Doger, Vergara, Morena, Migoya y las parentelas

  • Xavier Gutiérrez
Tiene a la mano fortalezas y debilidades de todos sus adversarios

El doctor Enrique Doger, aspirante al gobierno estatal, sabe perfectamente el terreno que pisa. Conoce todas las aristas, los orígenes y juego de todos los protagonistas. Aunque relativamente nuevo en la política, se ha puesto al día y navega con soltura. Conoce a los de enfrente, y mejor aún a los de  adentro. Presencié una charla reciente de él y lo vi cauto, desconfiado, informado y, pese a todo optimista.

Tiene a la mano fortalezas y debilidades de todos sus adversarios. Cuida sus expresiones pero no titubea al  llamarle a cada quien con nombre y apellido. Tampoco levita. Ve la cuesta arriba y no se arredra. Actúa con caballerosidad y sabe perfectamente que no hay magia ni milagro en el reto que tiene.

Está consciente del papel de los poderes fácticos, posee información y sabe manejarla; advierte las estratagemas que usarán sus competidores; pasa por alto chantajes y amenazas; y se muestra firme en lo que viene.

Sabe que no llega como sus antecesores, cuando el PRI era gobierno. Como dice el dicho...”cuando Dios  era omnipotente y don Porfirio presidente..”

Casi admite que, hacia adentro, tampoco las tiene todas consigo. Y sin embargo…¡se mueve!

SERGIO VERGARA. El gerente del centro histórico y patrimonio cultural de Puebla, el arquitecto Sergio Vergara Verdejo, no escuchó a Don Quijote. Se mostró inadvertido sobre aquél famoso pasaje que refiere: “Con la iglesia hemos topado (dado, dice el original) amigo Sancho”.

Y fue ahí donde se le apareció el Arzobispo Víctor Sánchez, para exponer manejos oscuros de varios millones de pesos en la restauración de la catedral. Según la referencia periodística, el jerarca católico puso en manos del Alcalde Luis Bank un peritaje de los trabajos y evidenció un bochornoso acto de corrupción. El presidente, en menos de lo que asaltan un Oxxo en Puebla cesó de modo fulminante al funcionario.

Consultada una fuente sobre este tipo de trabajos, me comentó, “¿apenas ahora se dan cuenta?”. Sus detractores se referían a Sergio Vergara por su estilo arrogante, muy superior respecto de sus jefes o superiores, con una autonomía que parecía rivalizar con la del propio gobernador,  y vinculado a negocios poco claros.

El tiempo, ¡y la iglesia! se le atravesaron en el camino con el resultado conocido.

De paso habría que decir que la reacción de Bank es la de un funcionario con ejecutividad pocas veces vista. No es un asunto menor si lo vemos en la perspectiva nacional.

Y contrasta notoriamente, por ejemplo, con los procederes del presidente Peña Nieto. Al mandatario le han exhibido hasta el escándalo los negocios y corruptelas mayúsculas de sus secretarios y directores, y no sólo los protege sino los ratifica. ¿El resultado de este estilo y convicción? El paupérrimo apoyo de veinte de cada cien mexicanos y el sitio sotanero del señor Meade en la carrera presidencial.

PARIENTES Y CANDIDATOS. No cuesta mucho explicarse la consistencia de Morena en las encuestas nacionales y locales. Con todo y sus lastres, que los tiene, sus adversarios de enfrente se empeñan en ponerle en charola de plata ricos argumentos para mantenerse en un sitio  preferente.

Cada semana le ofrecen, como suculentos platillos, evidencias de la pragmática y cínica concepción del poder que tienen y se empeñan en reiterar. Ahora son las listas de candidatos y suplentes a   gobernadores, diputados, senadores, y alcaldes . En Puebla y el resto del país, más que aspirantes son una parentela interminable que tiene en común la desvergüenza.

Vemos, en todos los partidos, un verdadero y frondoso árbol genealógico en sus listas.

Esposos, hijos, cuñados, primos, sobrinos y tíos, amantes y novios de ambos sexos, forman variopintas listas del deshonor y la desfachatez. ¡Cuál afán de servicio y sacrificio! El objetivo es el poder y el botín, pasando por la incómoda aduana de las elecciones.

Los ve la gente, los juzgan y exhiben los medios, los descalifican las encuestas, los abomina el hombre común de la calle, pero es mayor el cinismo y el descaro.

Eso, lo dice el sentido común, se verá en las urnas.

Y Morena lo capitaliza exitosamente. Ningún trabajo le ha costado levantar la bandera del hartazgo.

Un pequeño botón de una larga botonadura: una dama de nombre Paola Migoya  no fue postulada por Morena, porque en sus encuestas apareció en cuarto sitio. Ni tarda ni perezosa, al día siguiente se registra por el Partido Verde, ese engendro de podredumbre que opera como apéndice del poder. ¿Había decoro, vocación, convicción democrática o sentido de civilidad en la frustrada “morenista”?

No, había protagonismo y apetencia de poder. Y como estamos en tiempos de carnaval, utilizan toda clase de disfraces.

Pero, usted tiene un mejor punto de vista.

xgt49@yahoo.com.mx

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.