistencia de Cuba, la participación de Evo Morales ha sido la única expresión que cuestiona las políticas de los Estados Unidos ya que argumentó: “El capitalismo es el peor enemigo de la humanidad y del planeta. Antes utilizaban el pretexto de la lucha contra el comunismo, hoy pretenden usar la lucha contra la corrupción para derrocar gobiernos democráticos. Respeto al hermano Lula, no se puede encarcelar la conciencia de un pueblo”.

 

Tal parece que ahora la bandera que enarbolará los Estados Unidos será la lucha contra la corrupción, enfocada hacia los gobiernos no alineados del continente americano, quienes no están a favor de sus políticas económicas en Latinoamérica. Sin duda el flagelo de la corrupción es un tema estructural de las frágiles y expuestas democracias en América Latina; sin embargo, la gobernabilidad necesaria para alcanzar los objetivos de desarrollo de nuestros pueblos, requieren de la unidad política de nuestros países, como primera condición para no depender del tutelaje de EEUU, que en muchas ocasiones se convierte en un lastre más que en  un apoyo. Los resultados de esta cumbre lo que hacen es evidenciar el poco interés del gobierno de Trump en el continente y su política intervencionista, sobre todo en Sudamérica.

 

La máxima de "divide y vencerás", aplica en este tipo de reuniones de las que poco o nada lograremos en beneficio de nuestros pueblos. El ideal Bolivariano de una América Latina unida, está lejos de ser posible, para desgracia de nosotros.

 

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René Sánchez Juárez

Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal