La verdadera democracia ciudadana

  • René Sánchez Juárez
Un reconocimiento a los miles de ciudadanos que este 2 de junio hicieron un trabajo excepcional

La jornada electoral, pieza fundamental para el proceso electoral, es la fecha de la elección en que las y los ciudadanos acudimos a las urnas a votar por los proyectos políticos que han ofertado los candidatos y partidos políticos.

Para que se pueda calificar la jornada como exitosa, se deben abrir cerca del cien por ciento de las casillas cubriendo todas las secciones electorales y esto no sería posible sin la colaboración desinteresada de los funcionarios de casilla, que poco reconocimiento han tenido por parte de los ciudadanos como de la autoridad electoral.

El proceso de selección de los funcionarios fue el 1 de febrero de este año, cuando el Instituto Nacional Electoral, definió a través de un proceso de insaculación que los ciudadanos nacidos en los meses de marzo y abril y que su apellido paterno comience con la letra A serían candidatos para participar como funcionarios de casilla.

El proceso también cuenta con una capacitación, de acuerdo con la función que va a realizar cada ciudadano en la casilla y será designado por su grado de estudios, el más alto será para el presidente de casilla, secretario y escrutadores sucesivamente.

La gran responsabilidad que adquieren estos ciudadanos que son nuestros vecinos, es de manera desinteresada, ya que reciben un pago casi simbólico de $550.00 para alimentación, por una jornada que va de 7:00 de la mañana y a veces hasta altas horas de la madruga, lo que serían más de 17 horas.

Recibir la paquetería electoral, instalar la casilla, mamparas y urnas antes de las 7 am, preparar la papelería; comenzar a recibir los votos desde las 8am hasta las 6 pm; depende de la participación de la sección electoral y si cada una tiene un lista nominal de 750 electorales por seis que son los cargos que se eligieron en Puebla, por ejemplo, nos da que al final del cierre de la casilla tienen que contar manualmente hasta 4,500 votos, con todas las variantes que significa cada coalición que dificulta su conteo.

Una vez terminado, llenar la papelería con los datos resultantes del conteo, pegar la sábana y después ir a la Junta Distrital a entregar la paquetería con los resultados finales.

Un reconocimiento a los miles de ciudadanos que este 2 de junio hicieron un trabajo excepcional y que sin su apoyo la democracia electoral no sería tan efectiva como hasta hoy.

La burocracia dorada del INE, después de las polémicas de Lorenzo Córdova quedó desprestigiada, y la ciudadanía que participa en la jornada electoral es lo último ciudadano que queda del INE; y precisamente estos ciudadanos son los que salvaron el prestigio del Instituto Electoral.

Las pocas voces que clamaban que el INE no se tocaba, fueron los que después del 2 de junio criticaban a sus dirigentes, pero poco eco hicieron por la labor ciudadana en las casillas que coincidió el conteo rápido, el PREP y los cómputos finales, donde incluso se abrieron el 68 por ciento y se contó voto por voto.

Queda claro que debe haber una reforma electoral, para garantizar los principios rectores del INE, certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad. Y que los ciudadanos también decidamos a través del voto al “árbitro” electoral y no sólo a los “jugadores”.

 

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente la línea editorial de e-consulta.

 

 

 

 

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René Sánchez Juárez

Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal